Vázquez (2007, p.97) define actitud como “una predisposición para actuar, ya sea de manera positiva o negativa, hacia las personas, ideas o situaciones y que ejerce gran influencia en la conducta”. Así mismo Saavedra (2001, p.8) menciona una definición similar a la anterior y agrega que desde el punto de vista psicológico la actitud “no es en si una conducta sino simplemente una disposición que depende de procesos experienciales, cognitivos y afectivos que impulsan, orientan y condicionan la estabilidad de la personalidad”.
Whittaker (1970, p. 575) conceptualiza actitud como “una predisposición para responder de manera determinada a los estímulos relevantes”.
Este mismo autor nos señala las siguientes características de las actitudes:
• Son aprendidas, es decir el individuo aprende a diferenciar y a reconocer lo que le indica aceptación o rechazo
• Son relativamente estables, esto se refiere a que pueden ser alteradas por medio de la experiencia pero esto no quiere decir que cambian a cada momento de acuerdo al estado de ánimo del individuo
• Implican relación sujeto-objeto, esto nos indica que las actitudes se forman de acuerdo a un estímulo específico identificable
• Puede comprender un pequeño o un gran número de cosas, esto debido a que podemos mostrar ciertas actitudes hacia una persona o situación determinada o bien hacia varias personas o situaciones similares entre sí aunque no estén directamente relacionadas
• Tienen propiedades motivadoras-afectivas, estas pueden ir desde lo fuertemente positivo hasta lo fuertemente negativo, esto es que el individuo se acercara a aquello que le produce bienestar y tratará de evitar lo que es negativo.
se conoce por actitud es aquella disposición anímica del ser humano expresada de algún modo en particular. Este concepto proviene de la palabra latina “actitudo” y, como ya se mencionaba, se define desde la psicología como aquella motivación social de las personas que predisponen su accionar hacia determinadas metas u objetivos. Existen actitudes personales que sólo guardan relación con si mismo, mientras que existen ciertas actitudes sociales que inciden en las conductas de un grupo o colectivo.
La actitud que adopta una persona o grupo de individuos depende de muchos factores, depende de las múltiples experiencias y relaciones que hayan ido acumulando a lo largo de su historia de vida. De este modo, las actitudes toman forma a partir del conjunto de creencias que se vaya conformando, comprendiendo por esto a aquella única predisposición a actuar de cierta forma ante ciertas situaciones o circunstancias, como vemos una persona adoptará una actitud particular frente a determinada situación, la que variará de un individuo a otro ante un contexto similar. Lo mismo ocurre con determinados grupos de personas o colectivos como podría ser un gobierno o un partido político.
No es lo mismo mirar el mundo con unas gafas de cristal color de rosa que con unas gafas oscuras. Nuestras actitudes son las gafas que cada uno de nosotros utiliza para mirar a su alrededor y a sí mismo, o, como dice Robert Dilts, las actitudes son los filtros a través de los cuales percibimos la realidad.
Esos filtros son imprescindibles, ya que la realidad es tremendamente compleja y los filtros nos permiten simplificarla y centrar nuestra atención en unos aspectos y no en otros. Sin filtros no podríamos funcionar, por tanto, decir que una actitud es un filtro no implica valoración negativa (ni positiva) alguna.
Nuestras actitudes no son los únicos filtros que utilizamos, los sistemas de representación (visual, auditivo y kinestésico) también funcionan como filtros de la enorme cantidad de información que recibimos continuamente. Los sistemas de representación clasifican la información según el canal sensorial y prestan más atención a unos canales que a otros. Las actitudes juzgan y valoran la información y la filtran en función de la etiqueta que les hayamos asignado.
El siguiente experimento puede dar una idea de como funcionan las actitudes.
Les ponemos etiquetas a las cosas, y esas etiquetas dirigen nuestro pensamiento en un sentido o en otro. Cuando nos encontramos ante algo que hemos calificado como ‘interesante” nuestras reacciones son muy diferentes de las que tenemos cuando nos encontramos frente a algo que hemos calificado de “aburrido”.
Las etiquetas que le ponemos a la realidad son de muchos tipos. A grandes rasgos podemos distinguir tres categorías:
1. Por una parte tenemos las opiniones que formamos sobre la realidad exterior (por ejemplo, los niños son ruidosos, el ruido es molesto)
2. Después tenemos las opiniones que formamos sobre nosotros mismos, sobre nuestra identidad (se me da bien el dibujo, soy una persona nerviosa)
3. Por último formamos valores y escalas de valores, que son los que nos permiten decidir que es más importante y establecer prioridades. Muchas veces nuestros conflictos internos se deben a conflictos entre valores del mismo nivel (por ejemplo, necesito dedicarle más tiempo a mi trabajo puede entrar en conflicto con necesito dedicarle más tiempo a mi familia)
En cualquiera de esas tres grandes categorías nos encontramos que, con frecuencia, se identifican las actitudes con aquellas ideas que podemos expresar verbalmente y de las que somos conscientes, pero si entendemos las actitudes como los filtros que hacen que prestemos atención a unos aspectos de la realidad y no a otros es fácil darse cuenta de que muchos de nuestros filtros no se expresan verbalmente, sino que los asumimos de forma tácita.
Por ejemplo, cómo profesor sé que en cuanto el ruido en un aula supera un determinado nivel entro en acción para hacerlo bajar, sin embargo, me resultaría muy difícil explicar cual es el nivel de ruido adecuado, simplemente noto que tengo que actuar. El que no pueda expresar verbalmente cuál es el nivel de ruido adecuado en un aula no me impide tener ideas / sensaciones definidas sobre ese tema, y no impide que esas sensaciones / ideas me impulsen a fijarme en que momento ese nivel de ruido se supera y, a partir de ahí, a actuar.
Muchas de nuestras actitudes están fuera de nuestro nivel de atención consciente, lo que quiere decir que reaccionamos ante ellas sin siquiera darnos cuenta. Puede suceder incluso que esas actitudes tácitas estén en contraposición con las ideas que defendemos conscientemente.
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Vázquez (2007, p.97) define actitud como “una predisposición para actuar, ya sea de manera positiva o negativa, hacia las personas, ideas o situaciones y que ejerce gran influencia en la conducta”. Así mismo Saavedra (2001, p.8) menciona una definición similar a la anterior y agrega que desde el punto de vista psicológico la actitud “no es en si una conducta sino simplemente una disposición que depende de procesos experienciales, cognitivos y afectivos que impulsan, orientan y condicionan la estabilidad de la personalidad”.
Whittaker (1970, p. 575) conceptualiza actitud como “una predisposición para responder de manera determinada a los estímulos relevantes”.
Este mismo autor nos señala las siguientes características de las actitudes:
• Son aprendidas, es decir el individuo aprende a diferenciar y a reconocer lo que le indica aceptación o rechazo
• Son relativamente estables, esto se refiere a que pueden ser alteradas por medio de la experiencia pero esto no quiere decir que cambian a cada momento de acuerdo al estado de ánimo del individuo
• Implican relación sujeto-objeto, esto nos indica que las actitudes se forman de acuerdo a un estímulo específico identificable
• Puede comprender un pequeño o un gran número de cosas, esto debido a que podemos mostrar ciertas actitudes hacia una persona o situación determinada o bien hacia varias personas o situaciones similares entre sí aunque no estén directamente relacionadas
• Tienen propiedades motivadoras-afectivas, estas pueden ir desde lo fuertemente positivo hasta lo fuertemente negativo, esto es que el individuo se acercara a aquello que le produce bienestar y tratará de evitar lo que es negativo.
La Actitud es aquellla conducta que usas para proceder en el medio cotidiano. ya puede ser una actitud: soberbia,egoista,solidaria,comprensiva, etc.
necesito saber cual considera de las actitudes de las personas ? ayudemen lo necesito yaaa!!!!!!
se conoce por actitud es aquella disposición anímica del ser humano expresada de algún modo en particular. Este concepto proviene de la palabra latina “actitudo” y, como ya se mencionaba, se define desde la psicología como aquella motivación social de las personas que predisponen su accionar hacia determinadas metas u objetivos. Existen actitudes personales que sólo guardan relación con si mismo, mientras que existen ciertas actitudes sociales que inciden en las conductas de un grupo o colectivo.
La actitud que adopta una persona o grupo de individuos depende de muchos factores, depende de las múltiples experiencias y relaciones que hayan ido acumulando a lo largo de su historia de vida. De este modo, las actitudes toman forma a partir del conjunto de creencias que se vaya conformando, comprendiendo por esto a aquella única predisposición a actuar de cierta forma ante ciertas situaciones o circunstancias, como vemos una persona adoptará una actitud particular frente a determinada situación, la que variará de un individuo a otro ante un contexto similar. Lo mismo ocurre con determinados grupos de personas o colectivos como podría ser un gobierno o un partido político.
No es lo mismo mirar el mundo con unas gafas de cristal color de rosa que con unas gafas oscuras. Nuestras actitudes son las gafas que cada uno de nosotros utiliza para mirar a su alrededor y a sí mismo, o, como dice Robert Dilts, las actitudes son los filtros a través de los cuales percibimos la realidad.
Esos filtros son imprescindibles, ya que la realidad es tremendamente compleja y los filtros nos permiten simplificarla y centrar nuestra atención en unos aspectos y no en otros. Sin filtros no podríamos funcionar, por tanto, decir que una actitud es un filtro no implica valoración negativa (ni positiva) alguna.
Nuestras actitudes no son los únicos filtros que utilizamos, los sistemas de representación (visual, auditivo y kinestésico) también funcionan como filtros de la enorme cantidad de información que recibimos continuamente. Los sistemas de representación clasifican la información según el canal sensorial y prestan más atención a unos canales que a otros. Las actitudes juzgan y valoran la información y la filtran en función de la etiqueta que les hayamos asignado.
El siguiente experimento puede dar una idea de como funcionan las actitudes.
Les ponemos etiquetas a las cosas, y esas etiquetas dirigen nuestro pensamiento en un sentido o en otro. Cuando nos encontramos ante algo que hemos calificado como ‘interesante” nuestras reacciones son muy diferentes de las que tenemos cuando nos encontramos frente a algo que hemos calificado de “aburrido”.
Las etiquetas que le ponemos a la realidad son de muchos tipos. A grandes rasgos podemos distinguir tres categorías:
1. Por una parte tenemos las opiniones que formamos sobre la realidad exterior (por ejemplo, los niños son ruidosos, el ruido es molesto)
2. Después tenemos las opiniones que formamos sobre nosotros mismos, sobre nuestra identidad (se me da bien el dibujo, soy una persona nerviosa)
3. Por último formamos valores y escalas de valores, que son los que nos permiten decidir que es más importante y establecer prioridades. Muchas veces nuestros conflictos internos se deben a conflictos entre valores del mismo nivel (por ejemplo, necesito dedicarle más tiempo a mi trabajo puede entrar en conflicto con necesito dedicarle más tiempo a mi familia)
En cualquiera de esas tres grandes categorías nos encontramos que, con frecuencia, se identifican las actitudes con aquellas ideas que podemos expresar verbalmente y de las que somos conscientes, pero si entendemos las actitudes como los filtros que hacen que prestemos atención a unos aspectos de la realidad y no a otros es fácil darse cuenta de que muchos de nuestros filtros no se expresan verbalmente, sino que los asumimos de forma tácita.
Por ejemplo, cómo profesor sé que en cuanto el ruido en un aula supera un determinado nivel entro en acción para hacerlo bajar, sin embargo, me resultaría muy difícil explicar cual es el nivel de ruido adecuado, simplemente noto que tengo que actuar. El que no pueda expresar verbalmente cuál es el nivel de ruido adecuado en un aula no me impide tener ideas / sensaciones definidas sobre ese tema, y no impide que esas sensaciones / ideas me impulsen a fijarme en que momento ese nivel de ruido se supera y, a partir de ahí, a actuar.
Muchas de nuestras actitudes están fuera de nuestro nivel de atención consciente, lo que quiere decir que reaccionamos ante ellas sin siquiera darnos cuenta. Puede suceder incluso que esas actitudes tácitas estén en contraposición con las ideas que defendemos conscientemente.