Moisés es un personaje del judaísmo, el cristianismo, el islam y la fe bahá'í.
Según la Torá judía (el Antiguo testamento) era hijo de Amram y su esposa Jocabed. Es descrito como el hombre encomendado por Dios (Hashem) para liberar al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto y como su máximo profeta y legislador.
No existen datos históricos que fundamenten la existencia real de Moisés, pues todas las referencias a él son muy posteriores, cuando ya se había formado el judaísmo
Hagiografía de Moisés según la tradición
La Torá narra como Moisés lideró junto a su hermano Aarón la salida de los hebreos de Egipto y recibió la Torá de manos de Yahveh —tras haberle sido dictada por inspiración divina— en el monte Sinaí. La Torá comprende la historia de la vida de Moisés y de su pueblo hasta su muerte a la edad de 120 años, que según algunos cálculos exegéticos tuvo lugar en el año judío de 2488, que equivale a 1272 a. C.
Nacimiento
Poco antes de nacer Moisés, Faraón promulgó una ley que exigía que todos los recién nacidos israelitas fueran arrojados al Nilo. Iojebed, la tía paterna y esposa del levita hebreo Arman, dio a luz a un pequeño, y lo escondió durante los tres primeros meses. Cuando no pudo ocultarlo más, lo colocó en una cesta (embadurnada con barro en su interior y brea en el exterior para hacerla impermeable) y llevó ésta al Nilo, bajo el cuidado de Miriam, que siguió desde cerca dicha cesta. En dicho momento, la hija del Faraón se bañaba en el río, cuando encontró a Moisés dentro de la cesta. Miriam se acercó y consiguió que la princesa encargara el cuidado de Moisés a su propia madre.
Miembro de la familia del faraón
Cuando la princesa Batía escogió que una mujer hebrea cuidara de Moisés, la escogida fue nada más y nada menos que su madre biológica. Durante dos años lo amamantó y después fue entregado a la princesa. Cuenta la tradición oral (recopilada en la Mishná) que con tres años, Moisés estaba sentado junto a la familia del faraón y los ministros. Moisés bajó del regazo de Batía, caminó hacia el faraón, levantó su corona y la colocó sobre su propia cabeza. El consejero del faraón exclamó que se trataba de una acción profética y que Moisés le arrebataría el trono. Por tal motivo, otro ministro sugirió una prueba: sugirió colocar enfrente del pequeño un diamante y un trozo de carbón ardiendo para valorar la astucia del niño. Moisés no sólo agarró el carbón ardiente, también se lo llevó a su boca. Se quemó los labios y la lengua, dificultándole el habla (una característica que está mencionada en la Torá) y, por tal motivo, la tradición oral determina que el pueblo hebreo, a sabiendas de la incapacidad de Moisés para la oratoria, comprendió que su líder solo podía dirigirse a ellos por una influencia divina.
Cuando Moisés se hizo adulto, empezó a visitar asiduamente a los esclavos. Un día, al ver cómo un capataz egipcio golpeaba brutalmente a un supervisor hebreo llamado Datán, Moisés mató al capataz egipcio y ocultó su cuerpo bajo la arena, esperando que nadie estuviera dispuesto a revelar algo sobre el asunto. Al día siguiente, vio al joven que había salvado, peleando con su hermano e intentó separarlos. Los dos hermanos, enfadados por la intromisión de Moisés, lo delataron al faraón y Moisés tuvo que huir de Egipto.
Exilio personal
En una de sus exégesis, Najmánides señala que transcurrió un período prolongado entre la partida de Moisés de Egipto y su arribo a Madián.
Allí trabajó para Jetró (יִתְרוֹ, itró, ‘sacerdote’ en hebreo) de Madián, con cuya hija Séfora se casó más tarde. Allí trabajó durante cuarenta años como pastor, tiempo durante el cual nació su hijo Gershom.
Según se narra en la Biblia, en cierta ocasión Moisés llevó a su rebaño al monte Horeb y allí vio una zarza que ardía sin consumirse. Cuando se volvió a un lado para observar más de cerca aquella maravilla, el Dios Yahveh le habló desde la zarza, revelando su nombre (es decir su verdadero significado) a Moisés.
En la época del emperador Constantino, el monte Horeb fue identificado con el monte Sinaí, pero la mayoría de los expertos creen que se encontraba mucho más al norte
De acuerdo con la tradición, Yahveh dijo a Moisés que debía volver a Egipto y liberar a su pueblo de la esclavitud. Moisés declaró a Yahveh que él no era el candidato para realizar dicha obra encomendada, dado que al parecer padecía de tartamudez. Yahveh le aseguró que le proporcionaría el apoyo para su obra entregándole las herramientas adecuadas.
Moisés obedeció y regresó a Egipto, donde fue recibido por Aarón, su hermano mayor, y organizó una reunión para avisar a su pueblo de lo que debían hacer. Al principio, Moisés no fue muy bien recibido; pero la opresión era grande y Moisés realizó señales para que su pueblo lo siguiera como un enviado de Yahveh.
Sin embargo, según el relato bíblico, lo más difícil fue persuadir al faraón para que dejase marchar a los hebreos. De hecho, estos no obtuvieron el permiso para partir hasta que Yahveh envió diez plagas sobre los egipcios. Estas plagas (palabra mal empleada, pues en el hebreo bíblico se habla más bien de «señales»), culminaron con la matanza de los primogénitos egipcios, lo cual causó tal terror entre los egipcios que ordenaron a los hebreos que se fueran.
Moisés, levita, fue hijo de Amram y Locabed. Nació en Heliópolis, famosa ciudad del bajo Egipto. Fue adoptado por la hija de Faraón y educado “en toda la sabiduría de los egipcios” (Éxodo 21:1-15). Llegó a ser varón “poderoso en sus palabras y obras”. Este primer período de su vida terminó cuando mató a un egipcio y tuvo que huir a Madián (Éxodo 2:15-4:31). Durante su exilio (período de 40 años) se casó con Séfora, hija de Jetro.
Era pastor cuando se acercó a la zarza ardiendo y recibió el llamado de Dios. Cuando regresó a Egipto se convirtió en emancipador y dirigente de Israel (período de 40 años). Moisés, líder del éxodo (Éxodo 5:1=15: 21), llevó el pueblo al Sinaí después de pasar junto al Mar Muerto (Éxodo 15:2219:2). Allí se convirtió en legislador (los diez mandamientos constan en Éxodo 20: 1-17 y Deuteronomio 5: 6-21).
Guió a los israelitas desde el Sinaí a las fronteras de la Tierra Prometida, pero murió en Nebo. Moisés fue un gran profeta, general, administrador, legislador, estadista, liberador, prosista, poeta e historiador hebreo.
es uno de los primeros profetas de la biblia mensajero de Dios enseño las leyes divinas al pueblo de Israel y lo saco de esclavos de los Egipcios .Recibio los diez mandamientos escritos en piedra por la mano de Dios.
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Moisés es un personaje del judaísmo, el cristianismo, el islam y la fe bahá'í.
Según la Torá judía (el Antiguo testamento) era hijo de Amram y su esposa Jocabed. Es descrito como el hombre encomendado por Dios (Hashem) para liberar al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto y como su máximo profeta y legislador.
No existen datos históricos que fundamenten la existencia real de Moisés, pues todas las referencias a él son muy posteriores, cuando ya se había formado el judaísmo
Hagiografía de Moisés según la tradición
La Torá narra como Moisés lideró junto a su hermano Aarón la salida de los hebreos de Egipto y recibió la Torá de manos de Yahveh —tras haberle sido dictada por inspiración divina— en el monte Sinaí. La Torá comprende la historia de la vida de Moisés y de su pueblo hasta su muerte a la edad de 120 años, que según algunos cálculos exegéticos tuvo lugar en el año judío de 2488, que equivale a 1272 a. C.
Nacimiento
Poco antes de nacer Moisés, Faraón promulgó una ley que exigía que todos los recién nacidos israelitas fueran arrojados al Nilo. Iojebed, la tía paterna y esposa del levita hebreo Arman, dio a luz a un pequeño, y lo escondió durante los tres primeros meses. Cuando no pudo ocultarlo más, lo colocó en una cesta (embadurnada con barro en su interior y brea en el exterior para hacerla impermeable) y llevó ésta al Nilo, bajo el cuidado de Miriam, que siguió desde cerca dicha cesta. En dicho momento, la hija del Faraón se bañaba en el río, cuando encontró a Moisés dentro de la cesta. Miriam se acercó y consiguió que la princesa encargara el cuidado de Moisés a su propia madre.
Miembro de la familia del faraón
Cuando la princesa Batía escogió que una mujer hebrea cuidara de Moisés, la escogida fue nada más y nada menos que su madre biológica. Durante dos años lo amamantó y después fue entregado a la princesa. Cuenta la tradición oral (recopilada en la Mishná) que con tres años, Moisés estaba sentado junto a la familia del faraón y los ministros. Moisés bajó del regazo de Batía, caminó hacia el faraón, levantó su corona y la colocó sobre su propia cabeza. El consejero del faraón exclamó que se trataba de una acción profética y que Moisés le arrebataría el trono. Por tal motivo, otro ministro sugirió una prueba: sugirió colocar enfrente del pequeño un diamante y un trozo de carbón ardiendo para valorar la astucia del niño. Moisés no sólo agarró el carbón ardiente, también se lo llevó a su boca. Se quemó los labios y la lengua, dificultándole el habla (una característica que está mencionada en la Torá) y, por tal motivo, la tradición oral determina que el pueblo hebreo, a sabiendas de la incapacidad de Moisés para la oratoria, comprendió que su líder solo podía dirigirse a ellos por una influencia divina.
Cuando Moisés se hizo adulto, empezó a visitar asiduamente a los esclavos. Un día, al ver cómo un capataz egipcio golpeaba brutalmente a un supervisor hebreo llamado Datán, Moisés mató al capataz egipcio y ocultó su cuerpo bajo la arena, esperando que nadie estuviera dispuesto a revelar algo sobre el asunto. Al día siguiente, vio al joven que había salvado, peleando con su hermano e intentó separarlos. Los dos hermanos, enfadados por la intromisión de Moisés, lo delataron al faraón y Moisés tuvo que huir de Egipto.
Exilio personal
En una de sus exégesis, Najmánides señala que transcurrió un período prolongado entre la partida de Moisés de Egipto y su arribo a Madián.
Allí trabajó para Jetró (יִתְרוֹ, itró, ‘sacerdote’ en hebreo) de Madián, con cuya hija Séfora se casó más tarde. Allí trabajó durante cuarenta años como pastor, tiempo durante el cual nació su hijo Gershom.
Según se narra en la Biblia, en cierta ocasión Moisés llevó a su rebaño al monte Horeb y allí vio una zarza que ardía sin consumirse. Cuando se volvió a un lado para observar más de cerca aquella maravilla, el Dios Yahveh le habló desde la zarza, revelando su nombre (es decir su verdadero significado) a Moisés.
En la época del emperador Constantino, el monte Horeb fue identificado con el monte Sinaí, pero la mayoría de los expertos creen que se encontraba mucho más al norte
De acuerdo con la tradición, Yahveh dijo a Moisés que debía volver a Egipto y liberar a su pueblo de la esclavitud. Moisés declaró a Yahveh que él no era el candidato para realizar dicha obra encomendada, dado que al parecer padecía de tartamudez. Yahveh le aseguró que le proporcionaría el apoyo para su obra entregándole las herramientas adecuadas.
Moisés obedeció y regresó a Egipto, donde fue recibido por Aarón, su hermano mayor, y organizó una reunión para avisar a su pueblo de lo que debían hacer. Al principio, Moisés no fue muy bien recibido; pero la opresión era grande y Moisés realizó señales para que su pueblo lo siguiera como un enviado de Yahveh.
Sin embargo, según el relato bíblico, lo más difícil fue persuadir al faraón para que dejase marchar a los hebreos. De hecho, estos no obtuvieron el permiso para partir hasta que Yahveh envió diez plagas sobre los egipcios. Estas plagas (palabra mal empleada, pues en el hebreo bíblico se habla más bien de «señales»), culminaron con la matanza de los primogénitos egipcios, lo cual causó tal terror entre los egipcios que ordenaron a los hebreos que se fueran.
Moisés, levita, fue hijo de Amram y Locabed. Nació en Heliópolis, famosa ciudad del bajo Egipto. Fue adoptado por la hija de Faraón y educado “en toda la sabiduría de los egipcios” (Éxodo 21:1-15). Llegó a ser varón “poderoso en sus palabras y obras”. Este primer período de su vida terminó cuando mató a un egipcio y tuvo que huir a Madián (Éxodo 2:15-4:31). Durante su exilio (período de 40 años) se casó con Séfora, hija de Jetro.
Era pastor cuando se acercó a la zarza ardiendo y recibió el llamado de Dios. Cuando regresó a Egipto se convirtió en emancipador y dirigente de Israel (período de 40 años). Moisés, líder del éxodo (Éxodo 5:1=15: 21), llevó el pueblo al Sinaí después de pasar junto al Mar Muerto (Éxodo 15:2219:2). Allí se convirtió en legislador (los diez mandamientos constan en Éxodo 20: 1-17 y Deuteronomio 5: 6-21).
Guió a los israelitas desde el Sinaí a las fronteras de la Tierra Prometida, pero murió en Nebo. Moisés fue un gran profeta, general, administrador, legislador, estadista, liberador, prosista, poeta e historiador hebreo.
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es uno de los primeros profetas de la biblia mensajero de Dios enseño las leyes divinas al pueblo de Israel y lo saco de esclavos de los Egipcios .Recibio los diez mandamientos escritos en piedra por la mano de Dios.