Berengrio, es el ayudante del bibliotecario. Aquí te va un resumen:
La lectura refiere las vivencias que Adso, novicio del monasterio benedictino de Melk, tuviera durante el recorrido que realizó con Fray Guillermo de Baskerville, sabio y virtuoso franciscano que realizó una gran misión confiada por el emperador, visitando ciudades famosas y abadías antiquísimas.
Adso de Melk está a punto de irse a Roma con su padre, militar; pero ante la imposibilidad de ello Marsilio decide que acompañe al sabio franciscano Guillermo de Baskerville, de 50 años, antiguo inquisidor en Inglaterra e Italia, a visitar durante dos semanas una serie de abadías , sin saber exactamente la misión que llevaba.
Primer día de mes de noviembre llegaron a una abadía benedictina.
En esta abadía el abad Abbone le explica a Guillermo el hallazgo de un monje llamado Adelmo en un barranco, muerto, golpeado por las rocas mientras caía, arrojado desde unas ventanas del edificio de la abadía. Le autoriza a Guillermo a que investigue el caso. Le autoriza a hacer todo lo necesario para esclarecer el caso, menos que entre en la biblioteca, la mejor biblioteca de todas las abadías , cuya entrada estaba totalmente prohibida a todo el mundo a excepción del bibliotecario.
En esta abadía vive un antiguo conocido de Guillermo, llamado Ubertino da Casale. Estando Guillermo y Adso en la capilla de la abadía junto con Ubertino aparece un personaje misterioso. Es un monje de cara perversa, feo, poco agraciado de facciones animales llamado Salvatore el cual vive en esta abadía porque en su día le salvo Ubertino da Casale de otros castigos populares.
Aquel mismo día también habló Guillermo con el monje que cuidaba la huerta el cual era un herbolario especializado. En esta conversación Guillermo preguntó al herbolario si tenía trato con Adelmo, el fallecido, a lo cual contestó que no, que Adelmo convivía con otros monjes, sobre todo con Berengario. El monje herbolario se llamaba Severino de Santemerano.
También ese día conocieron al monje Malaquías, el bibliotecario, uno de los grandes protagonistas de este libro, el cual les enseñó la antesala de la biblioteca, pero de nuevo les recordó que estaba totalmente prohibido entrar en ella. Solo podía entrar, única y exclusivamente el bibliotecario. Había una serie de monjes trabajando en distintas mesas y en un determinado momento se produjo un intercambio de palabras entre los monjes que trabajaban y los visitantes en la que se mencionó el nombre de Adelmo. Aquí se pudo ver la mirada que en ese momento el ayudante del bibliotecario llamado Berengario da Arundel dirigió a Venencio, otro monje que admitió su amistad con su “queridísimo Adelmo”.
Tuvieron oportunidad de conocer a Jorge de Burgos el segundo monje mas viejo de la abadía, ciego totalmente, y yo diría que el auténtico protagonista de esta dramática historia.
Conocieron también al monje vidriero de la abadía. se llamaba Nicola da Marimondo.
Una vez que entraron en conversación Nicola le dijo a Guillermo que en la abadía ocurrían cosas muy extrañas, sobre todo en la biblioteca. Tanto monjes como servidores de la abadía.
Fueron a cenar y se sentaron en la mesa del abad, quien les presentó a todos los monjes. Los monjes guardaban silencio durante la cena y solo se escuchaba la voz del lector de turno. Durante la cena sonsacaron al abad que el edificio de la abadía se cerraba por dentro durante la noche . Se acercaron a los chiqueros de los cerdos y en una tinaja llena de sangre de cerdo estaba metido un hombre sin vida que resultó ser Venancio de Salvemec , el especialista de griego en la biblioteca, al cual conoció Guillermo el día antes.
Guillermo interroga a dos jóvenes monjes sobre la muerte de Adelmo. Eran Bencio de Upsala y Berengario da Arundel, ayudante del bibliotecario. El primero habla de una discusión que tuvieron media docena de monjes entre los que se encontraban los dos muertos y además Malaquias el bibliotecario, Jorge el ciego y otros.
Berengario le cuenta que vio a Adelmo antes de morir, paseando como un fantasma por el cementerio. Guillermo piensa que Adelmo se suicidó porque estaba atormentado por algo malo que había hecho y a su vez intuyó que Berengario estaba asustado por la visión que había tenido del muerto. Guillermo sospecha que algo existía entre ambos, Adelmo y Berengario, y tira de la lengua a este último pero Berengario se resiste a hablar y le pide a Guillermo confesión, para contarle lo que sabe bajo secreto de confesión pero Guillermo se la niega. Guillermo observa una discusión en la cocina entre el cocinero y Salvatore aquel monje extraño del que hablamos al principio. El cocinero le insinúa a Guillermo que ese monje tiene por la noche extraños comportamientos pero no quiere decir más. Otro monje, Aymaro de Alessandría, se queja también de que en la abadía ocurren muchas cosas extrañas sobre todo en la biblioteca, dice que el abad no manda nada y que la abadía es una cueva de locos.
Sostuvo también un largo diálogo con Jorge de Burgos, un monje español, sobre si Cristo reía o no o si los cristianos deban de reír, en definitiva una gran conversación sobre la risa, que es toda un a lección para Adso que no entiende nada de nada. Después Guillermo se acerca a la antesala de la biblioteca y se acerca a la mesa del difunto Venancio para ver si encuentra alguna pista sobre su muerte, pero Bencio le dice que dej e la investigación y que le siga, que tiene algo muy importante que decirle. Después de hablar en él, Guillermo y Adso, dudan si en realidad Bencio quería decirles algo o lo que quería era alejarles de la mesa de Venancio. Se deduce que Berengario se sentía atraído por Adelmo y tuvieron algún contacto sexual aquella noche. Guillermo y Adso se pusieron a especular y a hacer cábalas sobre la muerte de los dos monjes y de quienes podían ser sus autores y al final decidieron que había que entrar como fuera en la biblioteca si es que les era posible.
La hora nona es irrelevante para los fines de Guillermo y Adso. Guillermo y Adso se proponen ir esa noche a la biblioteca, sea como sea, a pesar de la prohibición, y se despiden para ir a descansar cada uno a su celda.
Le escuchan de compromiso y con habilidad Guillermo consigue sonsacarle por donde se entra a la biblioteca cuando todo está cerrado, y con esta información preparan el plan para atacar la biblioteca.
Llegada la noche entran en el scriptorium o antesala de la biblioteca y la primera visita es a la mesa del fallecido Venancio. Guillermo y Adso le persiguen pero no lo pueden atrapar. No tienen ni idea de quien pudiera ser. Cuando Guillermo llega de nuevo a la mesa de Venancio se da cuenta de que le han robado sus lentes, imprescindibles para poder hacer cualquier trabajo delicado y más en la biblioteca. ¿quién era el ladrón.?¿En un momento determinado el abad dice que echa de menos ya largo tiempo a Berengario, el ayudante del bibliotecario. Lo buscan por toda la abadía y no lo encuentran . En el tercer día se describe un encuentro entre Salvatore y Adso en el cual el primero cuanta a Adso largas historias de su vida pasada, sin decir nunca que llevó una vida herética al lado de Dulcino, un hereje que fue duramente sentenciado y que llegó a la abadía gracias a Remigio da Varagine, cillerero de la abadía que le había ayudado a vivir en la abadía a cambio de que este guardara una serie de secretos que más tarde se habrían de descubrir. Al final Adso le pregunta si conoció al hereje Dulcino y en ese momento Salvatore de mal humor se da la media vuelta y deja plantado a Adso.
Guillermo se dirige a la herrería para con la ayuda de Nicola el fraile herrero, fabricarse unas nuevas lentes que le eran tan necesarias. En esto son llamados por el abad, que les quiere decir algo, y se encaminan a su encuentro.
Este día Adso tiene una larga conversación con el fraile Ubertino donde le cuenta largas historias vividas por él y de las que Adso se maravilla y queda extasiado. Era un corazón de animal.
Cuando Adso esta extasiado en la cocina pensando en la experiencia que ha vivido con la muchacha es descubierto por Guillermo que le pregunta que hace allí. Durante el cuarto día Guillermo y Severino , el herbolario, analizan el cuerpo de Berengario y descubren que, tanto las yemas de los dedos, no todos, y la lengua los tienen negros, al igual que le ocurrió a Venancio, que también fue asesinado en la abadía y empiezan a sospechar que alguien robó un veneno, hace ya años, del herbolario de Severino y pudiera utilizar para envenenar a los monjes. En ese momento sospechan de los más cercanos a la biblioteca, pero no están seguros.
Guillermo interroga bruscamente a Salvatore ya que está seguro de que este sabe algo y éste le dice que él que sabe muchas cosas es Remigio , el cillerero, éste dice saber cosas sobre la muerte de Venancio y también confiesa sobre otros actos que ocurren en la abadía como la entrada de mujeres en la cocina. A la hora sexta de este cuarto día Adso se va al campo a buscar trufas junto con Severino y otros frailes y se encuentran en el camino con una delegación de franciscanos que se dirigen a la abadía. Avisan a Guillermo y este los recibe con muestras de afecto.
También llegan a la abadía el cardenal Del Poggetto y Bernardo Gui , inquisidor, del que todos habían oído hablar y que se dedicó rápidamente a interrogar a los laicos, sobre los sucesos de la abadía, y también a los campesinos, al revés de lo que había hecho Guillermo que empezó preguntando a los frailes.
Mientras Guillermo y Adso emprenden nuevamente camino a la biblioteca, que les tenía intrigados. Por la noche los arqueros de Bernardo de Gui descubren a Salvatore y a la muchacha de siempre haciendo labores de nigromancia y brujería. El caso es que son apresados por los arqueros y conducidos a las celdas que existían en la abadía para estos casos, hasta ser interrogados por Bernardo en las próximas horas. Adso ha visto a la muchacha y ella le ha reconocido con la mirada. Durante la reunión Guillermo es avisado de que Severino quiere verle ya que , dice, ha encontrado algo entre sus hierbas y medicinas.
El encuentro entre Guillermo y Severino, el herbolario, es observado con interés por algunos monjes que tratan de enterarse del hallazgo de Severino, estos son Jorge de Burgos, Aymaro de Alessandría y parece que Bencio también ha presenciado la escena se producen unos movimientos extraños de estos monjes en torno a este descubrimiento y ante los movimientos raros de estos monjes, Adso observa y trata de seguir a Jorge de Burgos a ver donde va, pero Jorge se le escapa. Entonces ve a Remigio , el cillerero, que sigue a Severino, pero confía que, en caso de que quiera hacerle algo, Severino sabrá defenderse y Adso vuelve a la sala capitular donde se sigue celebrando la reunión. Severino yacía en el suelo en medio de un gran charco de sangre y con el cerebro medio abierto por un fuerte golpe. ¿quién habría sido?
Allí estuvo Malaquias, también el cillerero, también estuvo Bencio, pero... ¿quién era el asesino?
Guillermo y Adso se pusieron a buscar alguna pista que les pudiese clarificar algo, buscaban algún libro extraño que les pudiese ayudar en la investigación. Tal y como se están poniendo las cosas por parte de Bernardo, Guillermo le dice a Ubertino, que también tiene un pasado confuso , que abandone la abadía, y se entera que Bencio ha sido nombrado ayudante de Malaquias el bibliotecario y que el libro que todos están buscando ha sido cogido por éste y llevado a ocultarlo en la biblioteca. Antes de morir quiso confesar algo a Guillermo pero balbuceó algunas palabras ininteligibles. Todos pensaron de nuevo que en la abadía había otros asesinos. Malaquias también tenía negra la lengua y los dedos. Se nombra bibliotecario a Bencio y a Nicola se le nombra cillerero, al menos de momento.
Adso manifiesta haber tenido un bonito sueño que le ayuda a interpretar Guillermo los forasteros se van. Antes de intentar subir a la biblioteca habían observado extraños movimientos de algunos monjes de la abadía, sobre todo los de mayor edad, y presentían que algo estaba ocurriendo o que iba a ocurrir. Más tarde se sabría que era el abad.
El caso es que Guillermo y Adso consiguen al fin entrar en la sala llamada “ finis Africae” que es la que parece que guarda el ansiado libro pero....¡ oh sorpresa! Ven en la oscuridad una silueta de un monje que estaba sentado junto a una mesa. Era Jorge de Burgos, el ciego. Jorge cree que Guillermo no sabe nada del tema y le invita a ojear el libro para que también se envenene, pero Guillermo que ya se imaginaba la escena lo hace pero con guantes Se entabla entre Guillermo y Jorge una dialéctica de gran relevancia en las que cada uno expone su filosofía acerca del contenido del famoso libro. Aquí Jorge descubre que es el que ha tendido una trampa al abad para que queda atrapado en el laberinto y no pueda entrar en la biblioteca. El ciego se manejaba bien por los pasillos en la oscuridad. A estas horas, dice, el abad ya habrá muerto asfixiado.
Ante el asombro de Guillermo y Adso empieza a comerse las páginas del libro y Guillermo trata de impedirlo, más que por salvar al viejo por hacerse con el preciado libro pero el viejo es muy listo y se defiende a pesar de su ceguera. Se escapa de la habitación y Guillermo y Adso tardan en reaccionar por falta de visibilidad. Al final recuperan de nuevo la lámpara, la encienden y tratan de atrapar a Jorge, y éste antes de ser atrapado y mediante una refriega con Guillermo le quita la lámpara y la arroja con fuerza y va a caer al lado de unos libros que empiezan tímidamente a arder.
Pero no fue solo la biblioteca lo que ardió. El golpe de mano del ciego sobre la lámpara de sus adversarios, acabaría con toda la abadía y con muchos de sus habitantes, tanto personas como animales. Las llamas se propagaron dentro y fueran de la abadía como una terrible plaga, mientras Adso y Guillermo que habían conseguido salir de la biblioteca se disponían a huir.
La abadía ardió durante tres días y tres noches y todo quedo destruido. Guillermo y Adso emprendieron la huida pero llegó el momento de separarse ya que cada uno tenia diferente destino. A Adso le dio mucha pena separarse de Guillermo al que admiraba profundamente a pesar de sus errores. Aún Adso , años después, volvió a la abadía a contemplar sus ruinas.
Berengario es uno de los monjes de la abadía, ayudante del bibliotecario Malaquias, y si haz avanzado lo suficiente, sabrás que tuvo que ver con la muerte del pobre Adelmo, mi conclusion fue que era gay.
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Berengrio, es el ayudante del bibliotecario. Aquí te va un resumen:
La lectura refiere las vivencias que Adso, novicio del monasterio benedictino de Melk, tuviera durante el recorrido que realizó con Fray Guillermo de Baskerville, sabio y virtuoso franciscano que realizó una gran misión confiada por el emperador, visitando ciudades famosas y abadías antiquísimas.
Adso de Melk está a punto de irse a Roma con su padre, militar; pero ante la imposibilidad de ello Marsilio decide que acompañe al sabio franciscano Guillermo de Baskerville, de 50 años, antiguo inquisidor en Inglaterra e Italia, a visitar durante dos semanas una serie de abadías , sin saber exactamente la misión que llevaba.
Primer día de mes de noviembre llegaron a una abadía benedictina.
En esta abadía el abad Abbone le explica a Guillermo el hallazgo de un monje llamado Adelmo en un barranco, muerto, golpeado por las rocas mientras caía, arrojado desde unas ventanas del edificio de la abadía. Le autoriza a Guillermo a que investigue el caso. Le autoriza a hacer todo lo necesario para esclarecer el caso, menos que entre en la biblioteca, la mejor biblioteca de todas las abadías , cuya entrada estaba totalmente prohibida a todo el mundo a excepción del bibliotecario.
En esta abadía vive un antiguo conocido de Guillermo, llamado Ubertino da Casale. Estando Guillermo y Adso en la capilla de la abadía junto con Ubertino aparece un personaje misterioso. Es un monje de cara perversa, feo, poco agraciado de facciones animales llamado Salvatore el cual vive en esta abadía porque en su día le salvo Ubertino da Casale de otros castigos populares.
Aquel mismo día también habló Guillermo con el monje que cuidaba la huerta el cual era un herbolario especializado. En esta conversación Guillermo preguntó al herbolario si tenía trato con Adelmo, el fallecido, a lo cual contestó que no, que Adelmo convivía con otros monjes, sobre todo con Berengario. El monje herbolario se llamaba Severino de Santemerano.
También ese día conocieron al monje Malaquías, el bibliotecario, uno de los grandes protagonistas de este libro, el cual les enseñó la antesala de la biblioteca, pero de nuevo les recordó que estaba totalmente prohibido entrar en ella. Solo podía entrar, única y exclusivamente el bibliotecario. Había una serie de monjes trabajando en distintas mesas y en un determinado momento se produjo un intercambio de palabras entre los monjes que trabajaban y los visitantes en la que se mencionó el nombre de Adelmo. Aquí se pudo ver la mirada que en ese momento el ayudante del bibliotecario llamado Berengario da Arundel dirigió a Venencio, otro monje que admitió su amistad con su “queridísimo Adelmo”.
Tuvieron oportunidad de conocer a Jorge de Burgos el segundo monje mas viejo de la abadía, ciego totalmente, y yo diría que el auténtico protagonista de esta dramática historia.
Conocieron también al monje vidriero de la abadía. se llamaba Nicola da Marimondo.
Una vez que entraron en conversación Nicola le dijo a Guillermo que en la abadía ocurrían cosas muy extrañas, sobre todo en la biblioteca. Tanto monjes como servidores de la abadía.
Fueron a cenar y se sentaron en la mesa del abad, quien les presentó a todos los monjes. Los monjes guardaban silencio durante la cena y solo se escuchaba la voz del lector de turno. Durante la cena sonsacaron al abad que el edificio de la abadía se cerraba por dentro durante la noche . Se acercaron a los chiqueros de los cerdos y en una tinaja llena de sangre de cerdo estaba metido un hombre sin vida que resultó ser Venancio de Salvemec , el especialista de griego en la biblioteca, al cual conoció Guillermo el día antes.
Guillermo interroga a dos jóvenes monjes sobre la muerte de Adelmo. Eran Bencio de Upsala y Berengario da Arundel, ayudante del bibliotecario. El primero habla de una discusión que tuvieron media docena de monjes entre los que se encontraban los dos muertos y además Malaquias el bibliotecario, Jorge el ciego y otros.
Berengario le cuenta que vio a Adelmo antes de morir, paseando como un fantasma por el cementerio. Guillermo piensa que Adelmo se suicidó porque estaba atormentado por algo malo que había hecho y a su vez intuyó que Berengario estaba asustado por la visión que había tenido del muerto. Guillermo sospecha que algo existía entre ambos, Adelmo y Berengario, y tira de la lengua a este último pero Berengario se resiste a hablar y le pide a Guillermo confesión, para contarle lo que sabe bajo secreto de confesión pero Guillermo se la niega. Guillermo observa una discusión en la cocina entre el cocinero y Salvatore aquel monje extraño del que hablamos al principio. El cocinero le insinúa a Guillermo que ese monje tiene por la noche extraños comportamientos pero no quiere decir más. Otro monje, Aymaro de Alessandría, se queja también de que en la abadía ocurren muchas cosas extrañas sobre todo en la biblioteca, dice que el abad no manda nada y que la abadía es una cueva de locos.
Sostuvo también un largo diálogo con Jorge de Burgos, un monje español, sobre si Cristo reía o no o si los cristianos deban de reír, en definitiva una gran conversación sobre la risa, que es toda un a lección para Adso que no entiende nada de nada. Después Guillermo se acerca a la antesala de la biblioteca y se acerca a la mesa del difunto Venancio para ver si encuentra alguna pista sobre su muerte, pero Bencio le dice que dej e la investigación y que le siga, que tiene algo muy importante que decirle. Después de hablar en él, Guillermo y Adso, dudan si en realidad Bencio quería decirles algo o lo que quería era alejarles de la mesa de Venancio. Se deduce que Berengario se sentía atraído por Adelmo y tuvieron algún contacto sexual aquella noche. Guillermo y Adso se pusieron a especular y a hacer cábalas sobre la muerte de los dos monjes y de quienes podían ser sus autores y al final decidieron que había que entrar como fuera en la biblioteca si es que les era posible.
La hora nona es irrelevante para los fines de Guillermo y Adso. Guillermo y Adso se proponen ir esa noche a la biblioteca, sea como sea, a pesar de la prohibición, y se despiden para ir a descansar cada uno a su celda.
Le escuchan de compromiso y con habilidad Guillermo consigue sonsacarle por donde se entra a la biblioteca cuando todo está cerrado, y con esta información preparan el plan para atacar la biblioteca.
Llegada la noche entran en el scriptorium o antesala de la biblioteca y la primera visita es a la mesa del fallecido Venancio. Guillermo y Adso le persiguen pero no lo pueden atrapar. No tienen ni idea de quien pudiera ser. Cuando Guillermo llega de nuevo a la mesa de Venancio se da cuenta de que le han robado sus lentes, imprescindibles para poder hacer cualquier trabajo delicado y más en la biblioteca. ¿quién era el ladrón.?¿En un momento determinado el abad dice que echa de menos ya largo tiempo a Berengario, el ayudante del bibliotecario. Lo buscan por toda la abadía y no lo encuentran . En el tercer día se describe un encuentro entre Salvatore y Adso en el cual el primero cuanta a Adso largas historias de su vida pasada, sin decir nunca que llevó una vida herética al lado de Dulcino, un hereje que fue duramente sentenciado y que llegó a la abadía gracias a Remigio da Varagine, cillerero de la abadía que le había ayudado a vivir en la abadía a cambio de que este guardara una serie de secretos que más tarde se habrían de descubrir. Al final Adso le pregunta si conoció al hereje Dulcino y en ese momento Salvatore de mal humor se da la media vuelta y deja plantado a Adso.
Guillermo se dirige a la herrería para con la ayuda de Nicola el fraile herrero, fabricarse unas nuevas lentes que le eran tan necesarias. En esto son llamados por el abad, que les quiere decir algo, y se encaminan a su encuentro.
Este día Adso tiene una larga conversación con el fraile Ubertino donde le cuenta largas historias vividas por él y de las que Adso se maravilla y queda extasiado. Era un corazón de animal.
Cuando Adso esta extasiado en la cocina pensando en la experiencia que ha vivido con la muchacha es descubierto por Guillermo que le pregunta que hace allí. Durante el cuarto día Guillermo y Severino , el herbolario, analizan el cuerpo de Berengario y descubren que, tanto las yemas de los dedos, no todos, y la lengua los tienen negros, al igual que le ocurrió a Venancio, que también fue asesinado en la abadía y empiezan a sospechar que alguien robó un veneno, hace ya años, del herbolario de Severino y pudiera utilizar para envenenar a los monjes. En ese momento sospechan de los más cercanos a la biblioteca, pero no están seguros.
Guillermo interroga bruscamente a Salvatore ya que está seguro de que este sabe algo y éste le dice que él que sabe muchas cosas es Remigio , el cillerero, éste dice saber cosas sobre la muerte de Venancio y también confiesa sobre otros actos que ocurren en la abadía como la entrada de mujeres en la cocina. A la hora sexta de este cuarto día Adso se va al campo a buscar trufas junto con Severino y otros frailes y se encuentran en el camino con una delegación de franciscanos que se dirigen a la abadía. Avisan a Guillermo y este los recibe con muestras de afecto.
También llegan a la abadía el cardenal Del Poggetto y Bernardo Gui , inquisidor, del que todos habían oído hablar y que se dedicó rápidamente a interrogar a los laicos, sobre los sucesos de la abadía, y también a los campesinos, al revés de lo que había hecho Guillermo que empezó preguntando a los frailes.
Mientras Guillermo y Adso emprenden nuevamente camino a la biblioteca, que les tenía intrigados. Por la noche los arqueros de Bernardo de Gui descubren a Salvatore y a la muchacha de siempre haciendo labores de nigromancia y brujería. El caso es que son apresados por los arqueros y conducidos a las celdas que existían en la abadía para estos casos, hasta ser interrogados por Bernardo en las próximas horas. Adso ha visto a la muchacha y ella le ha reconocido con la mirada. Durante la reunión Guillermo es avisado de que Severino quiere verle ya que , dice, ha encontrado algo entre sus hierbas y medicinas.
El encuentro entre Guillermo y Severino, el herbolario, es observado con interés por algunos monjes que tratan de enterarse del hallazgo de Severino, estos son Jorge de Burgos, Aymaro de Alessandría y parece que Bencio también ha presenciado la escena se producen unos movimientos extraños de estos monjes en torno a este descubrimiento y ante los movimientos raros de estos monjes, Adso observa y trata de seguir a Jorge de Burgos a ver donde va, pero Jorge se le escapa. Entonces ve a Remigio , el cillerero, que sigue a Severino, pero confía que, en caso de que quiera hacerle algo, Severino sabrá defenderse y Adso vuelve a la sala capitular donde se sigue celebrando la reunión. Severino yacía en el suelo en medio de un gran charco de sangre y con el cerebro medio abierto por un fuerte golpe. ¿quién habría sido?
Allí estuvo Malaquias, también el cillerero, también estuvo Bencio, pero... ¿quién era el asesino?
Guillermo y Adso se pusieron a buscar alguna pista que les pudiese clarificar algo, buscaban algún libro extraño que les pudiese ayudar en la investigación. Tal y como se están poniendo las cosas por parte de Bernardo, Guillermo le dice a Ubertino, que también tiene un pasado confuso , que abandone la abadía, y se entera que Bencio ha sido nombrado ayudante de Malaquias el bibliotecario y que el libro que todos están buscando ha sido cogido por éste y llevado a ocultarlo en la biblioteca. Antes de morir quiso confesar algo a Guillermo pero balbuceó algunas palabras ininteligibles. Todos pensaron de nuevo que en la abadía había otros asesinos. Malaquias también tenía negra la lengua y los dedos. Se nombra bibliotecario a Bencio y a Nicola se le nombra cillerero, al menos de momento.
Adso manifiesta haber tenido un bonito sueño que le ayuda a interpretar Guillermo los forasteros se van. Antes de intentar subir a la biblioteca habían observado extraños movimientos de algunos monjes de la abadía, sobre todo los de mayor edad, y presentían que algo estaba ocurriendo o que iba a ocurrir. Más tarde se sabría que era el abad.
El caso es que Guillermo y Adso consiguen al fin entrar en la sala llamada “ finis Africae” que es la que parece que guarda el ansiado libro pero....¡ oh sorpresa! Ven en la oscuridad una silueta de un monje que estaba sentado junto a una mesa. Era Jorge de Burgos, el ciego. Jorge cree que Guillermo no sabe nada del tema y le invita a ojear el libro para que también se envenene, pero Guillermo que ya se imaginaba la escena lo hace pero con guantes Se entabla entre Guillermo y Jorge una dialéctica de gran relevancia en las que cada uno expone su filosofía acerca del contenido del famoso libro. Aquí Jorge descubre que es el que ha tendido una trampa al abad para que queda atrapado en el laberinto y no pueda entrar en la biblioteca. El ciego se manejaba bien por los pasillos en la oscuridad. A estas horas, dice, el abad ya habrá muerto asfixiado.
Ante el asombro de Guillermo y Adso empieza a comerse las páginas del libro y Guillermo trata de impedirlo, más que por salvar al viejo por hacerse con el preciado libro pero el viejo es muy listo y se defiende a pesar de su ceguera. Se escapa de la habitación y Guillermo y Adso tardan en reaccionar por falta de visibilidad. Al final recuperan de nuevo la lámpara, la encienden y tratan de atrapar a Jorge, y éste antes de ser atrapado y mediante una refriega con Guillermo le quita la lámpara y la arroja con fuerza y va a caer al lado de unos libros que empiezan tímidamente a arder.
Pero no fue solo la biblioteca lo que ardió. El golpe de mano del ciego sobre la lámpara de sus adversarios, acabaría con toda la abadía y con muchos de sus habitantes, tanto personas como animales. Las llamas se propagaron dentro y fueran de la abadía como una terrible plaga, mientras Adso y Guillermo que habían conseguido salir de la biblioteca se disponían a huir.
La abadía ardió durante tres días y tres noches y todo quedo destruido. Guillermo y Adso emprendieron la huida pero llegó el momento de separarse ya que cada uno tenia diferente destino. A Adso le dio mucha pena separarse de Guillermo al que admiraba profundamente a pesar de sus errores. Aún Adso , años después, volvió a la abadía a contemplar sus ruinas.
Berengario es uno de los monjes de la abadía, ayudante del bibliotecario Malaquias, y si haz avanzado lo suficiente, sabrás que tuvo que ver con la muerte del pobre Adelmo, mi conclusion fue que era gay.
Saludos.
Felipe:
Berengario da Arundel es el ayudante del bibliotecario. 3ª víctima.
En este link podés encontrar toda la información respecto del libro, resumen, personajes y hasta el libro.
http://html.rincondelvago.com/el-nombre-de-la-rosa...
Un beso y suerte
no se
el ayudante del bibliotecario
Berengario da Arundel es el ayudante del bibliotecario.
Ignoro quien comía berengenas en el libro, ¡ja,ja!l
Saluditos
Un chavalito alegre de destino trágico, pero se ha divertido antes de morir. Que se le va a hacer
Creo que el primero de la serie de monjes muertos.mmmmmmh..... no recuerdo....si el que cae de la torre o el que perece ahogado en sangre
Aguante Salvattore!!!!!!!!!!!!!