Simón Rodríguez nació en Caracas el 28 de octubre de 1769. Pedagogo, pensador filosófico, escritor de densas obras de contenido histórico y sociológico, y conocedor a fondo de la sociedad hispanoamericana. Fue maestro y mentor del Libertador Simón Bolívar.
Hijo expósito, su vida activa de maestro la comenzó en mayo de 1791, cuando el Cabildo de Caracas lo admite para ejercer el cargo en la escuela de primeras letras para niños. Impartió clases al niño Simón Bolívar, enseñándole los rudimentos de las lenguas española y latina, aritmética e historia. Llegó a tener bajo su pupilaje a un grupo de niños que para finales del año 1793 ascendía a 114.
En junio del 93 se casa con María de los Santos Ronco.
En 1794, presenta al Ayuntamiento sus Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y el medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento. Se trata de un planteamiento crítico de la enseñanza colonial. En 1795, cuando el niño Bolívar se fuga de la casa de su tutor, es enviado a vivir en la casa de su maestro Simón Rodríguez, bajo la tutoría de éste.
En 1797, a raíz de ser abortada la tentativa revolucionaria de Guál, España y Picornell, el maestro toma la determinación de salir al extranjero. Llega a Kingston (Jamaica), donde residirá algún tiempo y cambiará su nombre por el de Samuel Robinson. Luego viaja a los Estados Unidos, vive en Baltimore como cajista de imprenta, hasta finales de 1800, y en abril de 1801 se traslada a Francia. Desembarca en Bayona y pasa a París, donde se residencia. Traduce al español la novela Atala, de Chateaubriand. Son los años del ascenso vertiginoso de la estrella de Napoleón Bonaparte. Coincidencialmente, Bolívar, ya viudo, llega a París en 1804. Maestro y alumno se reúnen a poco en Vienay van a madurar entre los dos una sólida y bella amistad. Rodríguez participa de manera decisiva en el nuevo rumbo de Bolívar: el compromiso para siempre con el destino de su patria.
La influencia sobre Bolívar
Juntos parten en marzo de 1805, a un viaje que los lleva a Lyon y Chambery para luego atravesar los Alpes y entrar en Italia: Milán, Venecia, Ferrara, Bolonia y Florencia. En Milán presencian la nueva coronación de Napoleón, esta vez como rey de Italia. El 15 de agosto de ese mismo año, suben al Monte Sacro, en Roma, y Rodríguez recoge para la posteridad el juramento que allí su discípulo hace: ."Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor; y juro por mi patria; que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español".
Luego de una breve visita de Bolívar a Nápoles retornan a París hacia fines de año. Poco tiempo después se separan y, en 1806, inicia Simón Rodríguez un largo peregrinar por Europa, viviendo en Italia, Alemania, Prusia, Polonia y Rusia, donde se dedicó por varios años a la docencia. En 1823, en Londres se encuentra con Andrés Bello y ese mismo año emprende su viaje de retorno a América. Desembarca en Cartagena de Indias, y retoma su nombre de Simón Rodríguez. En Bogotá, en 1824, realiza la primera fundación de una escuela-taller.
Visita Panamá, Guayaquil y otros lugares. Al año se reúne en Lima con el Libertador. Antes, a su paso por Ecuador deja varias obras; en Latacunga, dicta clases de Agricultura y Botánica en el Colegio Nacional; en Quito presenta al Gobierno un Plan de colonización para el Oriente del Ecuador, y en Ibarra, funda una "Sociedad de Socorros Mutuos".
Bolívar lo incorpora al grupo de sus colaboradores directos. A mediados de abril, parte con Bolívar hacia varias ciudades de Perú y pasa por Bolivia. En noviembre de ese mismo año, Bolívar lo nombra "Director de Enseñanza Pública, Ciencias Físicas, Matemáticas y de Artes y Director General de Minas, Agricultura y Caminos Públicos de la República Boliviana".
En enero de 1826, Bolívar regresa a Lima y Rodríguez se queda en Bolivia; no volverán a verse jamás. En ese mismo año, funda la segunda escuela-taller, esta vez con proyecciones para toda Bolivia, desde Chuquisaca.
El pensamiento volcado en Hispanoamérica
Marcha en 1828 para Arequipa, donde publica el pródromode la obra Sociedades Americanas en 1828. En esta obra insiste en la necesidad de buscar soluciones propias para los problemas de Hispanoamérica, concepto que sintetiza en una frase: "La América Española es Original i ORIGINALES han de ser sus Instituciones i su gobierno i ORIGINALES sus medios de fundar uno i otro. O Inventamos o Erramos".
En 1830, aparece su libro El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social, un vibrante alegato a favor de Bolívar. En septiembre de ese año, circula su ensayo científico Observaciones sobre el terreno de Vincocaya.
En 1831, Simón Rodríguez contrae segundas nupcias con Manuela Gómez, en Perú. Desde Lima acepta la dirección de una escuela y publica su libro Luces y Virtudes Sociales, donde afirma su concepto de la escuela primaria puntualizando la diferencia entre instruir y educar. Seguidamente, se edita en la misma ciudad el Informe sobre Concepción después del Terremoto de febrero de 1835. Rodríguez se encuentra por segunda vez con Andrés Bello, ahora en Santiago de Chile, y reedita en Valparaíso, Luces y Virtudes Sociales (1838). Publica varios artículos en El Mercurio.
En 1842, reedita su obra Sociedades Americanas en 1828, emprende viaje a Ecuador en 1843 y a su paso por el puerto de Paita (Perú), se entrevista con Manuela Sáenz.
Años más tarde, publica en El Neogranadino, periódico de Bogotá, su Extracto sucinto de mi obra sobre la Educación Republicana. En 1850, vuelve a Latacunga y, en 1851, entrega al Colegio de San Vicente sus Consejos de amigo dados al Colegio de Latacunga.
En los años finales de su vida, Simón Rodríguez va a Guayaquil, donde se perderá buena parte de su obra a causa de un incendio que devastó a buena parte de la ciudad. En 1853, emprende un nuevo viaje al Perú, acompañado por su hijo José y su amigo Camilo Gómez, quien lo asistirá en el momento de su muerte, ocurrida en el pueblo de Amotape el 17 de julio de 1853. Setenta años después, sus restos fueron trasladados al Panteón de los Próceres en Lima, y desde allí, al siglo justo de su fallecimiento, fueron devueltos a Caracas, ciudad natal, donde reposan en el Panteón Nacional.
Simón Rodríguez nació en Caracas el 28 de octubre de 1769. Pedagogo, pensador filosófico, escritor de densas obras de contenido histórico y sociológico, y conocedor a fondo de la sociedad hispanoamericana. Fue maestro y mentor del Libertador Simón Bolívar.
Hijo expósito, su vida activa de maestro la comenzó en mayo de 1791, cuando el Cabildo de Caracas lo admite para ejercer el cargo en la escuela de primeras letras para niños. Impartió clases al niño Simón Bolívar, enseñándole los rudimentos de las lenguas española y latina, aritmética e historia. Llegó a tener bajo su pupilaje a un grupo de niños que para finales del año 1793 ascendía a 114.
En junio del 93 se casa con María de los Santos Ronco.
En 1794, presenta al Ayuntamiento sus Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y el medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento. Se trata de un planteamiento crítico de la enseñanza colonial. En 1795, cuando el niño Bolívar se fuga de la casa de su tutor, es enviado a vivir en la casa de su maestro Simón Rodríguez, bajo la tutoría de éste.
En 1797, a raíz de ser abortada la tentativa revolucionaria de Guál, España y Picornell, el maestro toma la determinación de salir al extranjero. Llega a Kingston (Jamaica), donde residirá algún tiempo y cambiará su nombre por el de Samuel Robinson. Luego viaja a los Estados Unidos, vive en Baltimore como cajista de imprenta, hasta finales de 1800, y en abril de 1801 se traslada a Francia. Desembarca en Bayona y pasa a París, donde se residencia. Traduce al español la novela Atala, de Chateaubriand. Son los años del ascenso vertiginoso de la estrella de Napoleón Bonaparte. Coincidencialmente, Bolívar, ya viudo, llega a París en 1804. Maestro y alumno se reúnen a poco en Vienay van a madurar entre los dos una sólida y bella amistad. Rodríguez participa de manera decisiva en el nuevo rumbo de Bolívar: el compromiso para siempre con el destino de su patria.
La influencia sobre Bolívar
Juntos parten en marzo de 1805, a un viaje que los lleva a Lyon y Chambery para luego atravesar los Alpes y entrar en Italia: Milán, Venecia, Ferrara, Bolonia y Florencia. En Milán presencian la nueva coronación de Napoleón, esta vez como rey de Italia. El 15 de agosto de ese mismo año, suben al Monte Sacro, en Roma, y Rodríguez recoge para la posteridad el juramento que allí su discípulo hace: ."Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor; y juro por mi patria; que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español".
Luego de una breve visita de Bolívar a Nápoles retornan a París hacia fines de año. Poco tiempo después se separan y, en 1806, inicia Simón Rodríguez un largo peregrinar por Europa, viviendo en Italia, Alemania, Prusia, Polonia y Rusia, donde se dedicó por varios años a la docencia. En 1823, en Londres se encuentra con Andrés Bello y ese mismo año emprende su viaje de retorno a América. Desembarca en Cartagena de Indias, y retoma su nombre de Simón Rodríguez. En Bogotá, en 1824, realiza la primera fundación de una escuela-taller.
Visita Panamá, Guayaquil y otros lugares. Al año se reúne en Lima con el Libertador. Antes, a su paso por Ecuador deja varias obras; en Latacunga, dicta clases de Agricultura y Botánica en el Colegio Nacional; en Quito presenta al Gobierno un Plan de colonización para el Oriente del Ecuador, y en Ibarra, funda una "Sociedad de Socorros Mutuos".
Bolívar lo incorpora al grupo de sus colaboradores directos. A mediados de abril, parte con Bolívar hacia varias ciudades de Perú y pasa por Bolivia. En noviembre de ese mismo año, Bolívar lo nombra "Director de Enseñanza Pública, Ciencias Físicas, Matemáticas y de Artes y Director General de Minas, Agricultura y Caminos Públicos de la República Boliviana".
En enero de 1826, Bolívar regresa a Lima y Rodríguez se queda en Bolivia; no volverán a verse jamás. En ese mismo año, funda la segunda escuela-taller, esta vez con proyecciones para toda Bolivia, desde Chuquisaca.
El pensamiento volcado en Hispanoamérica
Marcha en 1828 para Arequipa, donde publica el pródromode la obra Sociedades Americanas en 1828. En esta obra insiste en la necesidad de buscar soluciones propias para los problemas de Hispanoamérica, concepto que sintetiza en una frase: "La América Española es Original i ORIGINALES han de ser sus Instituciones i su gobierno i ORIGINALES sus medios de fundar uno i otro. O Inventamos o Erramos".
En 1830, aparece su libro El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social, un vibrante alegato a favor de Bolívar. En septiembre de ese año, circula su ensayo científico Observaciones sobre el terreno de Vincocaya.
En 1831, Simón Rodríguez contrae segundas nupcias con Manuela Gómez, en Perú. Desde Lima acepta la dirección de una escuela y publica su libro Luces y Virtudes Sociales, donde afirma su concepto de la escuela primaria puntualizando la diferencia entre instruir y educar. Seguidamente, se edita en la misma ciudad el Informe sobre Concepción después del Terremoto de febrero de 1835. Rodríguez se encuentra por segunda vez con Andrés Bello, ahora en Santiago de Chile, y reedita en Valparaíso, Luces y Virtudes Sociales (1838). Publica varios artículos en El Mercurio.
En 1842, reedita su obra Sociedades Americanas en 1828, emprende viaje a Ecuador en 1843 y a su paso por el puerto de Paita (Perú), se entrevista con Manuela Sáenz.
Años más tarde, publica en El Neogranadino, periódico de Bogotá, su Extracto sucinto de mi obra sobre la Educación Republicana. En 1850, vuelve a Latacunga y, en 1851, entrega al Colegio de San Vicente sus Consejos de amigo dados al Colegio de Latacunga.
En los años finales de su vida, Simón Rodríguez va a Guayaquil, donde se perderá buena parte de su obra a causa de un incendio que devastó a buena parte de la ciudad. En 1853, emprende un nuevo viaje al Perú, acompañado por su hijo José y su amigo Camilo Gómez, quien lo asistirá en el momento de su muerte, ocurrida en el pueblo de Amotape el 17 de julio de 1853. Setenta años después, sus restos fueron trasladados al Panteón de los Próceres en Lima, y desde allí, al siglo justo de su fallecimiento, fueron devueltos a Caracas, ciudad natal, donde reposan en el Panteón Nacional.
Una cosa: ojo con la famosa "pedia", porque allí los artículos son de publicación libre, sin ningún tipo de control en cuanto a su rigor académico... puedes encontrar cualquier cosa.
Dejar de Roncar Hoy es un libro de Pablo Villaverde que lo puedes encontrar aquí https://tr.im/19Ehc El manual Dejar de Roncar Hoy contiene un método natural que hará que puedas dormir placenteramente y en mutismo desde la misma noche que comienzas con el tratamiento propuesto en este volumen.
Dejar de Roncar Hoy es prácticamente un guía paso a paso para dejar de roncar y dejar yacer a su pareja o familiares durante toda la noche. Así que si quieres saber todos los secretos que debe conocer para descansar por las noches sin ruidos molestos y sin despertar a sus seres queridos entonces adquisicióna este libro para cambiar para siempre tu cuerpo y tu mente.
Nace en Caracas Simón Rodríguez, calificado de "loco", "maestro" o "don", este ejemplar venezolano, de padres desconocidos, el 28 de octubre de 1771. Se dice que fue hijo adoptivo de Cayetano Carreño y de Rosalía Rodríguez. De su infancia, se conoce muy poco. Simón Rodríguez es un niño expósito y su único familiar conocido es su hermano Gayetano.
Su carácter nada común lo lleva a quitarse el apellido paterno, el adoptivo y a quedarse sólo con el de su madre (originalmente se hubiera llamado Simón Carreño Rodríguez), por eso es que, el mismo Simón se presenta como expósito en el acta matrimonial.
Se caracterizará toda su vida por seguir apasionadamente su ideal de pensar y enseñar en libertad plena. Su vida estuvo dominada por la pasión de las letras.
El primer contacto de los dos Simones se produce cuando Rodríguez es contratado por Feliciano Palacios, abuelo de Bolívar, para que en su propia casa le sirva de amanuense. Más tarde, al fugarse de la casa de su tío Carlos Palacios, Bolívar ingresará a la escuela pública de Rodríguez.
Este era un maestro que enseñaba divirtiendo, según expresión bolivariana. Su manera de enseñar, distinta a todo lo tradicional, era en el campo, frente a la naturaleza, lo cual servía para el espíritu, para la fortaleza del cuerpo y para el conocimiento de las cosas que nos rodean. Si está en el aula, entre sus 114 alumnos (setenta y cuatro que pagan y cuarenta gratis, entre ellos nueve expósitos), les da instrucción adecuada a sus edades y les inculca las buenas costumbres y el amor por la libertad.
Don Simón Rodríguez, precursor y animador de la inquietud bolivariana, es por antonomasia el Maestro del Libertador; antes de que éste independizara a América, Rodríguez (su "Maestro Universal") hace su tarea: independiza a Bolívar, lo divorcia de la realidad tradicional y lo acerca a la verdad futura; le ayuda a conseguir la perspectiva propia de un creador, a intuir su faena y a calcular las fuerzas de sus auxiliares y sus enemigos. Simón Rodríguez llama a Bolívar a ser terriblemente cuerdo entre aquellos mediocres que se autoestiman depositarios del buen juicio y de la sensatez, y a los ojos de los cuales la Independencia tenía que ser una locura singular.
La enseñanza de Rodríguez se cumple en la adolescencia y en los umbrales mismos de su edad adulta; superados algunos rices de la infancia entre maestro y discípulo, roces que nunca más recordará El Libertador, la compenetración entre ambos es intensa y duradera. Por el carácter independiente y rebelde de Rodríguez se comprende que cale tan hondo en el espíritu del joven.
La casualidad pone en manos de Simón Rodríguez, pedagogo per sé y fanático de Juan Jacobo Rousseau, a un niño sano, rico, de alcurnia, inteligente, sin familia, sin padres siquiera a quienes rendir estrecha cuenta de aquella infancia. En suma, encuentra el Emilio ideal. Y Simón Rodríguez inicia la educación que aconseja Rousseau en su Emilio. Bolívar es el primer hombre moderno, quizás el único, que haya sido educado para hombre libre. Rodríguez le hizo cerrar los libros de texto y le abrió el gran libro de la naturaleza. Le enseña antes que nada a ser fuerte de alma y de cuerpo; y a convivir con la naturaleza, sin ser víctima de ella. Le enseña a dar grandes caminatas, a cabalgar días enteros, a nadar, a saltar. Le transmite oralmente cuanto el discípulo puede asimilar. Y le obliga a leer a los grandes autores clásicos como Plutarco y a los modernos como Rousseau. A eso se limita.
Simón Rodríguez, en 1794 presentó al Cabildo de Venezuela un proyecto de Escuelas Públicas, donde analizaba el sistema educativo para aquel entonces y donde planteaba la necesidad de la participación activa de los alumnos en las cátedras, exponiendo sus ideas y aclarando sus dudas. Pero las autoridades coloniales no le prestaron ninguna atención.
Simón Rodríguez, además, de su conocimiento y talento como educador, sintió también la inquietud de la Libertad; participó en el movimiento revolucionario de Gual y España, y complicado en esta tentativa de independencia abandonó el país al fracasar el movimiento y se traslada a Jamaica, suplantando su nombre por el de Samuel Robinson, para evitar cualquier vengativa por parte de las autoridades del rey.
Al llegar a Jamaica en 1798, se inscribió en una escuela pública para aprender ingles, donde hizo buenas relaciones con los niños, que eran sus compañeros de clase, debido a su bondadoso corazón. Luego marchó a los Estados Unidos, estableciéndose en Baltimore, donde se desempeñó por algún tiempo como cajista de una imprenta. Simón Rodríguez tenía un espíritu de aventurero y esto lo llevo a seguir recorriendo varios países. Simón Rodríguez solía decir: "No quiero parecerme a los árboles, que echan raíces en un solo lugar; sino al viento, al agua, al sol, a todas esas cosas que marchan sin cesar".
Viajó por espacio de diez y seis años, conoció Italia, Suiza, Alemania, Bélgica, Rusia, Inglaterra y otros. Su estadía en el viejo continente le permite dominar el francés, el italiano, el alemán y el portugués, profundizar sus estudios filosóficos y entrar en contacto con las teorías revolucionarias que pronto implantarían un nuevo orden político y social de alcance mundial. Todos estos conocimientos, más tarde los vertería en su más destacado alumno: el Libertador Simón Bolívar.
Simón Bolívar viaja a Europa para distracción de su viudez temprana, dura tres años por fuera, donde se encuentra con su Maestro Simón Rodríguez y se convierte en un viaje de aprendizaje, ya que Rodríguez vuelca todos sus conocimientos en él. En esta época Rodríguez le aconseja a Bolívar que estudie a "Helvecio, Holbach, Hume", entre otros.
En 1823, vuelve Simón Rodríguez a Venezuela, cuando su antiguo discípulo Simón Bolívar se encontraba preparando la emancipación del Perú. Al enterarse Bolívar de la llegada de su maestro lo llama a su lado y lo nombra Director e Inspector de Instrucciones Públicas y Beneficencia, y regenta la Escuela Municipal de Caracas. Y en calidad de tal acompaña al Libertador a Chuquisaca, donde funda una escuela, acorde con sus ideas de enseñanza. Se esmera en hacer de sus alumnos albañiles, herreros, carpinteros y otros oficios manuales. Pero lamentablemente fracasa, porque los mismos padres de familia miraban con desagrado que sus hijos aprendieran tales oficios, teniendo que cerrar la escuela.
Bolívar ratificó en 1823 la manera de enseñanza de Rodríguez sobre las buenas costumbres y el amor a la libertad: «Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso».
En 1826 Rodríguez le escribía a Bolívar: "No sé si usted se acuerda que estando en París, siempre tenía yo la culpa de cuanto sucedía a Toro, Montúfar, a usted y a todos sus amigos". Palabras que sugieren la gran amistad entre aquellos jóvenes y el travieso pero respetado Pedagogo. Esto haciendo remembranza de la época que pasaron juntos en París cuando bolívar viajó a Europa.
En ese entonces, Rodríguez solo contaba con treinta años.
En 1829, retirado de la docencia, establece en Azángaro, sobre las riberas del Lago de Titicacas, una fábrica de Velas, que irónicamente él llamaba "De luces americanas". Pero reclamado por la población cedió a encargarse de nuevo de la Educación.
Después de la muerte del Libertador, en 1830, se traslada a Lima y luego a Huacho. En 1833, fue nombrado Director de estudios del Departamento de Concepción, este mismo año, en Chile se entrevista con su compatriota Andrés Bello y funda una escuela de Barrio. Después de algunos años de permanencia en aquella República, pasó a la del Ecuador donde fue nombrado catedrático de Botánica y Agricultura del Colegio de Latacunga.
En 1846, regenta un Colegio en Quito y en 1847, se traslada al Sur de Colombia, entregado siempre a su pasión de enseñar. Luego se enrumba a Perú, donde murió Simón Rodríguez, pobre y sin hogar a los 83 años de edad, el 23 de Febrero de 1854, en el humilde pueblecito peruano San Nicolás de Amotape. Fabricaba velas, que es hacer luz.
Sus restos fueron trasladados en 1954 al Panteón Nacional, en el centenario de su muerte.
No sin motivos, Bolívar usaba el calificativo de «el Sócrates de Colombia» para referirse a su maestro.
Simón Rodríguez, fue un maestro ejemplar y gran luchador por la Libertad y la Justicia.
Escribió obras de valioso interés, entre las que se pueden citar:
Educación Popular.
El suelo y sus habitantes.
Tratado sobre las luces y las virtudes sociales.
Defensa de Bolívar.
El Libertador del Mediodía de América.
Sus compañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social..................................
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Simón Rodríguez nació en Caracas el 28 de octubre de 1769. Pedagogo, pensador filosófico, escritor de densas obras de contenido histórico y sociológico, y conocedor a fondo de la sociedad hispanoamericana. Fue maestro y mentor del Libertador Simón Bolívar.
Hijo expósito, su vida activa de maestro la comenzó en mayo de 1791, cuando el Cabildo de Caracas lo admite para ejercer el cargo en la escuela de primeras letras para niños. Impartió clases al niño Simón Bolívar, enseñándole los rudimentos de las lenguas española y latina, aritmética e historia. Llegó a tener bajo su pupilaje a un grupo de niños que para finales del año 1793 ascendía a 114.
En junio del 93 se casa con María de los Santos Ronco.
En 1794, presenta al Ayuntamiento sus Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y el medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento. Se trata de un planteamiento crítico de la enseñanza colonial. En 1795, cuando el niño Bolívar se fuga de la casa de su tutor, es enviado a vivir en la casa de su maestro Simón Rodríguez, bajo la tutoría de éste.
En 1797, a raíz de ser abortada la tentativa revolucionaria de Guál, España y Picornell, el maestro toma la determinación de salir al extranjero. Llega a Kingston (Jamaica), donde residirá algún tiempo y cambiará su nombre por el de Samuel Robinson. Luego viaja a los Estados Unidos, vive en Baltimore como cajista de imprenta, hasta finales de 1800, y en abril de 1801 se traslada a Francia. Desembarca en Bayona y pasa a París, donde se residencia. Traduce al español la novela Atala, de Chateaubriand. Son los años del ascenso vertiginoso de la estrella de Napoleón Bonaparte. Coincidencialmente, Bolívar, ya viudo, llega a París en 1804. Maestro y alumno se reúnen a poco en Vienay van a madurar entre los dos una sólida y bella amistad. Rodríguez participa de manera decisiva en el nuevo rumbo de Bolívar: el compromiso para siempre con el destino de su patria.
La influencia sobre Bolívar
Juntos parten en marzo de 1805, a un viaje que los lleva a Lyon y Chambery para luego atravesar los Alpes y entrar en Italia: Milán, Venecia, Ferrara, Bolonia y Florencia. En Milán presencian la nueva coronación de Napoleón, esta vez como rey de Italia. El 15 de agosto de ese mismo año, suben al Monte Sacro, en Roma, y Rodríguez recoge para la posteridad el juramento que allí su discípulo hace: ."Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor; y juro por mi patria; que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español".
Luego de una breve visita de Bolívar a Nápoles retornan a París hacia fines de año. Poco tiempo después se separan y, en 1806, inicia Simón Rodríguez un largo peregrinar por Europa, viviendo en Italia, Alemania, Prusia, Polonia y Rusia, donde se dedicó por varios años a la docencia. En 1823, en Londres se encuentra con Andrés Bello y ese mismo año emprende su viaje de retorno a América. Desembarca en Cartagena de Indias, y retoma su nombre de Simón Rodríguez. En Bogotá, en 1824, realiza la primera fundación de una escuela-taller.
Visita Panamá, Guayaquil y otros lugares. Al año se reúne en Lima con el Libertador. Antes, a su paso por Ecuador deja varias obras; en Latacunga, dicta clases de Agricultura y Botánica en el Colegio Nacional; en Quito presenta al Gobierno un Plan de colonización para el Oriente del Ecuador, y en Ibarra, funda una "Sociedad de Socorros Mutuos".
Bolívar lo incorpora al grupo de sus colaboradores directos. A mediados de abril, parte con Bolívar hacia varias ciudades de Perú y pasa por Bolivia. En noviembre de ese mismo año, Bolívar lo nombra "Director de Enseñanza Pública, Ciencias Físicas, Matemáticas y de Artes y Director General de Minas, Agricultura y Caminos Públicos de la República Boliviana".
En enero de 1826, Bolívar regresa a Lima y Rodríguez se queda en Bolivia; no volverán a verse jamás. En ese mismo año, funda la segunda escuela-taller, esta vez con proyecciones para toda Bolivia, desde Chuquisaca.
El pensamiento volcado en Hispanoamérica
Marcha en 1828 para Arequipa, donde publica el pródromode la obra Sociedades Americanas en 1828. En esta obra insiste en la necesidad de buscar soluciones propias para los problemas de Hispanoamérica, concepto que sintetiza en una frase: "La América Española es Original i ORIGINALES han de ser sus Instituciones i su gobierno i ORIGINALES sus medios de fundar uno i otro. O Inventamos o Erramos".
En 1830, aparece su libro El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social, un vibrante alegato a favor de Bolívar. En septiembre de ese año, circula su ensayo científico Observaciones sobre el terreno de Vincocaya.
En 1831, Simón Rodríguez contrae segundas nupcias con Manuela Gómez, en Perú. Desde Lima acepta la dirección de una escuela y publica su libro Luces y Virtudes Sociales, donde afirma su concepto de la escuela primaria puntualizando la diferencia entre instruir y educar. Seguidamente, se edita en la misma ciudad el Informe sobre Concepción después del Terremoto de febrero de 1835. Rodríguez se encuentra por segunda vez con Andrés Bello, ahora en Santiago de Chile, y reedita en Valparaíso, Luces y Virtudes Sociales (1838). Publica varios artículos en El Mercurio.
En 1842, reedita su obra Sociedades Americanas en 1828, emprende viaje a Ecuador en 1843 y a su paso por el puerto de Paita (Perú), se entrevista con Manuela Sáenz.
Años más tarde, publica en El Neogranadino, periódico de Bogotá, su Extracto sucinto de mi obra sobre la Educación Republicana. En 1850, vuelve a Latacunga y, en 1851, entrega al Colegio de San Vicente sus Consejos de amigo dados al Colegio de Latacunga.
En los años finales de su vida, Simón Rodríguez va a Guayaquil, donde se perderá buena parte de su obra a causa de un incendio que devastó a buena parte de la ciudad. En 1853, emprende un nuevo viaje al Perú, acompañado por su hijo José y su amigo Camilo Gómez, quien lo asistirá en el momento de su muerte, ocurrida en el pueblo de Amotape el 17 de julio de 1853. Setenta años después, sus restos fueron trasladados al Panteón de los Próceres en Lima, y desde allí, al siglo justo de su fallecimiento, fueron devueltos a Caracas, ciudad natal, donde reposan en el Panteón Nacional.
http://www.simon-bolivar.org/bolivar/simon_rodrigu...
Simón Rodríguez
Simón Rodríguez nació en Caracas el 28 de octubre de 1769. Pedagogo, pensador filosófico, escritor de densas obras de contenido histórico y sociológico, y conocedor a fondo de la sociedad hispanoamericana. Fue maestro y mentor del Libertador Simón Bolívar.
Hijo expósito, su vida activa de maestro la comenzó en mayo de 1791, cuando el Cabildo de Caracas lo admite para ejercer el cargo en la escuela de primeras letras para niños. Impartió clases al niño Simón Bolívar, enseñándole los rudimentos de las lenguas española y latina, aritmética e historia. Llegó a tener bajo su pupilaje a un grupo de niños que para finales del año 1793 ascendía a 114.
En junio del 93 se casa con María de los Santos Ronco.
En 1794, presenta al Ayuntamiento sus Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y el medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento. Se trata de un planteamiento crítico de la enseñanza colonial. En 1795, cuando el niño Bolívar se fuga de la casa de su tutor, es enviado a vivir en la casa de su maestro Simón Rodríguez, bajo la tutoría de éste.
En 1797, a raíz de ser abortada la tentativa revolucionaria de Guál, España y Picornell, el maestro toma la determinación de salir al extranjero. Llega a Kingston (Jamaica), donde residirá algún tiempo y cambiará su nombre por el de Samuel Robinson. Luego viaja a los Estados Unidos, vive en Baltimore como cajista de imprenta, hasta finales de 1800, y en abril de 1801 se traslada a Francia. Desembarca en Bayona y pasa a París, donde se residencia. Traduce al español la novela Atala, de Chateaubriand. Son los años del ascenso vertiginoso de la estrella de Napoleón Bonaparte. Coincidencialmente, Bolívar, ya viudo, llega a París en 1804. Maestro y alumno se reúnen a poco en Vienay van a madurar entre los dos una sólida y bella amistad. Rodríguez participa de manera decisiva en el nuevo rumbo de Bolívar: el compromiso para siempre con el destino de su patria.
La influencia sobre Bolívar
Juntos parten en marzo de 1805, a un viaje que los lleva a Lyon y Chambery para luego atravesar los Alpes y entrar en Italia: Milán, Venecia, Ferrara, Bolonia y Florencia. En Milán presencian la nueva coronación de Napoleón, esta vez como rey de Italia. El 15 de agosto de ese mismo año, suben al Monte Sacro, en Roma, y Rodríguez recoge para la posteridad el juramento que allí su discípulo hace: ."Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor; y juro por mi patria; que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español".
Luego de una breve visita de Bolívar a Nápoles retornan a París hacia fines de año. Poco tiempo después se separan y, en 1806, inicia Simón Rodríguez un largo peregrinar por Europa, viviendo en Italia, Alemania, Prusia, Polonia y Rusia, donde se dedicó por varios años a la docencia. En 1823, en Londres se encuentra con Andrés Bello y ese mismo año emprende su viaje de retorno a América. Desembarca en Cartagena de Indias, y retoma su nombre de Simón Rodríguez. En Bogotá, en 1824, realiza la primera fundación de una escuela-taller.
Visita Panamá, Guayaquil y otros lugares. Al año se reúne en Lima con el Libertador. Antes, a su paso por Ecuador deja varias obras; en Latacunga, dicta clases de Agricultura y Botánica en el Colegio Nacional; en Quito presenta al Gobierno un Plan de colonización para el Oriente del Ecuador, y en Ibarra, funda una "Sociedad de Socorros Mutuos".
Bolívar lo incorpora al grupo de sus colaboradores directos. A mediados de abril, parte con Bolívar hacia varias ciudades de Perú y pasa por Bolivia. En noviembre de ese mismo año, Bolívar lo nombra "Director de Enseñanza Pública, Ciencias Físicas, Matemáticas y de Artes y Director General de Minas, Agricultura y Caminos Públicos de la República Boliviana".
En enero de 1826, Bolívar regresa a Lima y Rodríguez se queda en Bolivia; no volverán a verse jamás. En ese mismo año, funda la segunda escuela-taller, esta vez con proyecciones para toda Bolivia, desde Chuquisaca.
El pensamiento volcado en Hispanoamérica
Marcha en 1828 para Arequipa, donde publica el pródromode la obra Sociedades Americanas en 1828. En esta obra insiste en la necesidad de buscar soluciones propias para los problemas de Hispanoamérica, concepto que sintetiza en una frase: "La América Española es Original i ORIGINALES han de ser sus Instituciones i su gobierno i ORIGINALES sus medios de fundar uno i otro. O Inventamos o Erramos".
En 1830, aparece su libro El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social, un vibrante alegato a favor de Bolívar. En septiembre de ese año, circula su ensayo científico Observaciones sobre el terreno de Vincocaya.
En 1831, Simón Rodríguez contrae segundas nupcias con Manuela Gómez, en Perú. Desde Lima acepta la dirección de una escuela y publica su libro Luces y Virtudes Sociales, donde afirma su concepto de la escuela primaria puntualizando la diferencia entre instruir y educar. Seguidamente, se edita en la misma ciudad el Informe sobre Concepción después del Terremoto de febrero de 1835. Rodríguez se encuentra por segunda vez con Andrés Bello, ahora en Santiago de Chile, y reedita en Valparaíso, Luces y Virtudes Sociales (1838). Publica varios artículos en El Mercurio.
En 1842, reedita su obra Sociedades Americanas en 1828, emprende viaje a Ecuador en 1843 y a su paso por el puerto de Paita (Perú), se entrevista con Manuela Sáenz.
Años más tarde, publica en El Neogranadino, periódico de Bogotá, su Extracto sucinto de mi obra sobre la Educación Republicana. En 1850, vuelve a Latacunga y, en 1851, entrega al Colegio de San Vicente sus Consejos de amigo dados al Colegio de Latacunga.
En los años finales de su vida, Simón Rodríguez va a Guayaquil, donde se perderá buena parte de su obra a causa de un incendio que devastó a buena parte de la ciudad. En 1853, emprende un nuevo viaje al Perú, acompañado por su hijo José y su amigo Camilo Gómez, quien lo asistirá en el momento de su muerte, ocurrida en el pueblo de Amotape el 17 de julio de 1853. Setenta años después, sus restos fueron trasladados al Panteón de los Próceres en Lima, y desde allí, al siglo justo de su fallecimiento, fueron devueltos a Caracas, ciudad natal, donde reposan en el Panteón Nacional.
Me parece que leí en algún libro que fue el maestro que educo por varios años a Simón Bolívar
Se supone que te refieres a Rodríguez, con "z". En ese caso, aquí van dos páginas:
http://www.venezuelatuya.com/biografias/rodriguez....
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Una cosa: ojo con la famosa "pedia", porque allí los artículos son de publicación libre, sin ningún tipo de control en cuanto a su rigor académico... puedes encontrar cualquier cosa.
Besos. Coca.
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Simón Rodriguez fue el maestro del Libertador Simón Bolívar
Nace en Caracas Simón Rodríguez, calificado de "loco", "maestro" o "don", este ejemplar venezolano, de padres desconocidos, el 28 de octubre de 1771. Se dice que fue hijo adoptivo de Cayetano Carreño y de Rosalía Rodríguez. De su infancia, se conoce muy poco. Simón Rodríguez es un niño expósito y su único familiar conocido es su hermano Gayetano.
Su carácter nada común lo lleva a quitarse el apellido paterno, el adoptivo y a quedarse sólo con el de su madre (originalmente se hubiera llamado Simón Carreño Rodríguez), por eso es que, el mismo Simón se presenta como expósito en el acta matrimonial.
Se caracterizará toda su vida por seguir apasionadamente su ideal de pensar y enseñar en libertad plena. Su vida estuvo dominada por la pasión de las letras.
El primer contacto de los dos Simones se produce cuando Rodríguez es contratado por Feliciano Palacios, abuelo de Bolívar, para que en su propia casa le sirva de amanuense. Más tarde, al fugarse de la casa de su tío Carlos Palacios, Bolívar ingresará a la escuela pública de Rodríguez.
Este era un maestro que enseñaba divirtiendo, según expresión bolivariana. Su manera de enseñar, distinta a todo lo tradicional, era en el campo, frente a la naturaleza, lo cual servía para el espíritu, para la fortaleza del cuerpo y para el conocimiento de las cosas que nos rodean. Si está en el aula, entre sus 114 alumnos (setenta y cuatro que pagan y cuarenta gratis, entre ellos nueve expósitos), les da instrucción adecuada a sus edades y les inculca las buenas costumbres y el amor por la libertad.
Don Simón Rodríguez, precursor y animador de la inquietud bolivariana, es por antonomasia el Maestro del Libertador; antes de que éste independizara a América, Rodríguez (su "Maestro Universal") hace su tarea: independiza a Bolívar, lo divorcia de la realidad tradicional y lo acerca a la verdad futura; le ayuda a conseguir la perspectiva propia de un creador, a intuir su faena y a calcular las fuerzas de sus auxiliares y sus enemigos. Simón Rodríguez llama a Bolívar a ser terriblemente cuerdo entre aquellos mediocres que se autoestiman depositarios del buen juicio y de la sensatez, y a los ojos de los cuales la Independencia tenía que ser una locura singular.
La enseñanza de Rodríguez se cumple en la adolescencia y en los umbrales mismos de su edad adulta; superados algunos rices de la infancia entre maestro y discípulo, roces que nunca más recordará El Libertador, la compenetración entre ambos es intensa y duradera. Por el carácter independiente y rebelde de Rodríguez se comprende que cale tan hondo en el espíritu del joven.
La casualidad pone en manos de Simón Rodríguez, pedagogo per sé y fanático de Juan Jacobo Rousseau, a un niño sano, rico, de alcurnia, inteligente, sin familia, sin padres siquiera a quienes rendir estrecha cuenta de aquella infancia. En suma, encuentra el Emilio ideal. Y Simón Rodríguez inicia la educación que aconseja Rousseau en su Emilio. Bolívar es el primer hombre moderno, quizás el único, que haya sido educado para hombre libre. Rodríguez le hizo cerrar los libros de texto y le abrió el gran libro de la naturaleza. Le enseña antes que nada a ser fuerte de alma y de cuerpo; y a convivir con la naturaleza, sin ser víctima de ella. Le enseña a dar grandes caminatas, a cabalgar días enteros, a nadar, a saltar. Le transmite oralmente cuanto el discípulo puede asimilar. Y le obliga a leer a los grandes autores clásicos como Plutarco y a los modernos como Rousseau. A eso se limita.
Simón Rodríguez, en 1794 presentó al Cabildo de Venezuela un proyecto de Escuelas Públicas, donde analizaba el sistema educativo para aquel entonces y donde planteaba la necesidad de la participación activa de los alumnos en las cátedras, exponiendo sus ideas y aclarando sus dudas. Pero las autoridades coloniales no le prestaron ninguna atención.
Simón Rodríguez, además, de su conocimiento y talento como educador, sintió también la inquietud de la Libertad; participó en el movimiento revolucionario de Gual y España, y complicado en esta tentativa de independencia abandonó el país al fracasar el movimiento y se traslada a Jamaica, suplantando su nombre por el de Samuel Robinson, para evitar cualquier vengativa por parte de las autoridades del rey.
Al llegar a Jamaica en 1798, se inscribió en una escuela pública para aprender ingles, donde hizo buenas relaciones con los niños, que eran sus compañeros de clase, debido a su bondadoso corazón. Luego marchó a los Estados Unidos, estableciéndose en Baltimore, donde se desempeñó por algún tiempo como cajista de una imprenta. Simón Rodríguez tenía un espíritu de aventurero y esto lo llevo a seguir recorriendo varios países. Simón Rodríguez solía decir: "No quiero parecerme a los árboles, que echan raíces en un solo lugar; sino al viento, al agua, al sol, a todas esas cosas que marchan sin cesar".
Viajó por espacio de diez y seis años, conoció Italia, Suiza, Alemania, Bélgica, Rusia, Inglaterra y otros. Su estadía en el viejo continente le permite dominar el francés, el italiano, el alemán y el portugués, profundizar sus estudios filosóficos y entrar en contacto con las teorías revolucionarias que pronto implantarían un nuevo orden político y social de alcance mundial. Todos estos conocimientos, más tarde los vertería en su más destacado alumno: el Libertador Simón Bolívar.
Simón Bolívar viaja a Europa para distracción de su viudez temprana, dura tres años por fuera, donde se encuentra con su Maestro Simón Rodríguez y se convierte en un viaje de aprendizaje, ya que Rodríguez vuelca todos sus conocimientos en él. En esta época Rodríguez le aconseja a Bolívar que estudie a "Helvecio, Holbach, Hume", entre otros.
En 1823, vuelve Simón Rodríguez a Venezuela, cuando su antiguo discípulo Simón Bolívar se encontraba preparando la emancipación del Perú. Al enterarse Bolívar de la llegada de su maestro lo llama a su lado y lo nombra Director e Inspector de Instrucciones Públicas y Beneficencia, y regenta la Escuela Municipal de Caracas. Y en calidad de tal acompaña al Libertador a Chuquisaca, donde funda una escuela, acorde con sus ideas de enseñanza. Se esmera en hacer de sus alumnos albañiles, herreros, carpinteros y otros oficios manuales. Pero lamentablemente fracasa, porque los mismos padres de familia miraban con desagrado que sus hijos aprendieran tales oficios, teniendo que cerrar la escuela.
Bolívar ratificó en 1823 la manera de enseñanza de Rodríguez sobre las buenas costumbres y el amor a la libertad: «Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso».
En 1826 Rodríguez le escribía a Bolívar: "No sé si usted se acuerda que estando en París, siempre tenía yo la culpa de cuanto sucedía a Toro, Montúfar, a usted y a todos sus amigos". Palabras que sugieren la gran amistad entre aquellos jóvenes y el travieso pero respetado Pedagogo. Esto haciendo remembranza de la época que pasaron juntos en París cuando bolívar viajó a Europa.
En ese entonces, Rodríguez solo contaba con treinta años.
En 1829, retirado de la docencia, establece en Azángaro, sobre las riberas del Lago de Titicacas, una fábrica de Velas, que irónicamente él llamaba "De luces americanas". Pero reclamado por la población cedió a encargarse de nuevo de la Educación.
Después de la muerte del Libertador, en 1830, se traslada a Lima y luego a Huacho. En 1833, fue nombrado Director de estudios del Departamento de Concepción, este mismo año, en Chile se entrevista con su compatriota Andrés Bello y funda una escuela de Barrio. Después de algunos años de permanencia en aquella República, pasó a la del Ecuador donde fue nombrado catedrático de Botánica y Agricultura del Colegio de Latacunga.
En 1846, regenta un Colegio en Quito y en 1847, se traslada al Sur de Colombia, entregado siempre a su pasión de enseñar. Luego se enrumba a Perú, donde murió Simón Rodríguez, pobre y sin hogar a los 83 años de edad, el 23 de Febrero de 1854, en el humilde pueblecito peruano San Nicolás de Amotape. Fabricaba velas, que es hacer luz.
Sus restos fueron trasladados en 1954 al Panteón Nacional, en el centenario de su muerte.
No sin motivos, Bolívar usaba el calificativo de «el Sócrates de Colombia» para referirse a su maestro.
Simón Rodríguez, fue un maestro ejemplar y gran luchador por la Libertad y la Justicia.
Escribió obras de valioso interés, entre las que se pueden citar:
Educación Popular.
El suelo y sus habitantes.
Tratado sobre las luces y las virtudes sociales.
Defensa de Bolívar.
El Libertador del Mediodía de América.
Sus compañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social..................................
En el mundo de habla hispana existen muchos hombres con este nombre y apellido, en mi caso es un alumno de 2 de B.
No sé. Yo sé de Simón Bolívar.