Tema: Un Sr. Juez Blanco, "Regando su Alma Negra"

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En mi primera visita a ese bello país me llamó la atención, al llegar a Ciudad del Cabo, la enseña de un condón gigantesco adornando la fachada del edificio más alto de la urbe. “¿Una fábrica de condones?” pregunté. La guía, indignada, me respondió: “No se burle. Es un anuncio recomendando el uso del preservativo”. Luego me enteré de las cifras oficiales, de las oficiosas y del drama real. Los negros follan sin condón, aunque les maten. Dentro de su filosofía, ****** no es sólo ******, sino “regar a la mujer”. Sea esta su digna esposa, una prostituta, o todas las mujeres de la tribu que se pueda agenciar, incluyendo las niñitas, porque creen que ******** con una virgen se cura y se protege del SIDA.

"El juez confundió aquello de “Dura lex, sed lex” (“La ley es dura, pero es la ley”) con “La tengo dura, y soy la ley”.

Así, hay zonas del país en que TODAS las mujeres negras están contaminadas por el HIV. Los hombres trabajan nueve meses en las minas de oro, durante los cuales cada semana son complacidos por prostitutas llegadas en caravanas de camiones desde los países del norte. Sin condón, por supuesto. Todos pringados.

Cuando vuelven a sus aldeas, de vacaciones, pringan a todas las mujeres del pueblo en edad de ser ******** (o no). Las niñas desfloradas, son expulsadas de la tribu, especialmente en los poblados zulúes. No tienen más remedio que ir a las ciudades a prostituirse. Si son bonitas son perseguidas y alquiladas por hombres blancos, muchos de los cuales (tras sus semblantes graves y dignos) son inveterados folladores de negras, que les dan mucho morbo. Ellas se las apañan para contagiarles. Luego los blancos contagian a sus estiradas esposas blancas. Y, a través del entramado de amantes, acaba infectada toda la comunidad de puritanos holandeses o de metodistas anglicanos.

Nadie admite que está contagiado. Ni blancos ni negros. Solamente se salvan los mestizos (“coloured”) porque son musulmanes y su religión les priva de escarceos peligrosos. Los demás callan. Los ricos van a Europa a proveerse de medicamentos. El resto, nada de nada.

La activista violada en Bombay (¿sin condón?) lamentará haber permitido la entrada a Su Señoría quien, con el martillo en la mano, le explicó, de forma fehaciente, la legitimidad de su activismo a favor de la mujer. El juez confundió aquello de “Dura lex, sed lex” (“La ley es dura, pero es la ley”) con “La tengo dura, y soy la ley”.

Fuente : TELEPOLIS Internet.