Tirante el Blanco es una película española del año 2006 dirigida por Vicente Aranda, basada en la novela epónima del escritor medieval Joanot Martorell. Se centra en las aventuras de Tirante («Tirant» en catalán) en Constantinopla dejando de lado los orígenes de Tirante, pues en la película Tirante ya comienza siendo caballero. Así, de la novela sólo se conservan el personaje y algunas vagas ideas.
El libro es una obra de gran extensión, que comienza con la narración de las aventuras de Guillem de Vàroic (ya relatadas por Martorell en una obra juvenil), quien impone a Tirante en las normas de la caballería. Incluye componentes autobiográficos del mismo autor y combina un realismo directo y crudo con los ideales caballerescos de la época. El héroe es armado caballero tras diversos combates singurales contra reyes, duques y gigantes. De Inglaterra marcha a Francia, Sicilia y Rodas –asediada por los genoveses y el sultán del Cairo, que son derrotados por el héroe–; después, a Jerusalén, Alejandría, Trípoli y Túnez, que conquista. Va después a Bizancio –sitiada por el sultán y el Gran Turco– solicitado por el emperador, y en Constantinopla se enamora de Carmesina –protagonista femenina de la novela–, hija del emperador. La historia de estos amores, con la intervención de la viuda Reposada y de la doncella Placerdemivida, ocupan gran parte de la obra. Tras haber luchado en Berbería, Tirante se casa con Carmesina y es nombrado césar del Imperio Bizantino; reconquista tierras a los turcos y, enfermo, muere. Al saberlo, muere también Carmesina. La historia acaba con acontecimientos de personajes subalternos que completan la trama del relato novelesco.
En contraposición con los libros de caballerías, aquí el amor es sensual en lugar de platónico: se presentan con gran expresividad las escenas eróticas o amorosas. Y en lugar de las inverosímiles proezas y asombrosas formas de vida de otros caballeros, el autor se recrea, no sin cierto sarcasmo, en los detalles cotidianos, y en aspectos más prosaicos, a menudo con maledicencia
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Tirante el Blanco es una película española del año 2006 dirigida por Vicente Aranda, basada en la novela epónima del escritor medieval Joanot Martorell. Se centra en las aventuras de Tirante («Tirant» en catalán) en Constantinopla dejando de lado los orígenes de Tirante, pues en la película Tirante ya comienza siendo caballero. Así, de la novela sólo se conservan el personaje y algunas vagas ideas.
El libro es una obra de gran extensión, que comienza con la narración de las aventuras de Guillem de Vàroic (ya relatadas por Martorell en una obra juvenil), quien impone a Tirante en las normas de la caballería. Incluye componentes autobiográficos del mismo autor y combina un realismo directo y crudo con los ideales caballerescos de la época. El héroe es armado caballero tras diversos combates singurales contra reyes, duques y gigantes. De Inglaterra marcha a Francia, Sicilia y Rodas –asediada por los genoveses y el sultán del Cairo, que son derrotados por el héroe–; después, a Jerusalén, Alejandría, Trípoli y Túnez, que conquista. Va después a Bizancio –sitiada por el sultán y el Gran Turco– solicitado por el emperador, y en Constantinopla se enamora de Carmesina –protagonista femenina de la novela–, hija del emperador. La historia de estos amores, con la intervención de la viuda Reposada y de la doncella Placerdemivida, ocupan gran parte de la obra. Tras haber luchado en Berbería, Tirante se casa con Carmesina y es nombrado césar del Imperio Bizantino; reconquista tierras a los turcos y, enfermo, muere. Al saberlo, muere también Carmesina. La historia acaba con acontecimientos de personajes subalternos que completan la trama del relato novelesco.
En contraposición con los libros de caballerías, aquí el amor es sensual en lugar de platónico: se presentan con gran expresividad las escenas eróticas o amorosas. Y en lugar de las inverosímiles proezas y asombrosas formas de vida de otros caballeros, el autor se recrea, no sin cierto sarcasmo, en los detalles cotidianos, y en aspectos más prosaicos, a menudo con maledicencia