Es del latin "Vulnerant omnes ultima necat" que traducido al castellano es algo asi como "Todas las horas hieren la ultima mata" esta atribuida a Horacio y tambien a Catilina.
Se ha popularizado como refran
Y era habitual en los relojes de Sol
Nacemos de un tiempo que cierra el aire y nos mece en su rueda de tormentos (Oh fortuna velut luna, semper crecis et decrecis). Luego nos quita bruscamente sus pezones, para ser adoptados por las Esperanzas. Bebemos de su pecho la tibieza de las primeras palabras. Con sutil crueldad les succionamos sus fuerzas a más no poder. La adultez incuba en los sueños esterilidades de cuerpo y alma. La hoja en blanco del artista y los gametos son como la efímera, insectos que viven pocas horas, versos nuevos, que de hecho son antiguos que quieren renacer.
Todo se sucede entre glorias cenagosas, como intentar matar a Dios con nuestras propias manos y lamentarse, porque son demasiado pequeñas hasta para darnos la propia muerte. La locura, ténganlo sabido, es fruto de vigilias, soledades, silencios inviolables. Todos te aplauden, pero llega el otoño con la fe medio muerta y las manos que tiemblan. Y en la primera caída de una hoja, nos decapita un segundo que pasa y el reloj se detiene.
Nacemos de un tiempo que cierra el aire y nos mece en su rueda de tormentos. Luego nos quita bruscamente sus pezones, para ser adoptados por las Esperanzas. Bebemos de su pecho la tibieza de las primeras palabras. Con sutil crueldad les succionamos sus fuerzas a más no poder. La adultez incuba en los sueños esterilidades de cuerpo y alma. La hoja en blanco del artista y los gametos son como la efÃmera, insectos que viven pocas horas, versos nuevos, que de hecho son antiguos que quieren renacer. Los más fuertes fecundarán a la mujer-poesÃa.
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Es del latin "Vulnerant omnes ultima necat" que traducido al castellano es algo asi como "Todas las horas hieren la ultima mata" esta atribuida a Horacio y tambien a Catilina.
Se ha popularizado como refran
Y era habitual en los relojes de Sol
Nacemos de un tiempo que cierra el aire y nos mece en su rueda de tormentos (Oh fortuna velut luna, semper crecis et decrecis). Luego nos quita bruscamente sus pezones, para ser adoptados por las Esperanzas. Bebemos de su pecho la tibieza de las primeras palabras. Con sutil crueldad les succionamos sus fuerzas a más no poder. La adultez incuba en los sueños esterilidades de cuerpo y alma. La hoja en blanco del artista y los gametos son como la efímera, insectos que viven pocas horas, versos nuevos, que de hecho son antiguos que quieren renacer.
Todo se sucede entre glorias cenagosas, como intentar matar a Dios con nuestras propias manos y lamentarse, porque son demasiado pequeñas hasta para darnos la propia muerte. La locura, ténganlo sabido, es fruto de vigilias, soledades, silencios inviolables. Todos te aplauden, pero llega el otoño con la fe medio muerta y las manos que tiemblan. Y en la primera caída de una hoja, nos decapita un segundo que pasa y el reloj se detiene.
Sé que era habitual inscribirlas en los relojes de sol, pero no tengo ni idea de quién es el autor de la frase, a ver si nos enteramos gracias a la pregunta
Stéphane Mallarmé
alfredo astiz?
Camilo José Cela solÃa citarla, pues la tenÃa inscripta en un reloj de PÃo Baroja.
Todas (las horas) hieren, la ultima mata”(Stéphane Mallarmé)
Nacemos de un tiempo que cierra el aire y nos mece en su rueda de tormentos. Luego nos quita bruscamente sus pezones, para ser adoptados por las Esperanzas. Bebemos de su pecho la tibieza de las primeras palabras. Con sutil crueldad les succionamos sus fuerzas a más no poder. La adultez incuba en los sueños esterilidades de cuerpo y alma. La hoja en blanco del artista y los gametos son como la efÃmera, insectos que viven pocas horas, versos nuevos, que de hecho son antiguos que quieren renacer. Los más fuertes fecundarán a la mujer-poesÃa.
Todo se sucede entre glorias cenagosas, como intentar matar a Dios con nuestras propias manos y lamentarse, porque son demasiado pequeñas hasta para darnos la propia muerte. La locura, ténganlo sabido, es fruto de vigilias, soledades, silencios inviolables. Todos te aplauden, pero llega el otoño con la fe medio muerta y las manos que tiemblan. Y en la primera caÃda de una hoja, nos decapita un segundo que pasa y el reloj se detiene.
no se
algun pesimista, porque no creo que todas las horas hieran.......
el relojero
AHI NO SE LA VERDAD PERO QUE JALADA CLARO QUE ESO ES UNA SUPER RIDICULEZ DIGNO EJEMPLO DE PESIMISMO NO CREES CUIDATE MUCHO BYE BYE