te encontre algo de APOLO discipulo de pablo a ver si te sirve:
Apolo es un judío originario de Alejandría, hombre instruido, que dominaba las Escrituras. Es claramente cristiano, pues “había sido instruido en el camino del Señor y con fervor de Espíritu hablaba y enseñaba con exactitud lo referente a Jesús” (v. 25). Lucas lo llama judío, con un sentido étnico, no religioso. Apolo actúa con “fervor de Espíritu”, lo que es una referencia explícita al Espíritu Santo (cf. Rom 12,11). Lo que llama la atención, en el texto que comentamos, es que después de la presentación tan elogiosa de Apolo, se nos dice dos cosas inesperadas: que solamente conocía el bautismo de Juan y que Priscila y Aquila le expusieron más exactamente el Camino. Antes se nos había dicho que enseñaba con exactitud (akribos) lo referente a Jesús; ahora, le exponen con más exactitud (akribésteron) el Camino. ¿Que significan estas dos cosas? Aquí posiblemente tenemos el reflejo de una situación histórica muy relevante para los orígenes del cristianismo. La explicación la podemos encontrar en Alejandría. Esta ciudad era el principal centro literario del mundo helenista, tanto judío como gentil. Aquí se hizo la traducción griega de la Biblia Hebrea llamada Septuaginta (LXX), se escribió el libro de Sabiduría poco antes de la era cristiana y aquí también floreció el filósofo judío Filón. Aquí en Alejandría Apolo se convirtió al cristianismo (según el v. 25: “había sido instruido= en katechemenos; la versión occidental lo hace explícito). Esto quiere decir que el cristianismo ya había llegado a Alejandría al menos en los años 50 (Pablo deja Corinto en junio del 52 y llega a Éfeso en diciembre 52 aproximadamente. La llegada de Apolo a Éfeso es entre esas dos fechas). Mi interpretación es que en Alejandría había un cristianismo, no inferior, sino simplemente diferente. Si Apolos es un digno representante de este cristianismo alejandrino, podemos decir que era un cristianismo donde se conocía con exactitud la tradición de Jesús y se tenía la experiencia del Espíritu Santo, aunque solo se conocía el bautismo de Juan. Recordemos que el bautismo cristiano solo se menciona en Mt 28,19 en los cuatro evangelios. La instrucción de Priscila, por lo tanto, se refiere a una tradición diferente a la alejandrina, que según Lucas es la tradición de Pablo, tradición originada en Jerusalén y Antioquía. Priscila no corrige el cristianismo alejandrino de Apolo, sino que simplemente lo pone en contacto con otra tradición. Muy curioso es que Apolo, teniendo el bautismo de Juan, no es bautizado otra vez en el nombre del Señor Jesús. Posiblemente, porque Apolo ya tenía el Espíritu Santo, como ya comentamos. Diferente es el caso de los 12 “bautistas” de 19,1-6 que no conocen el Espíritu Santo y son por lo tanto bautizados (cf. más adelante). El relato de Apolo es un testimonio importantísimo sobre el cristianismo temprano de Alejandría (antes del año 50) y sobre el pluralismo de tradiciones y prácticas apostólicas en el cristianismo primitivo (ya antes del 70).
Apolo quiere ir a Corinto (18,27-28). Los hermanos (cristianos) de la comunidad de Éfeso (posiblemente todavía pertenecientes a la sinagoga) lo animan y escriben una carta de presentación a los discípulos de Corinto (que ya se organizaban al margen de la sinagoga). Apolo ya en Corinto no predica en la sinagoga, sino en público (quizás en el foro u otro lugar público). Lo que Pablo nos cuenta de Apolo en la primera carta a los Corintios es coherente con este cuadro de Apolo en Hch: Apolo aparece como cabeza de una de las fracciones cristianas en Corinto (lo que prueba su identidad diferente), lo que genera divisiones que Pablo reprende enérgicamente (cf. 1 Cor 1,12); pero Pablo no por eso deslegitima a Apolo (3,4-6: “yo planté, Apolo regó…”) y lo presenta como modelo de apóstol junto a sí mismo (cf. 4,6.9: “me he puesto como ejemplo a mí y a Apolo … nosotros los apóstoles…”).
APOLO También hijo de Zeus, siendo imagen del Sol, causó gran dolor a su madre Leto (la Luna) en su nacimiento. Hera, celosa, trató de retener junto a ella a Elitia, diosa de los niños, para que Apolo no naciera; pero Iris, la mensajera de los dioses, deshizo los hechizos de Hera y permitió que Elitia llegara junto a Leto en la isla de Delos. Cuando Apolo nació, Temis depositó en sus labios unas gotas de ambrosía y le permitió ascender en el cielo. Pero de todos modos, Apolo debe luchar permanentemente contra las nubes que oscurecen su brillo, y el invierno que atenúa su calor. En otoño, se refugia voluntariamente en la región de las Hiperboreales, pero retorna cada privamera en un carro tirado por cisnes.
Todos los frutos de la tierra reciben la acción de Apolo, que les hace germinar y también los destruye; es a la vez responsable de la peste de diezma los animales y los hombres, como de su recuperación. De él, su hijo Esculapio recibe el don de curar todos los males, la medicina del cuerpo y del alma. Es inspirador del arrepentimiento que reconcilia a los culpables con los hombres y los dioses.
Es también Apolo el dios de la música. Sosteniendo en sus brazos una cítara, preside el coro de las Musas, cuya inspiración reciben tanto los músicos como los poetas; y además en los diversos oráculos de Grecia, sobre todo en el de Delfos, transmite las profecías a las Sibilas.
EL OLIMPO DE LOS DIOSES.
Destronado Cronos y vencidos los Titanes, Zeus pudo ejercer todo su poder. Instalado en el Olimpo, la montaña más alta de Grecia, fijó allí la morada de los inmortales. Poseidon, Hera, Demetrios, Hades, eran como él hijos de Cronos y Rhea. Otros como Athenea, Apolo y Artemisa, eran sus hijos o nietos. Todos formaban una verdadera ciudad organizada en correspondencia con la organización política de las ciudades griegas.
Los dioses tienen cuerpos humanos, pero más grandes y fuertes, más hermosos y no les alcanza la vejez ni la muerte. Se alimentan de ambrosía, y pueden metamorfosearse, cambiando de apariencia, a su voluntad. Como los hombres, piensan y tienen ideas, aman, odian; tienen envidia, celos y padecen dolores. No se caracterizan por ser imparciales ni justos; sino que hacen objeto de su cólera a los mortales que los ofenden.
Hay doce dioses que son considerados superiores a los demás. Son los “grandes dioses”, que predominantemente han ingresado a nuestra cultura con sus nombres latinos más que con los griegos, debido a que los romanos fueron instruídos en las disciplinas de las letras y las artes por los propios griegos que sometieron, y unificaron sus dioses propios con los de Grecia clásica.
Si amas y te deja es una de las peores cosas que te podía pasar pero esto puede cambia, puedes recuperar a la mujer que amas con este libro http://comorecuperaratumujer.netint.info/?2qe9 Sé que este libro hace milagros porque los he visto, he vuelto con mi pareja gracias a este libro y por esto cualquier hombre tiene que tenerla.
I Corintios 1,12 Me refiero a que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo, Yo de Apolo, Yo de Cefas, Yo de Cristo.
I Corintios 3,4 Cuando dice uno Yo soy de Pablo, y otro Yo soy de Apolo, ¿no procedéis al modo humano?
I Corintios 3,5 ¿Qué es, pues Apolo? ¿Qué es Pablo?... ¡Servidores, por medio de los cuales habéis creído!, y cada uno según lo que el Señor le dio.
I Corintios 3,6 Yo planté, Apolo regó; mas fue Dios quien dio el crecimiento.
I Corintios 3,22 ya sea Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro;
I Corintios 4,6 En esto, hermanos, me he puesto como ejemplo a mí y a Apolo, en orden a vosotros; para que aprendáis de nosotros aquello de No propasarse de lo que está escrito y para que nadie se engría en favor de uno contra otro.
I Corintios 16,12 En cuanto a nuestro hermano Apolo, le he insistido mucho para que vaya donde vosotros con los hermanos; pero no tiene intención alguna de ir ahora. Irá cuando tenga oportunidad.
En la mitología griega y romana Apolo (en griego antiguo Ἀπόλλων Apóllōn o Ἀπέλλων Apellōn), el ideal del kouros, era el dios de la curación, la luz, la verdad, el tiro con arco y también quien traía las mortales plagas; como jefe de las Musas (Apolo Musageta) y director de su coro era un dios de la música y la poesía. Los himnos cantados en su honor recibían el nombre de peanos.
Como patrón de Delfos (Apolo Pitio) era un dios oracular y en la época clásica tomó el lugar de Helios como dios del sol. También se consideraba que Apolo tenía dominio sobre los colonos y la medicina (mediante su hijo Asclepio), y era el patrón defensor de rebaños y manadas.
Apolo era hijo de Zeus y Leto y hermano gemelo de la cazadora virgen Artemisa, que tomó el lugar de Selene como diosa de la luna. Como deidad profética del Oráculo de Delfos Apolo era una de las más importantes y multifacéticas divinidades olímpicas. Apolo era conocido como Apulu en la mitología etrusca, influenciada por la griega. En la mitología romana es conocido como Apolo y, especialmente durante el siglo III, como Apollo Helios a medida que fue siendo identificado con Sol. Sin embargo, Apolo y Helios permanecieron como seres separados en textos literarios y mitológicos[1].
Apolo Licio, copia romana antigua de un original griego del siglo IV (Museo del Louvre)En la mitología griega y romana Apolo (en griego antiguo Ἀπόλλων Apóllōn o Ἀπέλλων Apellōn), el ideal del kouros, era el dios de la curación, la luz, la verdad, el tiro con arco y también quien traía las mortales plagas; como jefe de las Musas (Apolo Musageta) y director de su coro era un dios de la música y la poesía. Los himnos cantados en su honor recibían el nombre de peanos.
Como patrón de Delfos (Apolo Pitio) era un dios oracular y en la época clásica tomó el lugar de Helios como dios del sol. También se consideraba que Apolo tenía dominio sobre los colonos y la medicina (mediante su hijo Asclepio), y era el patrón defensor de rebaños y manadas.
Apolo era hijo de Zeus y Leto y hermano gemelo de la cazadora virgen Artemisa, que tomó el lugar de Selene como diosa de la luna. Como deidad profética del Oráculo de Delfos Apolo era una de las más importantes y multifacéticas divinidades olímpicas. Apolo era conocido como Apulu en la mitología etrusca, influenciada por la griega. En la mitología romana es conocido como Apolo y, especialmente durante el siglo III, como Apollo Helios a medida que fue siendo identificado con Sol. Sin embargo, Apolo y Helios permanecieron como seres separados en textos literarios y mitológicos[1].
Etimología
El nombre «Apolo» podría haber sido derivado del término compuesto prehelénico Apo-ollon[cita requerida], probablemente relacionado con el verbo arcaico Apo-ell-, que significa literalmente ‘el que despeja a codazos’, es decir, ‘el que disipa o despeja’. De hecho, parece haber personificado el poder de la disipación y la prevención del mal, lo que tendría relación con su asociación con el poder de disipar la oscuridad del sol matutino y con el poder de la razón y la profecía para despejar la duda y la ignorancia. Además, el aspecto disipador de Apolo le asociaba con:
Las murallas y las puertas de las ciudades como baluartes contra los invasores.
Los desembarcos y las expatriaciones a las colonias, que servían para alejar a las personas.
Como su hijo Asclepio, la curación, que disipaba las enfermedades.
Los pastores cuidando sus rebaños, que alejaban a las plagas y los depredadores.
La música y las artes, que disipaban la discordia y la barbarie.
Los jóvenes entrenados y preparados, con la importantísima capacidad para alejar intrusos y ejércitos invasores.
La capacidad de predecir el futuro.
Una explicación dada por Plutarco en sus Moralia es que «Apolo» significaba ‘unidad’, dado que pollon significa ‘muchos’ y el prefijo a- es un negativo. Así, Apolo podría leerse en el sentido de ‘privado de la multitud’. Apolo era asociado consecuentemente con la mónada.
Hesiquio relaciona el nombre «Apolo» con el dórico απελλα, que significa ‘asamblea’, por lo que Apolo sería el dios de la vida política, y también da la explicación σηκος, ‘rebaño’, en cuyo caso Apolo sería el dios de los rebaños y manadas.
Lugares de culto
Inusual entre las deidades olímpicas, Apolo tuvo dos lugares de culto con influencia generalizada: Delos y Delfos. En los cultos el Apolo Cintio y el Apolo Pitio eran tan diferentes que podían tener santuarios en la misma localidad[2]. Nombres teofóricos tales como «Apolodoro» o «Apolonio» y ciudades llamadas Apolonia aparecen por todo el mundo griego. El culto a Apolo ya estaba totalmente asentado cuando comienzan las fuentes escritas, sobre el 650 adC.
Santuarios oraculares
Templo de Apolo en las faldas del monte Parnaso, cerca de Delfos (Grecia)Apolo tenía un famoso oráculo en Delfos y otros también notables en Claros y Bránquidas. Su altar oracular en Abas (Fócida) fue tan importante como para ser consultado por Creso[3].
Los antiguos santuarios oraculares de Apolo, del más antiguo al más reciente, fueron:
En Dídima, un oráculo en la costa de Anatolia, al suroeste de Sardes (Lidia), en el que los sacerdotes del linaje de los bránquidas recibían su inspiración bebiendo de un manantial curativo ubicado en el templo.
En Hierápolis Bambyce (Asia Menor), los sacerdotes respiraban vapores que eran altamente venenosos para los animales pequeños y pájaros, que se arrojaban al Plutonium (llamado así en honor de Plutón como demostración de su poder. La profecía se realizaba mediante movimientos de un arcaico xoanon anicónico de madera de Apolo.
En Delos había un oráculo de Apolo Delio durante el verano. El heiro (santuario) de Apolo adyacente al Lago Sagrado fue el lugar donde nació el dios.
En Corinto, el oráculo venía de la ciudad de Tenea, de priosioneros supuestamente capturados en la Guerra de Troya.
En Basas, cerca de Figalia (Peloponeso), se erigió un templo de Apolo obra del arquitecto Ictino.
En Abas, cerca de Delfos.
En el templo de Apolo en Delfos, la Pitia se llenaba del pneuma (πνευµα) de Apolo, que se decía que venía de un manantial dentro del aditon. Apolo tomó este templo de Gea.
En Patara (Licia) había un oráculo de Apolo en invierno, del que decía que fue el lugar al que el dios fue desde Delos. Como en Delfos el oráculo de Patara era una mujer.
En Claros, en la costa oeste de Asia Menor, al igual que en Delfos una fuente sagraba daba un pneuma del que bebían los sacerdotes.
En Segesta (Sicilia, otro oráculo fue tomado por Apolo de Gea.
También daban oráculos algunos hijos de Apolo:
En Oropo, al norte de Atenas, estaba el oráculo de Anfiarao y también una fuente sagrada.
En Lebadea, al este de Delfos, Trofonio mató a su hermano y huyó a la cueva donde más tarde sería consultado como oráculo.
Otros templos de Apolo
En Roma había un templo de Apolo dedicado a Apolo Medicus, probablemente junto al templo de la diosa de la guerra Belona.
Templo de Apolo Actio del siglo V adC, en el promontorio de Actium, en la costa de Acarnania.
Templo de Apolo en Termon, en Etolia.
Templo de Apolo Agieo (‘protector de las calles’) en la ciudad de Megalópolis, en Arcadia.
Templo de Apolo en Apolonia
Templo de Apolo en la isla de Ortigia, en Siracusa (Sicilia).
Templo de Apolo en Figalia, en Arcadia.
Templo de Apolo en Corinto.
Templo de Apolo en Delos.
Festivales
Los principales festivales celebrados en honor de Apolo eran las Carneas, Carpias, Dafneforias, Delias, Jacintias, Pianepsias, Pitias y Targelias.
Atributos y símbolos
Los atributos más comunes de Apolo eran la lira y el arco. Entre sus atributos también se incluían la cítara (una versión avanzada de la lira) y el plectro. Otro emblema común era el trípode sacrificial, representativo de sus poderes proféticos. El laurel se usaba en sacrificios expiatorios y también para elaborar la corona de la victoria en los Juegos Píticos, que se celebraban en su honor cada cuatro años en Delfos. La palmera también le estaba consagrada porque había nacido bajo una de ellas en Delos. Entre los animales que le estaban consagrados se incluían los lobos, los delfines y los corzos, los cisnes y saltamontes (simbolizando la música), halcones, cornejas, cuervos y serpientes (en alusión a sus funciones como dios de la profecía), los ratones y los grifos, míticos híbridos de águila y león de origen oriental.
Como dios de la colonización, Apolo aconsejaba sobre las colonias, especialmente durante la época de mayor apogeo, del 750 al 550 adC. Según la tradición griega, ayudó a los colonos cretenses o arcadios a fundar la ciudad de Troya. Sin embargo, esta historia podría reflejar una influencia cultural que tuviese la dirección contraria: textos cuneiformes hititas mencionan un dios de Asia Menor llamado Appaliunas o Apalunas en relación con la ciudad de Wilusa, que actualmente es considerada idéntica a la griega Illios por la mayoría de investigadores. En esta interpretación, el título Lykegenes puede leerse simplemente como ‘nacido en Licia’, lo que efectivamente corta el supuesto vínculo del dios con los lobos (posiblemente una etimología popular).
En el contexto literario Apolo representa la armonía, el orden y la razón, características que contrastaban con las de Dioniso, dios del vino, que representaba el éxtasis y el desorden. El contraste entre los papeles de estos dioses queda reflejado en los adjetivos apolíneo y dionisíaco. Sin embargo, los griegos pensaban en las dos cualidades como complementarias: los dos dioses son hermanos, y cuando Apolo en el invierno se marchaba a la Hiperbórea dejaba el oráculo de Delfos a Dioniso. Este contraste parece ser mostrado en los lados del jarrón Borghese.
Apolo romano
Los romanos adoptaron el culto a Apolo de los griegos. Como dios genuinamente griego, Apolo no tenía equivalente directo en la mitología romana, aunque los poetas posteriores aludieron frecuentemente a él como Febo. Hay una tradición por la que el oráculo délfico era consultado tan temprano como en el periodo de los reyes romanos durante el reinado de Tarquinio el Soberbio. En 430 adC se dedicó un templo a Apolo con motivo de una peste. Durante la Segunda Guerra Púnica en 212 adC los Ludi Apollinares (‘Juegos Apolíneos’) fueron instituidos en su honor. En la época de Augusto, que se consideraba a sí mismo bajo la especial protección de Apolo e incluso se decía que era su hijo, su culto se desarrolló y se convirtió en uno de los principales dioses de Roma. Tras la batalla de Actium Augusto amplió su antiguo templo, dedicó una porción del botín a él e instituyó juegos quinquenales en su honor. También erigió un nuevo templo en el monte Palatino y trasladó los juegos seculares, para los que Horacio compuso su Carmen Saeculare, a Apolo y Diana.
Orígenes del culto a Apolo
Parece que los Apolos griego y etrusco llegaron al mar Egeo durante la época arcaica (entre 1100 y 800 adC) desde Anatolia. En la Guerra de Troya Homero le presenta en el bando troyano y no en el aqueo, y tiene estrechas relaciones con el Apaliuna luvita, que su vez parece haber viajado a occidente desde el lejano oriente. En el Bronce Antiguo (de 1700 a 1200 adC) el Aplu hitita y hurrita[cita requerida], como el Apolo homérico, era un dios de las plagas y se parecía al dios ratón Apolo Esmínteo. Hay aquí una situación apotropaica, en la que un dios que originalmente traía la plaga era invocado para acabar con ella, mezclándose con el tiempo por fusión con el dios sanador micénico Peán (PA-JA-WO en lineal B), que en Homero era el médico de los dioses. En otros autores la palabra es un simple epíteto de Apolo en su papel como dios de la curación, pero actualmente se sabe que Peán fue originalmente una deidad separada.
Homero dejó la cuestión sin responder, por lo que Hesíodo los separó y en la poesía posterior Peán era invocado independientemente como dios de la curación. Es igualmente difícil separar a Peán en el sentido de ‘sanador’ de Peán en el sentido de ‘canción’. Se creía que alude a la antigua relación entre el arte de la curación y el canto de hechizos, pero aquí se ve un desplazamiento gradual desde el sentido original de ‘sanador’ hasta el final de ‘himno’, de la frase Ιή Παιάν[cita requerida].
Tales canciones eran originalmente dirigidas a Apolo y posteriormente a otros dioses: Dioniso, Helios y Asclepios, todos relacionados con él. Sobre el siglo IV adC el peán se convirtió en una simple fórmula de adulación, cuyo objeto era implorar protección contra la enfermedad y la desgracia o bien dar las gracias tras lograr dicha protección. De esta forma Apolo llegó a ser reconocido como dios de la música. Su papel como asesino de Pitón llevó a su asociación con la batalla y la victoria, de donde procede la costumbre romana de que los ejércitos canten un peán cuando marchan y antes de entrar en batalla, cuando una flota abandonaba el puerto y también tras lograr una victoria.
El propio Aplu hurrita parece estar derivado del término sumerio que significaba ‘canción de’, un título que se daba al dios babilónico de las plagas [[Nergal]. Los vínculos de Apolo con los oráculos parecen también estar relacionados con el deseo de saber el desenlace de una enfermedad.
Para otros usos de este término, véase Apolo (desambiguación).
Apolo Licio, copia romana antigua de un original griego del siglo IV (Museo del Louvre)En la mitología griega y romana Apolo (en griego antiguo Ἀπόλλων Apóllōn o Ἀπέλλων Apellōn), el ideal del kouros, era el dios de la curación, la luz, la verdad, el tiro con arco y también quien traía las mortales plagas; como jefe de las Musas (Apolo Musageta) y director de su coro era un dios de la música y la poesía. Los himnos cantados en su honor recibían el nombre de peanos.
Como patrón de Delfos (Apolo Pitio) era un dios oracular y en la época clásica tomó el lugar de Helios como dios del sol. También se consideraba que Apolo tenía dominio sobre los colonos y la medicina (mediante su hijo Asclepio), y era el patrón defensor de rebaños y manadas.
Apolo era hijo de Zeus y Leto y hermano gemelo de la cazadora virgen Artemisa, que tomó el lugar de Selene como diosa de la luna. Como deidad profética del Oráculo de Delfos Apolo era una de las más importantes y multifacéticas divinidades olímpicas. Apolo era conocido como Apulu en la mitología etrusca, influenciada por la griega. En la mitología romana es conocido como Apolo y, especialmente durante el siglo III, como Apollo Helios a medida que fue siendo identificado con Sol. Sin embargo, Apolo y Helios permanecieron como seres separados en textos literarios y mitológicos[1].
Tabla de contenidos [ocultar]
1 Etimología
2 Lugares de culto
2.1 Santuarios oraculares
2.2 Otros templos de Apolo
3 Festivales
4 Atributos y símbolos
5 Apolo romano
6 Orígenes del culto a Apolo
7 Apolo en el arte
7.1 Apolo en el arte de Luis XIV
7.2 Pintura
8 Mitología
8.1 Nacimiento
8.2 Juventud
8.3 Apolo y Admeto
8.4 Apolo durante la Guerra de Troya
8.5 Níobe
8.6 Consortes y descendencia de Apolo
8.6.1 Amantes femeninas
8.6.2 Amantes masculinos
8.7 Apolo y el nacimiento de Hermes
8.8 Otras historias
8.8.1 Concursos musicales
9 Epítetos y títulos de culto
10 Bibliografía
11 Notas
12 Véase también
13 Enlaces externos
[editar] Etimología
El nombre «Apolo» podría haber sido derivado del término compuesto prehelénico Apo-ollon[cita requerida], probablemente relacionado con el verbo arcaico Apo-ell-, que significa literalmente ‘el que despeja a codazos’, es decir, ‘el que disipa o despeja’. De hecho, parece haber personificado el poder de la disipación y la prevención del mal, lo que tendría relación con su asociación con el poder de disipar la oscuridad del sol matutino y con el poder de la razón y la profecía para despejar la duda y la ignorancia. Además, el aspecto disipador de Apolo le asociaba con:
Las murallas y las puertas de las ciudades como baluartes contra los invasores.
Los desembarcos y las expatriaciones a las colonias, que servían para alejar a las personas.
Como su hijo Asclepio, la curación, que disipaba las enfermedades.
Los pastores cuidando sus rebaños, que alejaban a las plagas y los depredadores.
La música y las artes, que disipaban la discordia y la barbarie.
Los jóvenes entrenados y preparados, con la importantísima capacidad para alejar intrusos y ejércitos invasores.
La capacidad de predecir el futuro.
Una explicación dada por Plutarco en sus Moralia es que «Apolo» significaba ‘unidad’, dado que pollon significa ‘muchos’ y el prefijo a- es un negativo. Así, Apolo podría leerse en el sentido de ‘privado de la multitud’. Apolo era asociado consecuentemente con la mónada.
Hesiquio relaciona el nombre «Apolo» con el dórico απελλα, que significa ‘asamblea’, por lo que Apolo sería el dios de la vida política, y también da la explicación σηκος, ‘rebaño’, en cuyo caso Apolo sería el dios de los rebaños y manadas.
[editar] Lugares de culto
Inusual entre las deidades olímpicas, Apolo tuvo dos lugares de culto con influencia generalizada: Delos y Delfos. En los cultos el Apolo Cintio y el Apolo Pitio eran tan diferentes que podían tener santuarios en la misma localidad[2]. Nombres teofóricos tales como «Apolodoro» o «Apolonio» y ciudades llamadas Apolonia aparecen por todo el mundo griego. El culto a Apolo ya estaba totalmente asentado cuando comienzan las fuentes escritas, sobre el 650 adC.
[editar] Santuarios oraculares
Templo de Apolo en las faldas del monte Parnaso, cerca de Delfos (Grecia)Apolo tenía un famoso oráculo en Delfos y otros también notables en Claros y Bránquidas. Su altar oracular en Abas (Fócida) fue tan importante como para ser consultado por Creso[3].
Los antiguos santuarios oraculares de Apolo, del más antiguo al más reciente, fueron:
En Dídima, un oráculo en la costa de Anatolia, al suroeste de Sardes (Lidia), en el que los sacerdotes del linaje de los bránquidas recibían su inspiración bebiendo de un manantial curativo ubicado en el templo.
En Hierápolis Bambyce (Asia Menor), los sacerdotes respiraban vapores que eran altamente venenosos para los animales pequeños y pájaros, que se arrojaban al Plutonium (llamado así en honor de Plutón como demostración de su poder. La profecía se realizaba mediante movimientos de un arcaico xoanon anicónico de madera de Apolo.
En Delos había un oráculo de Apolo Delio durante el verano. El heiro (santuario) de Apolo adyacente al Lago Sagrado fue el lugar donde nació el dios.
En Corinto, el oráculo venía de la ciudad de Tenea, de priosioneros supuestamente capturados en la Guerra de Troya.
En Basas, cerca de Figalia (Peloponeso), se erigió un templo de Apolo obra del arquitecto Ictino.
En Abas, cerca de Delfos.
En el templo de Apolo en Delfos, la Pitia se llenaba del pneuma (πνευµα) de Apolo, que se decía que venía de un manantial dentro del aditon. Apolo tomó este templo de Gea.
En Patara (Licia) había un oráculo de Apolo en invierno, del que decía que fue el lugar al que el dios fue desde Delos. Como en Delfos el oráculo de Patara era una mujer.
En Claros, en la costa oeste de Asia Menor, al igual que en Delfos una fuente sagraba daba un pneuma del que bebían los sacerdotes.
En Segesta (Sicilia, otro oráculo fue tomado por Apolo de Gea.
También daban oráculos algunos hijos de Apolo:
En Oropo, al norte de Atenas, estaba el oráculo de Anfiarao y también una fuente sagrada.
En Lebadea, al este de Delfos, Trofonio mató a su hermano y huyó a la cueva donde más tarde sería consultado como oráculo.
[editar] Otros templos de Apolo
En Roma había un templo de Apolo dedicado a Apolo Medicus, probablemente junto al templo de la diosa de la guerra Belona.
Templo de Apolo Actio del siglo V adC, en el promontorio de Actium, en la costa de Acarnania.
Templo de Apolo en Termon, en Etolia.
Templo de Apolo Agieo (‘protector de las calles’) en la ciudad de Megalópolis, en Arcadia.
Templo de Apolo en Apolonia
Templo de Apolo en la isla de Ortigia, en Siracusa (Sicilia).
Templo de Apolo en Figalia, en Arcadia.
Templo de Apolo en Corinto.
Templo de Apolo en Delos.
[editar] Festivales
Los principales festivales celebrados en honor de Apolo eran las Carneas, Carpias, Dafneforias, Delias, Jacintias, Pianepsias, Pitias y Targelias.
[editar] Atributos y símbolos
Los atributos más comunes de Apolo eran la lira y el arco. Entre sus atributos también se incluían la cítara (una versión avanzada de la lira) y el plectro. Otro emblema común era el trípode sacrificial, representativo de sus poderes proféticos. El laurel se usaba en sacrificios expiatorios y también para elaborar la corona de la victoria en los Juegos Píticos, que se celebraban en su honor cada cuatro años en Delfos. La palmera también le estaba consagrada porque había nacido bajo una de ellas en Delos. Entre los animales que le estaban consagrados se incluían los lobos, los delfines y los corzos, los cisnes y saltamontes (simbolizando la música), halcones, cornejas, cuervos y serpientes (en alusión a sus funciones como dios de la profecía), los ratones y los grifos, míticos híbridos de águila y león de origen oriental.
Como dios de la colonización, Apolo aconsejaba sobre las colonias, especialmente durante la época de mayor apogeo, del 750 al 550 adC. Según la tradición griega, ayudó a los colonos cretenses o arcadios a fundar la ciudad de Troya. Sin embargo, esta historia podría reflejar una influencia cultural que tuviese la dirección contraria: textos cuneiformes hititas mencionan un dios de Asia Menor llamado Appaliunas o Apalunas en relación con la ciudad de Wilusa, que actualmente es considerada idéntica a la griega Illios por la mayoría de investigadores. En esta interpretación, el título Lykegenes puede leerse simplemente como ‘nacido en Licia’, lo que efectivamente corta el supuesto vínculo del dios con los lobos (posiblemente una etimología popular).
En el contexto literario Apolo representa la armonía, el orden y la razón, características que contrastaban con las de Dioniso, dios del vino, que representaba el éxtasis y el desorden. El contraste entre los papeles de estos dioses queda reflejado en los adjetivos apolíneo y dionisíaco. Sin embargo, los griegos pensaban en las dos cualidades como complementarias: los dos dioses son hermanos, y cuando Apolo en el invierno se marchaba a la Hiperbórea dejaba el oráculo de Delfos a Dioniso. Este contraste parece ser mostrado en los lados del jarrón Borghese.
[editar] Apolo romano
Los romanos adoptaron el culto a Apolo de los griegos. Como dios genuinamente griego, Apolo no tenía equivalente directo en la mitología romana, aunque los poetas posteriores aludieron frecuentemente a él como Febo. Hay una tradición por la que el oráculo délfico era consultado tan temprano como en el periodo de los reyes romanos durante el reinado de Tarquinio el Soberbio. En 430 adC se dedicó un templo a Apolo con motivo de una peste. Durante la Segunda Guerra Púnica en 212 adC los Ludi Apollinares (‘Juegos Apolíneos’) fueron instituidos en su honor. En la época de Augusto, que se consideraba a sí mismo bajo la especial protección de Apolo e incluso se decía que era su hijo, su culto se desarrolló y se convirtió en uno de los principales dioses de Roma. Tras la batalla de Actium Augusto amplió su antiguo templo, dedicó una porción del botín a él e instituyó juegos quinquenales en su honor. También erigió un nuevo templo en el monte Palatino y trasladó los juegos seculares, para los que Horacio compuso su Carmen Saeculare, a Apolo y Diana.
[editar] Orígenes del culto a Apolo
Base de la estatua de Apolo Iatros (‘médico’)Parece que los Apolos griego y etrusco llegaron al mar Egeo durante la época arcaica (entre 1100 y 800 adC) desde Anatolia. En la Guerra de Troya Homero le presenta en el bando troyano y no en el aqueo, y tiene estrechas relaciones con el Apaliuna luvita, que su vez parece haber viajado a occidente desde el lejano oriente. En el Bronce Antiguo (de 1700 a 1200 adC) el Aplu hitita y hurrita[cita requerida], como el Apolo homérico, era un dios de las plagas y se parecía al dios ratón Apolo Esmínteo. Hay aquí una situación apotropaica, en la que un dios que originalmente traía la plaga era invocado para acabar con ella, mezclándose con el tiempo por fusión con el dios sanador micénico Peán (PA-JA-WO en lineal B), que en Homero era el médico de los dioses. En otros autores la palabra es un simple epíteto de Apolo en su papel como dios de la curación, pero actualmente se sabe que Peán fue originalmente una deidad separada.
Homero dejó la cuestión sin responder, por lo que Hesíodo los separó y en la poesía posterior Peán era invocado independientemente como dios de la curación. Es igualmente difícil separar a Peán en el sentido de ‘sanador’ de Peán en el sentido de ‘canción’. Se creía que alude a la antigua relación entre el arte de la curación y el canto de hechizos, pero aquí se ve un desplazamiento gradual desde el sentido original de ‘sanador’ hasta el final de ‘himno’, de la frase Ιή Παιάν[cita requerida].
Tales canciones eran originalmente dirigidas a Apolo y posteriormente a otros dioses: Dioniso, Helios y Asclepios, todos relacionados con él. Sobre el siglo IV adC el peán se convirtió en una simple fórmula de adulación, cuyo objeto era implorar protección contra la enfermedad y la desgracia o bien dar las gracias tras lograr dicha protección. De esta forma Apolo llegó a ser reconocido como dios de la música. Su papel como asesino de Pitón llevó a su asociación con la batalla y la victoria, de donde procede la costumbre romana de que los ejércitos canten un peán cuando marchan y antes de entrar en batalla, cuando una flota abandonaba el puerto y también tras lograr una victoria.
El propio Aplu hurrita parece estar derivado del término sumerio que significaba ‘canción de’, un título que se daba al dios babilónico de las plagas [[Nergal]. Los vínculos de Apolo con los oráculos parecen también estar relacionados con el deseo de saber el desenlace de una enfermedad.
[editar] Apolo en el arte
Apolo (el «Adonis» de Centocelle), copia romana del original griego (Museo Ashmolean)
Apolo con un halo radiante en un mosaico de suelo romano, El Djem, Túnez, finales del siglo IIEn el arte Apolo es representado como un hombre joven y guapo, sin barba y con frecuencia con una lira (como Apolo Citaredo) o un arco en la mano. El Apolo de Belvedere es una escultura en mármol que fue redescubierta a finales del siglo XV y que desde el Renacimiento hasta el XIX ha epitomado los ideales de la antigüedad clásica para los europeos. Se trata de una copia helenística o romana de un original en bronce del escultor griego Leocares hecha entre el 350 y el 325 adC.
La estatua a tamaño natural llamada «Adonis», hallada en 1780 en el yacimiento de una villa suburbana cerca de la Via Labicana en el suburbio romano de Centocelle, actualmente en el Museo Ashmolean (Oxford) es identificado como un Apolo por los investigadores modernos. Probablemente nunca estuvo destinada al culto, siendo un pastiche de varios modelos del siglo IV destinado a complacer a un entendido romano del siglo II que la exhibió en su villa.
En el mosaico de suelo romano de finales del siglo II de El Djem (la romana Thysdrus) puede identificársele como Apolo Helios por su halo radiante, aunque entonces incluso la divina desnudez de un dios se oculta bajo su túnica, señal de crecientes convenciones de modestia en el Imperio tardío. Otro mosaico de Apolo con halo, de Hadrumentum, está en el museo de Sousse[4]. Las convenciones de esta representación —cabeza ladeada, labios levemente abiertos, grandes ojos, corte de pelo en rizos cayendo sobre el cuello— se desarrollaron en el siglo III adC para representar a Alejandro Magno (Bieber 1964, Yalouris 1980). Algún tiempo después de la realización de este mosaico, las primeras representaciones de Cristo serían imberbes y con halos.
Otras representaciones antiguas reseñables son:
Apolo de Piombino (museo del Louvre)
Gran Apolo dorado de Lillebonne (museo del Louvre)
[editar] Apolo en el arte de Luis XIV
Galería de Apolo en el Louvre, obra del pintor y decorador Charles Le Brun. Siguió decorándola Delacroix y fue terminada en el Segundo Imperio.
Salón del trono o salón de Apolo en el castillo de Versalles. estaba destinado a la recepción de embajadores y se daban también espectáculos de danza y música.
Jardines de Versalles. Aquí se encuentran bastantes representaciones del dios solar:
Estanque de Apolo, situado cerca del Gran Canal. En el medio se encuentra una monumental estatua de Apolo, obra de Tuby. El dios surge del agua conduciendo un carro tirado por dos caballos.
En el bosquecillo de los baños de Apolo, obra del siglo XVIII, se ve representado el dios solar, en actitud de cansancio y rodeado de ninfas.
[editar] Pintura
Apolo y Aurora de Gerard de Lairesse, 1671; se encuentra en el Metropolitan Museum of Art, Nueva York.
[editar] Mitología
[editar] Nacimiento
Cuando Hera descubrió que Leto estaba embarazada y que Zeus era el padre, prohibió que diera a luz en terra firma, o el continente, o cualquier isla del mar. En su deambular, Leto encontró la recién creada isla flotante de Delos, que no era el continente ni una isla real, y dio a luz allí. La isla estaba rodeada de cisnes. Después, Zeus aseguró Delos al fondo del océano. Más tarde esta isla fue consagrada a Apolo.
También se afirma que Hera secuestró a Ilitía, la diosa de los partos, para evitar que Leto diese a luz. Los demás dioses engañaron a Hera para que la dejase ir ofreciéndole un collar de ámbar de ocho metros de largo. Los mitógrafos coinciden en que primero nació Artemisa y ésta ayudó a nacer a Apolo, o que Artemisa nació un día antes que Apolo, en la isla de Ortigia, y que ayudó a Leto a cruzar el mar hasta Delos el día siguiente para dar a luz a Apolo. Apolo nació el 7º día (ἡβδομαγενης) de Targelión según la tradición delia o en el mes de Bisio según la tradición délfica. Los días 7º y 20º, lunas nueva y llena, estuvieron desde entonces consagrados a él.
[editar] Juventud
Siendo joven, Apolo mató al dragón ctónico Pitón, que vivía en Delfos junto a la fuente de Castalia, pues (según algunas versiones) Pitón había intentado violar a Leto cuando ésta estaba embarazada de Apolo y Artemisa. Esta fuente era la que emitía los vapores causantes de que el oráculo de Delfos hiciese sus profecías. Apolo mató a Pitón pero fue castigado por ello, ya que Pitón era un hijo de Gea.
[editar] Apolo y Admeto
Cuando Zeus abatió al hijo de Apolo, Asclepio, con un rayo por resucitar a los muertos (transgrediendo así a Temis al robar súbditos de Hades), Apolo mató en venganza a los Cíclopes, que habían creado el rayo de Zeus. Apolo debía haber sido desterrado al Tártaro para siempre, pero fue en su lugar condenado a un año de trabajo forzado como castigo, gracias a la intercesión de su madre, Leto. Durante este tiempo trabajó como pastor para el rey Admeto de Feras en Tesalia. Admeto trató bien a Apolo por lo que a cambio éste le concedió grandes beneficios.
Apolo ayudó a Admeto a ganar a Alcestis, la hija del rey Pelias y más tarde convenció a las Moiras para que permitiesen a Admeto vivir más tiempo del que le correspondía si algún otro ocupaba su lugar. Pero cuando llegó la hora de su muerte, sus ancianos padres, que él había asumido que estarían dispuestos a morir gustosamente en su lugar, rehusaron cooperar. En cambio, Alcestis tomó su lugar, pero Heracles consiguió «persuadir» a Tánatos, el dios de la muerte, para que la devolviera al mundo de los vivos.
[editar] Apolo durante la Guerra de Troya
Apolo disparó flechas infectadas con la peste en el campamento griego durante la Guerra de Troya en respuesta al insulto de Agamenón a Crises, uno de sus sacerdotes cuya hija Criseida había sido secuestrada. Apolo exigió su liberación, y los aqueos terminaron por ceder, provocando indirectamente la furia de Aquiles, que es el tema de La Ilíada.
Cuando Diomedes hirió a Eneas Apolo le rescató. Primero Afrodita, su protectora madre, intentó rescatar a Eneas pero Diomedes la hirió también. Entonces Eneas fue envuelto por una nube creada por Apolo, quien le llevó a Pérgamo, un lugar sagrado de Troya.
Apolo ayudó a Paris a matar a Aquiles guiando la flecha de arco hasta el talón de éste. Una interpretación de este motivo es que fue en venganza por el sacrilegio de Aquiles al matar a Troilo, hijo de Apolo con Hécuba, en el mismo altar del templo a él dedicado.
[editar] Níobe
Níobe, una reina de Tebas y esposa de Anfión, alardeó de su superioridad sobre Leto porque había tenido catorce hijos (los Nióbides), siete varones y siete mujeres, mientras Leto había tenido sólo dos. Apolo mató a sus hijos mientras éstos practicaban atletismo, a pesar de sus súplicas, y Artemisa a sus hijas. Apolo y Artemisa usaron flechas envenenadas para matarlos, aunque según algunas versiones del mito algunos de los Nióbides fueron perdonados (normalmente Cloris). Anfión, al ver a sus hijos muertos, se suicidó o fue asesinado por Apolo tras jurar venganza. Una desolada Níobe huyó al monte Sípilo en Asia Menor y se convirtió en piedra mientras lloraba. Sus lágrimas formaron el río Aqueloo. Zeus había convertido a todos los habitantes de Tebas en piedra, por lo que nadie enterró a los Nióbides hasta el noveno día tras su muerte, cuando los propios dioses les dieron sepultura.
[editar] Consortes y descendencia de Apolo
Dafne perseguida por Apolo y Apolo persiguiendo a Dafne (museo del Louvre)Amantes masculinos Amantes femeninas Hijos de madre desconocida
Acanto
Cipariso
Jacinto
Arsínoe
Asclepio
Eriopis
Casandra
Calíope
Lino
Orfeo
Cirene
Aristaeo
Coronis
Asclepio
Dafne
Driope
Anfiso
Etusa
Eleuter
Hécuba
Troilo
Políxena
Leucótoe
Manto
Mopso
Psámate
Lino
Quíone
Filamón
Reo
Anio
Sinope
Sirio
Terpsícore
Lino
Urania
Lino
Cicno
Cíniras
Phemonoe
[editar] Amantes femeninas
Apolo persiguió a la ninfa Dafne, hija de Peneo, quien le había desdeñado. Su encaprichamiento estaba provocado por una flecha dorada que le había disparado Eros, quien estaba celoso porque Apolo había bromeado sobre sus habilidades como arquero. Eros también afirmaba que el canto de Apolo le molestaba. Simultáneamente, sin embargo, le había disparado una flecha con punta de plomo a Dafne, haciendo que ésta sintiese repulsión hacia Apolo. Tras una fogosa persecución, Dafne rezó a la Madre Tierra (o alternativamente a su padre, un dios río) pidiendo ayuda, y ésta le transformó en un árbol de laurel, que fue consagrado a Apolo.
Apolo tuvo una aventura con una princesa mortal llamada Leucótoe, hija de Orcamo y hermana de Clitia. Leucótoe amó a Apolo, quien se había disfrazado como su madre para lograr acceder a sus aposentos. Clitia, celosa de su hermana porque quería a Apolo para sí, contó a Orcamo la verdad, traicionando las confidencias y la confianza de su hermana. Enfurecido, Orcamo ordenó que Leucótoe fuese enterrada viva. Apolo se negó a perdonar a Clitia por traicionar a su amada, y ésta, afligida, se marchitó y lentamente murió. Apolo la transformó en una planta de incienso, o bien en un heliotropo o girasol, que sigue al sol cada día.
Marpesa fue secuestrada por Idas pero también fue amada por Apolo. Zeus le hizo escoger entre ambos, y Marpesa escogió a Idas razonando que Apolo, siendo inmortal, terminaría cansándose de ella cuando envejeciera.
Castalia era una ninfa a quien Apolo amaba. Castalia huyó de él y se zambulló en la fuente que había en Delfos al pie de monte Parnaso, que desde entonces se llama fuente de Castalia. El agua de esta fuente era sagrada: se usaba para limpiar los templos de Delfos y también inspiraba a los poetas.
Apolo tuvo con Cirene un hijo llamado Aristeo, que se convirtió en el dios patrón del ganado, los árboles frutales, la caza, la agricultura y la apicultura. También fue un héroe de la cultura que enseñó a la humanidad las técnicas de la ganadería lechera y el uso de redes y trampas en la caza, así como el cultivo de los olivos.
Con Hécuba, la esposa del rey Príamo de Troya, Apolo tuvo un hijo llamado Troilo. Un oráculo profetizó que Troya no sería derrotada siempre que Troilo llegase a cumplir los veinte años de vida. Troilo y su hermana Políxena cayeron en una emboscada y fueron asesinados por Aquiles.
Apolo también se enamoró de Casandra, hija de Hécuba y Príamo, y hermanastra de Troilo. Apolo prometió a Casandra el don de la profecía para lograr seducirla, pero ella le rechazó después. Enfurecido, Apolo le concedió el don de conocer el futuro junto con la maldición de que nadie la creyera jamás.
Coronis, hija de Flegias, rey de los lapitas, fue otra de las amantes de Apolo. Embarazada de Asclepio, Coronis se enamoró de Isquis, hijo de Élato. Un cuervo informó a Apolo de esta aventura. Al principio no lo creyó y volvió negros a todos los cuervos (que antes eran blancos) como castigo por divulgar mentiras. Cuando descubrió la verdad envió a su hermana, Artemisa, a matar a Coronis. Como resultado también hizo sagrados a los cuervos y les otorgó la tarea de anunciar muertes importantes. Apolo rescató al bebé de la pira funeraria de Coronis y se lo dio al centauro Quirón para que lo criase. Flegias se enfureció tras la muerte de su hija e incendió el templo de Apolo en Delfos, por lo que Apolo le mató.
En la obra de Eurípides Ion Apolo engendraba a Ión con Creúsa, esposa de Juto. Creúsa abandonó a Ión en el bosque, pero Apolo pidió a Hermes que salvase al niño y lo llevase al oráculo de Delfos, donde fue criado por una sacerdotisa.
[editar] Amantes masculinos
Apolo y Jacinto de Jacopo Caraglio, grabado italiano del siglo XIVApolo, eterno kouros imberbe, fue el dios griego que tuvo las relaciones homosexuales más prominentes. Esto era de esperar del que era dios de la palestra, el lugar donde los jóvenes se reunían para practicar atletismo, siempre desnudos, y de quien se decía que representaba al educador ideal y por tanto erastes (o amante de muchachos) ideal (Sergent, p.102). Todos sus amantes eran más jóvenes que él, al estilo de las relaciones pederastas griegas de la época. Muchos de los jóvenes amantes de Apolo murieron «accidentalmente», un reflejo de la función de estos mitos como parte de los ritos de pasaje, en los que el joven moría para renacer como adulto.
Jacinto fue uno de sus amantes masculinos. Jacinto era un príncipe espartano hermoso y atlético. Ambos estaban practicando el lanzamiento de disco cuando Jacinto fue golpeado en la cabeza por un disco desviado de su trayectoria por Céfiro, que estaba celoso de Apolo y también amaba a Jacinto. Cuando éste murió, se dice en algunas versiones que Apolo se vio tan embargado por la pena que maldijo su propia inmortalidad, deseando unirse a su amante en su muerte, y convirtió a Céfiro en viento para que nunca volviera a hablar ni tocar a nadie. De la sangre de la herida de su amante Apolo creó la flor del jacinto en memoria de su muerte, y sus lágrimas mancharon los pétalos de la flor con άί άί, que significa ‘¡ay, ay!’. El Festival de Jacinto era una celebración de Esparta.
Otro de sus romances fue con Acanto, el espíritu del árbol de acanto. Tras su muerte, fue transformado por Apolo en una hierba amante del sol y su afligida hermana, Acanta, fue convertida en jilguero por los demás dioses.
Otro amante masculino fue Cipariso, un descendiente de Heracles. Apolo dio al muchacho un ciervo domesticado como compañero, pero Cipariso lo mató accidentalmente con un pilum cuando éste yacía dormido entre la maleza. Cipariso pidió a Apolo que hiciera que sus lágrimas cayesen para siempre. Apolo transformó al triste muchacho en un ciprés, del que se dice que es un árbol triste porque su savia forma gotitas como lágrimas en el tronco.
[editar] Apolo y el nacimiento de Hermes
Hermes nació en el monte Cilene en Arcadia. Esta historia se cuenta en el himno homérico a Hermes. Su madre, Maia, había quedado embarazada de una aventura amorosa con Zeus. Maia envolvió al infante en mantas pero Hermes escapó cuando ella dormía. Hermes corrió a Tesalia, donde Apolo estaba pastoreando su ganado. El infante Hermes robó varias de sus vacas y las llevó a una cueva en los bosques cercanos a Pilos, borrando sus huellas. En la cueva encontró una tortuga y la mató, vaciando entonces sus entrañas. Usó los intestinos de una de las vacas y el caparazón de la tortuga para hacer la primera lira. Apolo se quejó a Maia de que su hijo había robado su ganado, pero Hermes ya había vuelto a las mantas en las que ella le había dejado, por lo que Maia rehusó creer las afirmaciones de Apolo. Zeus intervino y, afirmando haber visto los hechos, secundó a Apolo. Entonces Hermes empezó a tocar música en la lira que había inventado. Apolo, un dios de la música, se enamoró del instrumento y ofreció permitir el intercambio del ganado por la lira. Así, Apolo se convirtió en un maestro de la lira y Hermes inventó un tipo de instrumento musical con flautas llamado siringa.
Más tarde, Apolo cambió un caduceo por una siringa de Hermes.
[editar] Otras historias
Apolo dio a Orestes, a través del oráculo de Delfos, la orden de matar a su madre, Clitemnestra, y al amante de ésta, Egisto. Orestes fue ferozmente castigado por este crimen por las Erinias, quienes le persiguieron incansablemente hasta hacerle pedir la intercesión de Atenea, quien decretó que fuese juzgado por un jurado de sus iguales, con Apolo como defensor.
En La Odisea, Odiseo y su tripulación superviviente desembarcó en una isla consagrada a Helios, el dios sol, donde éste guarda ganado sagrado. Aunque Odiseo les advirtió para que no lo hicieran (como Tiresias y Circe le habían dicho), éstos mataron y comieron parte del ganado, por lo que Helios hizo que Zeus destruyese el barco y a todos los hombres salvo Odiseo.
Apolo mató a los Alóadas cuando éstos intentaban asaltar el Olimpo.
También se decía que Apolo cabalgaba a espaldas de un cisne al país de los Hiperbóreos durante los meses de invierno, cisne que también le prestaba a su amado Jacinto para que lo montase.
Apolo transformó a Cefiso en un monstruo marino.
[editar] Concursos musicales
Apolo y Marsias de José de Ribera (1637)En una ocasión Pan tuvo la audacia de comparar su música con la de Apolo, y de retar a éste, el dios de la lira, a una prueba de habilidad. Tmolo, el dios montaña, fue elegido árbitro. Pan sopló sus flautas, y con su rústica melodía dio gran satisfacción a él mismo y a su ferviente seguidor, Midas, que estaba presente. Entonces Apolo pulsó las cuerdas de su lira. Tmolo inmediatamente declaró vencedor a Apolo, y todos salvo Midas estuvieron de acuerdo. Éste disintió, y cuestionó la justicia del fallo. Apolo no quiso volver a sufrir tan depravado par de oídos, e hizo que se le convirtieran en orejas de burro.
Marsias era un sátiro que desafió a Apolo a un concurso de música. Había encontrado un aulos en el suelo que había tirado Atenea tras inventarlo porque hacía que sus mejillas se hinchasen. Marsias perdió y fue desollado vivo en una cueva cerca de Calaenae en Frigia por su hibris (orgullo desmedido) al desafiar a un dios. Su sangre derramada se convirtió en el río Marsias. Otra versión es que Apolo tocó su instrumento (la lira) del revés. Marsias no podía hacer lo mismo con el suyo (la flauta), por lo que Apolo le colgó de un árbol y lo despellejó vivo[5].
Apolo también compitió en un concurso de lira con Cíniras, su hijo, quien se suicidó tras perder.
[editar] Epítetos y títulos de culto
Estatua de Apolo Sauróctono (‘matador de lagartos’)Apolo, como otras deidades griegas, tenía cierto número de epítetos que le eran aplicados para reflejar la diversidad de papeles, obligaciones y aspectos adscritos a él. Sin embargo, aunque tenía un gran número de apelativos en la mitología griega, sólo unos pocos aparecen en la literatura latina.
Entre sus epítetos se cuentan:
Como dios de la luz y del sol:
Febo (‘brillante’), el más común en la literatura latina
Liceo (Λυκειος, ‘luminoso’), para Apolo en el contexto de dios del sol o de la luz
Como dios de la medicina y la curación:
Akesios (Ακεσιος, ‘sanador’), bajo el que era adorado en Elis, donde tenía un templo en el ágora[6]
Alexikakos (Άλεξίκακος, ‘el que aparta la desgracia’)
Apotropeo (‘el que aparta el mal’)
Averruncus (‘que aparta los males’), epíteto latino
Iatros (Ιατρος, ‘médico’)
Medicus (‘médico’), epíteto latino; en Roma había un templo dedicado a Apollo Medicus, probablemente junto al de Belona
Como dios de las plagas y defensor contra ratas y langostas:
Culicarius (‘que aparta los mosquitos’), epíteto latino
Esminteo (Σμινθειος, ‘cazador de ratones’)
Parnopio (Παρνοπιος, ‘saltamontes’)
Como dios del tiro con arco:
Aphetoros (‘dios del arco’)
Argurotoxos (Άργυρότοξος, ‘del arco de plata’)
Articenens (‘que lleva el arco’), epíteto romano
Hekaergos (Έκάεργος, ‘que se deshace lejos’), referido a sus flechas
Hekebolos (Έκηϐόλος, ‘que dispara lejos’)
Como dios pastoral de la ganadería:
Licio (Λυκιος, ‘matador de lobos’) o Lykegenes (‘nacido de una loba’)
Nomios (‘vagabundo’)
Como dios de los colonos:
Arcageta (Αρχηγετης, ‘director de la fundación’), por ser fundador se las murallas de Megara
Clario (Κλαριος, del dórico κλαρος klaros, ‘asignación de tierra’), por su supervisión sobre las ciudades y las colonias
Como dios de los oráculos:
Cintio, proveniente de su nacimiento en el monte Cinto de Delos
Cirreo, por Cirria, localidad cercana de Delfos
Clario (Κλαριος) por el santuario que tenía en Claros, Jonia (oráculo de Colofón)
Delfinio (Δελφινιος, ‘del útero’), que asocia a Apolo con Delphoi (Delfos); una etiología en los himnos homéricos asocia este epíteto con los delfines
Licio (Λυκιος, ‘de Licia’) o Lykegenes (‘nacido en Licia’), donde algunos postulan el origen de su culto
Pitio (Πυθιος, ‘pítico’), de Πυθο Pytho, nombre homérico de Delfos
Timbreo (Θυμβριος) por el templo que tenía en Timbra
Como dios de la profecía:
Coelispex (‘que observa el cielo’), epíteto romano
Loxias (Λοξίας, ‘oblicuo’), por los oráculos tan ambiguos
Answers & Comments
Verified answer
te encontre algo de APOLO discipulo de pablo a ver si te sirve:
Apolo es un judío originario de Alejandría, hombre instruido, que dominaba las Escrituras. Es claramente cristiano, pues “había sido instruido en el camino del Señor y con fervor de Espíritu hablaba y enseñaba con exactitud lo referente a Jesús” (v. 25). Lucas lo llama judío, con un sentido étnico, no religioso. Apolo actúa con “fervor de Espíritu”, lo que es una referencia explícita al Espíritu Santo (cf. Rom 12,11). Lo que llama la atención, en el texto que comentamos, es que después de la presentación tan elogiosa de Apolo, se nos dice dos cosas inesperadas: que solamente conocía el bautismo de Juan y que Priscila y Aquila le expusieron más exactamente el Camino. Antes se nos había dicho que enseñaba con exactitud (akribos) lo referente a Jesús; ahora, le exponen con más exactitud (akribésteron) el Camino. ¿Que significan estas dos cosas? Aquí posiblemente tenemos el reflejo de una situación histórica muy relevante para los orígenes del cristianismo. La explicación la podemos encontrar en Alejandría. Esta ciudad era el principal centro literario del mundo helenista, tanto judío como gentil. Aquí se hizo la traducción griega de la Biblia Hebrea llamada Septuaginta (LXX), se escribió el libro de Sabiduría poco antes de la era cristiana y aquí también floreció el filósofo judío Filón. Aquí en Alejandría Apolo se convirtió al cristianismo (según el v. 25: “había sido instruido= en katechemenos; la versión occidental lo hace explícito). Esto quiere decir que el cristianismo ya había llegado a Alejandría al menos en los años 50 (Pablo deja Corinto en junio del 52 y llega a Éfeso en diciembre 52 aproximadamente. La llegada de Apolo a Éfeso es entre esas dos fechas). Mi interpretación es que en Alejandría había un cristianismo, no inferior, sino simplemente diferente. Si Apolos es un digno representante de este cristianismo alejandrino, podemos decir que era un cristianismo donde se conocía con exactitud la tradición de Jesús y se tenía la experiencia del Espíritu Santo, aunque solo se conocía el bautismo de Juan. Recordemos que el bautismo cristiano solo se menciona en Mt 28,19 en los cuatro evangelios. La instrucción de Priscila, por lo tanto, se refiere a una tradición diferente a la alejandrina, que según Lucas es la tradición de Pablo, tradición originada en Jerusalén y Antioquía. Priscila no corrige el cristianismo alejandrino de Apolo, sino que simplemente lo pone en contacto con otra tradición. Muy curioso es que Apolo, teniendo el bautismo de Juan, no es bautizado otra vez en el nombre del Señor Jesús. Posiblemente, porque Apolo ya tenía el Espíritu Santo, como ya comentamos. Diferente es el caso de los 12 “bautistas” de 19,1-6 que no conocen el Espíritu Santo y son por lo tanto bautizados (cf. más adelante). El relato de Apolo es un testimonio importantísimo sobre el cristianismo temprano de Alejandría (antes del año 50) y sobre el pluralismo de tradiciones y prácticas apostólicas en el cristianismo primitivo (ya antes del 70).
Apolo quiere ir a Corinto (18,27-28). Los hermanos (cristianos) de la comunidad de Éfeso (posiblemente todavía pertenecientes a la sinagoga) lo animan y escriben una carta de presentación a los discípulos de Corinto (que ya se organizaban al margen de la sinagoga). Apolo ya en Corinto no predica en la sinagoga, sino en público (quizás en el foro u otro lugar público). Lo que Pablo nos cuenta de Apolo en la primera carta a los Corintios es coherente con este cuadro de Apolo en Hch: Apolo aparece como cabeza de una de las fracciones cristianas en Corinto (lo que prueba su identidad diferente), lo que genera divisiones que Pablo reprende enérgicamente (cf. 1 Cor 1,12); pero Pablo no por eso deslegitima a Apolo (3,4-6: “yo planté, Apolo regó…”) y lo presenta como modelo de apóstol junto a sí mismo (cf. 4,6.9: “me he puesto como ejemplo a mí y a Apolo … nosotros los apóstoles…”).
APOLO También hijo de Zeus, siendo imagen del Sol, causó gran dolor a su madre Leto (la Luna) en su nacimiento. Hera, celosa, trató de retener junto a ella a Elitia, diosa de los niños, para que Apolo no naciera; pero Iris, la mensajera de los dioses, deshizo los hechizos de Hera y permitió que Elitia llegara junto a Leto en la isla de Delos. Cuando Apolo nació, Temis depositó en sus labios unas gotas de ambrosía y le permitió ascender en el cielo. Pero de todos modos, Apolo debe luchar permanentemente contra las nubes que oscurecen su brillo, y el invierno que atenúa su calor. En otoño, se refugia voluntariamente en la región de las Hiperboreales, pero retorna cada privamera en un carro tirado por cisnes.
Todos los frutos de la tierra reciben la acción de Apolo, que les hace germinar y también los destruye; es a la vez responsable de la peste de diezma los animales y los hombres, como de su recuperación. De él, su hijo Esculapio recibe el don de curar todos los males, la medicina del cuerpo y del alma. Es inspirador del arrepentimiento que reconcilia a los culpables con los hombres y los dioses.
Es también Apolo el dios de la música. Sosteniendo en sus brazos una cítara, preside el coro de las Musas, cuya inspiración reciben tanto los músicos como los poetas; y además en los diversos oráculos de Grecia, sobre todo en el de Delfos, transmite las profecías a las Sibilas.
EL OLIMPO DE LOS DIOSES.
Destronado Cronos y vencidos los Titanes, Zeus pudo ejercer todo su poder. Instalado en el Olimpo, la montaña más alta de Grecia, fijó allí la morada de los inmortales. Poseidon, Hera, Demetrios, Hades, eran como él hijos de Cronos y Rhea. Otros como Athenea, Apolo y Artemisa, eran sus hijos o nietos. Todos formaban una verdadera ciudad organizada en correspondencia con la organización política de las ciudades griegas.
Los dioses tienen cuerpos humanos, pero más grandes y fuertes, más hermosos y no les alcanza la vejez ni la muerte. Se alimentan de ambrosía, y pueden metamorfosearse, cambiando de apariencia, a su voluntad. Como los hombres, piensan y tienen ideas, aman, odian; tienen envidia, celos y padecen dolores. No se caracterizan por ser imparciales ni justos; sino que hacen objeto de su cólera a los mortales que los ofenden.
Hay doce dioses que son considerados superiores a los demás. Son los “grandes dioses”, que predominantemente han ingresado a nuestra cultura con sus nombres latinos más que con los griegos, debido a que los romanos fueron instruídos en las disciplinas de las letras y las artes por los propios griegos que sometieron, y unificaron sus dioses propios con los de Grecia clásica.
Si amas y te deja es una de las peores cosas que te podía pasar pero esto puede cambia, puedes recuperar a la mujer que amas con este libro http://comorecuperaratumujer.netint.info/?2qe9 Sé que este libro hace milagros porque los he visto, he vuelto con mi pareja gracias a este libro y por esto cualquier hombre tiene que tenerla.
I Corintios 1,12 Me refiero a que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo, Yo de Apolo, Yo de Cefas, Yo de Cristo.
I Corintios 3,4 Cuando dice uno Yo soy de Pablo, y otro Yo soy de Apolo, ¿no procedéis al modo humano?
I Corintios 3,5 ¿Qué es, pues Apolo? ¿Qué es Pablo?... ¡Servidores, por medio de los cuales habéis creído!, y cada uno según lo que el Señor le dio.
I Corintios 3,6 Yo planté, Apolo regó; mas fue Dios quien dio el crecimiento.
I Corintios 3,22 ya sea Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro;
I Corintios 4,6 En esto, hermanos, me he puesto como ejemplo a mí y a Apolo, en orden a vosotros; para que aprendáis de nosotros aquello de No propasarse de lo que está escrito y para que nadie se engría en favor de uno contra otro.
I Corintios 16,12 En cuanto a nuestro hermano Apolo, le he insistido mucho para que vaya donde vosotros con los hermanos; pero no tiene intención alguna de ir ahora. Irá cuando tenga oportunidad.
no encontre historia
.
Y QUE MAS VOY A DECIR???? SALUDOS.
En la mitología griega y romana Apolo (en griego antiguo Ἀπόλλων Apóllōn o Ἀπέλλων Apellōn), el ideal del kouros, era el dios de la curación, la luz, la verdad, el tiro con arco y también quien traía las mortales plagas; como jefe de las Musas (Apolo Musageta) y director de su coro era un dios de la música y la poesía. Los himnos cantados en su honor recibían el nombre de peanos.
Como patrón de Delfos (Apolo Pitio) era un dios oracular y en la época clásica tomó el lugar de Helios como dios del sol. También se consideraba que Apolo tenía dominio sobre los colonos y la medicina (mediante su hijo Asclepio), y era el patrón defensor de rebaños y manadas.
Apolo era hijo de Zeus y Leto y hermano gemelo de la cazadora virgen Artemisa, que tomó el lugar de Selene como diosa de la luna. Como deidad profética del Oráculo de Delfos Apolo era una de las más importantes y multifacéticas divinidades olímpicas. Apolo era conocido como Apulu en la mitología etrusca, influenciada por la griega. En la mitología romana es conocido como Apolo y, especialmente durante el siglo III, como Apollo Helios a medida que fue siendo identificado con Sol. Sin embargo, Apolo y Helios permanecieron como seres separados en textos literarios y mitológicos[1].
Apolo
Apolo Licio, copia romana antigua de un original griego del siglo IV (Museo del Louvre)En la mitología griega y romana Apolo (en griego antiguo Ἀπόλλων Apóllōn o Ἀπέλλων Apellōn), el ideal del kouros, era el dios de la curación, la luz, la verdad, el tiro con arco y también quien traía las mortales plagas; como jefe de las Musas (Apolo Musageta) y director de su coro era un dios de la música y la poesía. Los himnos cantados en su honor recibían el nombre de peanos.
Como patrón de Delfos (Apolo Pitio) era un dios oracular y en la época clásica tomó el lugar de Helios como dios del sol. También se consideraba que Apolo tenía dominio sobre los colonos y la medicina (mediante su hijo Asclepio), y era el patrón defensor de rebaños y manadas.
Apolo era hijo de Zeus y Leto y hermano gemelo de la cazadora virgen Artemisa, que tomó el lugar de Selene como diosa de la luna. Como deidad profética del Oráculo de Delfos Apolo era una de las más importantes y multifacéticas divinidades olímpicas. Apolo era conocido como Apulu en la mitología etrusca, influenciada por la griega. En la mitología romana es conocido como Apolo y, especialmente durante el siglo III, como Apollo Helios a medida que fue siendo identificado con Sol. Sin embargo, Apolo y Helios permanecieron como seres separados en textos literarios y mitológicos[1].
Etimología
El nombre «Apolo» podría haber sido derivado del término compuesto prehelénico Apo-ollon[cita requerida], probablemente relacionado con el verbo arcaico Apo-ell-, que significa literalmente ‘el que despeja a codazos’, es decir, ‘el que disipa o despeja’. De hecho, parece haber personificado el poder de la disipación y la prevención del mal, lo que tendría relación con su asociación con el poder de disipar la oscuridad del sol matutino y con el poder de la razón y la profecía para despejar la duda y la ignorancia. Además, el aspecto disipador de Apolo le asociaba con:
Las murallas y las puertas de las ciudades como baluartes contra los invasores.
Los desembarcos y las expatriaciones a las colonias, que servían para alejar a las personas.
Como su hijo Asclepio, la curación, que disipaba las enfermedades.
Los pastores cuidando sus rebaños, que alejaban a las plagas y los depredadores.
La música y las artes, que disipaban la discordia y la barbarie.
Los jóvenes entrenados y preparados, con la importantísima capacidad para alejar intrusos y ejércitos invasores.
La capacidad de predecir el futuro.
Una explicación dada por Plutarco en sus Moralia es que «Apolo» significaba ‘unidad’, dado que pollon significa ‘muchos’ y el prefijo a- es un negativo. Así, Apolo podría leerse en el sentido de ‘privado de la multitud’. Apolo era asociado consecuentemente con la mónada.
Hesiquio relaciona el nombre «Apolo» con el dórico απελλα, que significa ‘asamblea’, por lo que Apolo sería el dios de la vida política, y también da la explicación σηκος, ‘rebaño’, en cuyo caso Apolo sería el dios de los rebaños y manadas.
Lugares de culto
Inusual entre las deidades olímpicas, Apolo tuvo dos lugares de culto con influencia generalizada: Delos y Delfos. En los cultos el Apolo Cintio y el Apolo Pitio eran tan diferentes que podían tener santuarios en la misma localidad[2]. Nombres teofóricos tales como «Apolodoro» o «Apolonio» y ciudades llamadas Apolonia aparecen por todo el mundo griego. El culto a Apolo ya estaba totalmente asentado cuando comienzan las fuentes escritas, sobre el 650 adC.
Santuarios oraculares
Templo de Apolo en las faldas del monte Parnaso, cerca de Delfos (Grecia)Apolo tenía un famoso oráculo en Delfos y otros también notables en Claros y Bránquidas. Su altar oracular en Abas (Fócida) fue tan importante como para ser consultado por Creso[3].
Los antiguos santuarios oraculares de Apolo, del más antiguo al más reciente, fueron:
En Dídima, un oráculo en la costa de Anatolia, al suroeste de Sardes (Lidia), en el que los sacerdotes del linaje de los bránquidas recibían su inspiración bebiendo de un manantial curativo ubicado en el templo.
En Hierápolis Bambyce (Asia Menor), los sacerdotes respiraban vapores que eran altamente venenosos para los animales pequeños y pájaros, que se arrojaban al Plutonium (llamado así en honor de Plutón como demostración de su poder. La profecía se realizaba mediante movimientos de un arcaico xoanon anicónico de madera de Apolo.
En Delos había un oráculo de Apolo Delio durante el verano. El heiro (santuario) de Apolo adyacente al Lago Sagrado fue el lugar donde nació el dios.
En Corinto, el oráculo venía de la ciudad de Tenea, de priosioneros supuestamente capturados en la Guerra de Troya.
En Basas, cerca de Figalia (Peloponeso), se erigió un templo de Apolo obra del arquitecto Ictino.
En Abas, cerca de Delfos.
En el templo de Apolo en Delfos, la Pitia se llenaba del pneuma (πνευµα) de Apolo, que se decía que venía de un manantial dentro del aditon. Apolo tomó este templo de Gea.
En Patara (Licia) había un oráculo de Apolo en invierno, del que decía que fue el lugar al que el dios fue desde Delos. Como en Delfos el oráculo de Patara era una mujer.
En Claros, en la costa oeste de Asia Menor, al igual que en Delfos una fuente sagraba daba un pneuma del que bebían los sacerdotes.
En Segesta (Sicilia, otro oráculo fue tomado por Apolo de Gea.
También daban oráculos algunos hijos de Apolo:
En Oropo, al norte de Atenas, estaba el oráculo de Anfiarao y también una fuente sagrada.
En Lebadea, al este de Delfos, Trofonio mató a su hermano y huyó a la cueva donde más tarde sería consultado como oráculo.
Otros templos de Apolo
En Roma había un templo de Apolo dedicado a Apolo Medicus, probablemente junto al templo de la diosa de la guerra Belona.
Templo de Apolo Actio del siglo V adC, en el promontorio de Actium, en la costa de Acarnania.
Templo de Apolo en Termon, en Etolia.
Templo de Apolo Agieo (‘protector de las calles’) en la ciudad de Megalópolis, en Arcadia.
Templo de Apolo en Apolonia
Templo de Apolo en la isla de Ortigia, en Siracusa (Sicilia).
Templo de Apolo en Figalia, en Arcadia.
Templo de Apolo en Corinto.
Templo de Apolo en Delos.
Festivales
Los principales festivales celebrados en honor de Apolo eran las Carneas, Carpias, Dafneforias, Delias, Jacintias, Pianepsias, Pitias y Targelias.
Atributos y símbolos
Los atributos más comunes de Apolo eran la lira y el arco. Entre sus atributos también se incluían la cítara (una versión avanzada de la lira) y el plectro. Otro emblema común era el trípode sacrificial, representativo de sus poderes proféticos. El laurel se usaba en sacrificios expiatorios y también para elaborar la corona de la victoria en los Juegos Píticos, que se celebraban en su honor cada cuatro años en Delfos. La palmera también le estaba consagrada porque había nacido bajo una de ellas en Delos. Entre los animales que le estaban consagrados se incluían los lobos, los delfines y los corzos, los cisnes y saltamontes (simbolizando la música), halcones, cornejas, cuervos y serpientes (en alusión a sus funciones como dios de la profecía), los ratones y los grifos, míticos híbridos de águila y león de origen oriental.
Como dios de la colonización, Apolo aconsejaba sobre las colonias, especialmente durante la época de mayor apogeo, del 750 al 550 adC. Según la tradición griega, ayudó a los colonos cretenses o arcadios a fundar la ciudad de Troya. Sin embargo, esta historia podría reflejar una influencia cultural que tuviese la dirección contraria: textos cuneiformes hititas mencionan un dios de Asia Menor llamado Appaliunas o Apalunas en relación con la ciudad de Wilusa, que actualmente es considerada idéntica a la griega Illios por la mayoría de investigadores. En esta interpretación, el título Lykegenes puede leerse simplemente como ‘nacido en Licia’, lo que efectivamente corta el supuesto vínculo del dios con los lobos (posiblemente una etimología popular).
En el contexto literario Apolo representa la armonía, el orden y la razón, características que contrastaban con las de Dioniso, dios del vino, que representaba el éxtasis y el desorden. El contraste entre los papeles de estos dioses queda reflejado en los adjetivos apolíneo y dionisíaco. Sin embargo, los griegos pensaban en las dos cualidades como complementarias: los dos dioses son hermanos, y cuando Apolo en el invierno se marchaba a la Hiperbórea dejaba el oráculo de Delfos a Dioniso. Este contraste parece ser mostrado en los lados del jarrón Borghese.
Apolo romano
Los romanos adoptaron el culto a Apolo de los griegos. Como dios genuinamente griego, Apolo no tenía equivalente directo en la mitología romana, aunque los poetas posteriores aludieron frecuentemente a él como Febo. Hay una tradición por la que el oráculo délfico era consultado tan temprano como en el periodo de los reyes romanos durante el reinado de Tarquinio el Soberbio. En 430 adC se dedicó un templo a Apolo con motivo de una peste. Durante la Segunda Guerra Púnica en 212 adC los Ludi Apollinares (‘Juegos Apolíneos’) fueron instituidos en su honor. En la época de Augusto, que se consideraba a sí mismo bajo la especial protección de Apolo e incluso se decía que era su hijo, su culto se desarrolló y se convirtió en uno de los principales dioses de Roma. Tras la batalla de Actium Augusto amplió su antiguo templo, dedicó una porción del botín a él e instituyó juegos quinquenales en su honor. También erigió un nuevo templo en el monte Palatino y trasladó los juegos seculares, para los que Horacio compuso su Carmen Saeculare, a Apolo y Diana.
Orígenes del culto a Apolo
Parece que los Apolos griego y etrusco llegaron al mar Egeo durante la época arcaica (entre 1100 y 800 adC) desde Anatolia. En la Guerra de Troya Homero le presenta en el bando troyano y no en el aqueo, y tiene estrechas relaciones con el Apaliuna luvita, que su vez parece haber viajado a occidente desde el lejano oriente. En el Bronce Antiguo (de 1700 a 1200 adC) el Aplu hitita y hurrita[cita requerida], como el Apolo homérico, era un dios de las plagas y se parecía al dios ratón Apolo Esmínteo. Hay aquí una situación apotropaica, en la que un dios que originalmente traía la plaga era invocado para acabar con ella, mezclándose con el tiempo por fusión con el dios sanador micénico Peán (PA-JA-WO en lineal B), que en Homero era el médico de los dioses. En otros autores la palabra es un simple epíteto de Apolo en su papel como dios de la curación, pero actualmente se sabe que Peán fue originalmente una deidad separada.
Homero dejó la cuestión sin responder, por lo que Hesíodo los separó y en la poesía posterior Peán era invocado independientemente como dios de la curación. Es igualmente difícil separar a Peán en el sentido de ‘sanador’ de Peán en el sentido de ‘canción’. Se creía que alude a la antigua relación entre el arte de la curación y el canto de hechizos, pero aquí se ve un desplazamiento gradual desde el sentido original de ‘sanador’ hasta el final de ‘himno’, de la frase Ιή Παιάν[cita requerida].
Tales canciones eran originalmente dirigidas a Apolo y posteriormente a otros dioses: Dioniso, Helios y Asclepios, todos relacionados con él. Sobre el siglo IV adC el peán se convirtió en una simple fórmula de adulación, cuyo objeto era implorar protección contra la enfermedad y la desgracia o bien dar las gracias tras lograr dicha protección. De esta forma Apolo llegó a ser reconocido como dios de la música. Su papel como asesino de Pitón llevó a su asociación con la batalla y la victoria, de donde procede la costumbre romana de que los ejércitos canten un peán cuando marchan y antes de entrar en batalla, cuando una flota abandonaba el puerto y también tras lograr una victoria.
El propio Aplu hurrita parece estar derivado del término sumerio que significaba ‘canción de’, un título que se daba al dios babilónico de las plagas [[Nergal]. Los vínculos de Apolo con los oráculos parecen también estar relacionados con el deseo de saber el desenlace de una enfermedad.
Apolo
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Saltar a navegación, búsqueda
Para otros usos de este término, véase Apolo (desambiguación).
Apolo Licio, copia romana antigua de un original griego del siglo IV (Museo del Louvre)En la mitología griega y romana Apolo (en griego antiguo Ἀπόλλων Apóllōn o Ἀπέλλων Apellōn), el ideal del kouros, era el dios de la curación, la luz, la verdad, el tiro con arco y también quien traía las mortales plagas; como jefe de las Musas (Apolo Musageta) y director de su coro era un dios de la música y la poesía. Los himnos cantados en su honor recibían el nombre de peanos.
Como patrón de Delfos (Apolo Pitio) era un dios oracular y en la época clásica tomó el lugar de Helios como dios del sol. También se consideraba que Apolo tenía dominio sobre los colonos y la medicina (mediante su hijo Asclepio), y era el patrón defensor de rebaños y manadas.
Apolo era hijo de Zeus y Leto y hermano gemelo de la cazadora virgen Artemisa, que tomó el lugar de Selene como diosa de la luna. Como deidad profética del Oráculo de Delfos Apolo era una de las más importantes y multifacéticas divinidades olímpicas. Apolo era conocido como Apulu en la mitología etrusca, influenciada por la griega. En la mitología romana es conocido como Apolo y, especialmente durante el siglo III, como Apollo Helios a medida que fue siendo identificado con Sol. Sin embargo, Apolo y Helios permanecieron como seres separados en textos literarios y mitológicos[1].
Tabla de contenidos [ocultar]
1 Etimología
2 Lugares de culto
2.1 Santuarios oraculares
2.2 Otros templos de Apolo
3 Festivales
4 Atributos y símbolos
5 Apolo romano
6 Orígenes del culto a Apolo
7 Apolo en el arte
7.1 Apolo en el arte de Luis XIV
7.2 Pintura
8 Mitología
8.1 Nacimiento
8.2 Juventud
8.3 Apolo y Admeto
8.4 Apolo durante la Guerra de Troya
8.5 Níobe
8.6 Consortes y descendencia de Apolo
8.6.1 Amantes femeninas
8.6.2 Amantes masculinos
8.7 Apolo y el nacimiento de Hermes
8.8 Otras historias
8.8.1 Concursos musicales
9 Epítetos y títulos de culto
10 Bibliografía
11 Notas
12 Véase también
13 Enlaces externos
[editar] Etimología
El nombre «Apolo» podría haber sido derivado del término compuesto prehelénico Apo-ollon[cita requerida], probablemente relacionado con el verbo arcaico Apo-ell-, que significa literalmente ‘el que despeja a codazos’, es decir, ‘el que disipa o despeja’. De hecho, parece haber personificado el poder de la disipación y la prevención del mal, lo que tendría relación con su asociación con el poder de disipar la oscuridad del sol matutino y con el poder de la razón y la profecía para despejar la duda y la ignorancia. Además, el aspecto disipador de Apolo le asociaba con:
Las murallas y las puertas de las ciudades como baluartes contra los invasores.
Los desembarcos y las expatriaciones a las colonias, que servían para alejar a las personas.
Como su hijo Asclepio, la curación, que disipaba las enfermedades.
Los pastores cuidando sus rebaños, que alejaban a las plagas y los depredadores.
La música y las artes, que disipaban la discordia y la barbarie.
Los jóvenes entrenados y preparados, con la importantísima capacidad para alejar intrusos y ejércitos invasores.
La capacidad de predecir el futuro.
Una explicación dada por Plutarco en sus Moralia es que «Apolo» significaba ‘unidad’, dado que pollon significa ‘muchos’ y el prefijo a- es un negativo. Así, Apolo podría leerse en el sentido de ‘privado de la multitud’. Apolo era asociado consecuentemente con la mónada.
Hesiquio relaciona el nombre «Apolo» con el dórico απελλα, que significa ‘asamblea’, por lo que Apolo sería el dios de la vida política, y también da la explicación σηκος, ‘rebaño’, en cuyo caso Apolo sería el dios de los rebaños y manadas.
[editar] Lugares de culto
Inusual entre las deidades olímpicas, Apolo tuvo dos lugares de culto con influencia generalizada: Delos y Delfos. En los cultos el Apolo Cintio y el Apolo Pitio eran tan diferentes que podían tener santuarios en la misma localidad[2]. Nombres teofóricos tales como «Apolodoro» o «Apolonio» y ciudades llamadas Apolonia aparecen por todo el mundo griego. El culto a Apolo ya estaba totalmente asentado cuando comienzan las fuentes escritas, sobre el 650 adC.
[editar] Santuarios oraculares
Templo de Apolo en las faldas del monte Parnaso, cerca de Delfos (Grecia)Apolo tenía un famoso oráculo en Delfos y otros también notables en Claros y Bránquidas. Su altar oracular en Abas (Fócida) fue tan importante como para ser consultado por Creso[3].
Los antiguos santuarios oraculares de Apolo, del más antiguo al más reciente, fueron:
En Dídima, un oráculo en la costa de Anatolia, al suroeste de Sardes (Lidia), en el que los sacerdotes del linaje de los bránquidas recibían su inspiración bebiendo de un manantial curativo ubicado en el templo.
En Hierápolis Bambyce (Asia Menor), los sacerdotes respiraban vapores que eran altamente venenosos para los animales pequeños y pájaros, que se arrojaban al Plutonium (llamado así en honor de Plutón como demostración de su poder. La profecía se realizaba mediante movimientos de un arcaico xoanon anicónico de madera de Apolo.
En Delos había un oráculo de Apolo Delio durante el verano. El heiro (santuario) de Apolo adyacente al Lago Sagrado fue el lugar donde nació el dios.
En Corinto, el oráculo venía de la ciudad de Tenea, de priosioneros supuestamente capturados en la Guerra de Troya.
En Basas, cerca de Figalia (Peloponeso), se erigió un templo de Apolo obra del arquitecto Ictino.
En Abas, cerca de Delfos.
En el templo de Apolo en Delfos, la Pitia se llenaba del pneuma (πνευµα) de Apolo, que se decía que venía de un manantial dentro del aditon. Apolo tomó este templo de Gea.
En Patara (Licia) había un oráculo de Apolo en invierno, del que decía que fue el lugar al que el dios fue desde Delos. Como en Delfos el oráculo de Patara era una mujer.
En Claros, en la costa oeste de Asia Menor, al igual que en Delfos una fuente sagraba daba un pneuma del que bebían los sacerdotes.
En Segesta (Sicilia, otro oráculo fue tomado por Apolo de Gea.
También daban oráculos algunos hijos de Apolo:
En Oropo, al norte de Atenas, estaba el oráculo de Anfiarao y también una fuente sagrada.
En Lebadea, al este de Delfos, Trofonio mató a su hermano y huyó a la cueva donde más tarde sería consultado como oráculo.
[editar] Otros templos de Apolo
En Roma había un templo de Apolo dedicado a Apolo Medicus, probablemente junto al templo de la diosa de la guerra Belona.
Templo de Apolo Actio del siglo V adC, en el promontorio de Actium, en la costa de Acarnania.
Templo de Apolo en Termon, en Etolia.
Templo de Apolo Agieo (‘protector de las calles’) en la ciudad de Megalópolis, en Arcadia.
Templo de Apolo en Apolonia
Templo de Apolo en la isla de Ortigia, en Siracusa (Sicilia).
Templo de Apolo en Figalia, en Arcadia.
Templo de Apolo en Corinto.
Templo de Apolo en Delos.
[editar] Festivales
Los principales festivales celebrados en honor de Apolo eran las Carneas, Carpias, Dafneforias, Delias, Jacintias, Pianepsias, Pitias y Targelias.
[editar] Atributos y símbolos
Los atributos más comunes de Apolo eran la lira y el arco. Entre sus atributos también se incluían la cítara (una versión avanzada de la lira) y el plectro. Otro emblema común era el trípode sacrificial, representativo de sus poderes proféticos. El laurel se usaba en sacrificios expiatorios y también para elaborar la corona de la victoria en los Juegos Píticos, que se celebraban en su honor cada cuatro años en Delfos. La palmera también le estaba consagrada porque había nacido bajo una de ellas en Delos. Entre los animales que le estaban consagrados se incluían los lobos, los delfines y los corzos, los cisnes y saltamontes (simbolizando la música), halcones, cornejas, cuervos y serpientes (en alusión a sus funciones como dios de la profecía), los ratones y los grifos, míticos híbridos de águila y león de origen oriental.
Como dios de la colonización, Apolo aconsejaba sobre las colonias, especialmente durante la época de mayor apogeo, del 750 al 550 adC. Según la tradición griega, ayudó a los colonos cretenses o arcadios a fundar la ciudad de Troya. Sin embargo, esta historia podría reflejar una influencia cultural que tuviese la dirección contraria: textos cuneiformes hititas mencionan un dios de Asia Menor llamado Appaliunas o Apalunas en relación con la ciudad de Wilusa, que actualmente es considerada idéntica a la griega Illios por la mayoría de investigadores. En esta interpretación, el título Lykegenes puede leerse simplemente como ‘nacido en Licia’, lo que efectivamente corta el supuesto vínculo del dios con los lobos (posiblemente una etimología popular).
En el contexto literario Apolo representa la armonía, el orden y la razón, características que contrastaban con las de Dioniso, dios del vino, que representaba el éxtasis y el desorden. El contraste entre los papeles de estos dioses queda reflejado en los adjetivos apolíneo y dionisíaco. Sin embargo, los griegos pensaban en las dos cualidades como complementarias: los dos dioses son hermanos, y cuando Apolo en el invierno se marchaba a la Hiperbórea dejaba el oráculo de Delfos a Dioniso. Este contraste parece ser mostrado en los lados del jarrón Borghese.
[editar] Apolo romano
Los romanos adoptaron el culto a Apolo de los griegos. Como dios genuinamente griego, Apolo no tenía equivalente directo en la mitología romana, aunque los poetas posteriores aludieron frecuentemente a él como Febo. Hay una tradición por la que el oráculo délfico era consultado tan temprano como en el periodo de los reyes romanos durante el reinado de Tarquinio el Soberbio. En 430 adC se dedicó un templo a Apolo con motivo de una peste. Durante la Segunda Guerra Púnica en 212 adC los Ludi Apollinares (‘Juegos Apolíneos’) fueron instituidos en su honor. En la época de Augusto, que se consideraba a sí mismo bajo la especial protección de Apolo e incluso se decía que era su hijo, su culto se desarrolló y se convirtió en uno de los principales dioses de Roma. Tras la batalla de Actium Augusto amplió su antiguo templo, dedicó una porción del botín a él e instituyó juegos quinquenales en su honor. También erigió un nuevo templo en el monte Palatino y trasladó los juegos seculares, para los que Horacio compuso su Carmen Saeculare, a Apolo y Diana.
[editar] Orígenes del culto a Apolo
Base de la estatua de Apolo Iatros (‘médico’)Parece que los Apolos griego y etrusco llegaron al mar Egeo durante la época arcaica (entre 1100 y 800 adC) desde Anatolia. En la Guerra de Troya Homero le presenta en el bando troyano y no en el aqueo, y tiene estrechas relaciones con el Apaliuna luvita, que su vez parece haber viajado a occidente desde el lejano oriente. En el Bronce Antiguo (de 1700 a 1200 adC) el Aplu hitita y hurrita[cita requerida], como el Apolo homérico, era un dios de las plagas y se parecía al dios ratón Apolo Esmínteo. Hay aquí una situación apotropaica, en la que un dios que originalmente traía la plaga era invocado para acabar con ella, mezclándose con el tiempo por fusión con el dios sanador micénico Peán (PA-JA-WO en lineal B), que en Homero era el médico de los dioses. En otros autores la palabra es un simple epíteto de Apolo en su papel como dios de la curación, pero actualmente se sabe que Peán fue originalmente una deidad separada.
Homero dejó la cuestión sin responder, por lo que Hesíodo los separó y en la poesía posterior Peán era invocado independientemente como dios de la curación. Es igualmente difícil separar a Peán en el sentido de ‘sanador’ de Peán en el sentido de ‘canción’. Se creía que alude a la antigua relación entre el arte de la curación y el canto de hechizos, pero aquí se ve un desplazamiento gradual desde el sentido original de ‘sanador’ hasta el final de ‘himno’, de la frase Ιή Παιάν[cita requerida].
Tales canciones eran originalmente dirigidas a Apolo y posteriormente a otros dioses: Dioniso, Helios y Asclepios, todos relacionados con él. Sobre el siglo IV adC el peán se convirtió en una simple fórmula de adulación, cuyo objeto era implorar protección contra la enfermedad y la desgracia o bien dar las gracias tras lograr dicha protección. De esta forma Apolo llegó a ser reconocido como dios de la música. Su papel como asesino de Pitón llevó a su asociación con la batalla y la victoria, de donde procede la costumbre romana de que los ejércitos canten un peán cuando marchan y antes de entrar en batalla, cuando una flota abandonaba el puerto y también tras lograr una victoria.
El propio Aplu hurrita parece estar derivado del término sumerio que significaba ‘canción de’, un título que se daba al dios babilónico de las plagas [[Nergal]. Los vínculos de Apolo con los oráculos parecen también estar relacionados con el deseo de saber el desenlace de una enfermedad.
[editar] Apolo en el arte
Apolo (el «Adonis» de Centocelle), copia romana del original griego (Museo Ashmolean)
Apolo con un halo radiante en un mosaico de suelo romano, El Djem, Túnez, finales del siglo IIEn el arte Apolo es representado como un hombre joven y guapo, sin barba y con frecuencia con una lira (como Apolo Citaredo) o un arco en la mano. El Apolo de Belvedere es una escultura en mármol que fue redescubierta a finales del siglo XV y que desde el Renacimiento hasta el XIX ha epitomado los ideales de la antigüedad clásica para los europeos. Se trata de una copia helenística o romana de un original en bronce del escultor griego Leocares hecha entre el 350 y el 325 adC.
La estatua a tamaño natural llamada «Adonis», hallada en 1780 en el yacimiento de una villa suburbana cerca de la Via Labicana en el suburbio romano de Centocelle, actualmente en el Museo Ashmolean (Oxford) es identificado como un Apolo por los investigadores modernos. Probablemente nunca estuvo destinada al culto, siendo un pastiche de varios modelos del siglo IV destinado a complacer a un entendido romano del siglo II que la exhibió en su villa.
En el mosaico de suelo romano de finales del siglo II de El Djem (la romana Thysdrus) puede identificársele como Apolo Helios por su halo radiante, aunque entonces incluso la divina desnudez de un dios se oculta bajo su túnica, señal de crecientes convenciones de modestia en el Imperio tardío. Otro mosaico de Apolo con halo, de Hadrumentum, está en el museo de Sousse[4]. Las convenciones de esta representación —cabeza ladeada, labios levemente abiertos, grandes ojos, corte de pelo en rizos cayendo sobre el cuello— se desarrollaron en el siglo III adC para representar a Alejandro Magno (Bieber 1964, Yalouris 1980). Algún tiempo después de la realización de este mosaico, las primeras representaciones de Cristo serían imberbes y con halos.
Otras representaciones antiguas reseñables son:
Apolo de Piombino (museo del Louvre)
Gran Apolo dorado de Lillebonne (museo del Louvre)
[editar] Apolo en el arte de Luis XIV
Galería de Apolo en el Louvre, obra del pintor y decorador Charles Le Brun. Siguió decorándola Delacroix y fue terminada en el Segundo Imperio.
Salón del trono o salón de Apolo en el castillo de Versalles. estaba destinado a la recepción de embajadores y se daban también espectáculos de danza y música.
Jardines de Versalles. Aquí se encuentran bastantes representaciones del dios solar:
Estanque de Apolo, situado cerca del Gran Canal. En el medio se encuentra una monumental estatua de Apolo, obra de Tuby. El dios surge del agua conduciendo un carro tirado por dos caballos.
En el bosquecillo de los baños de Apolo, obra del siglo XVIII, se ve representado el dios solar, en actitud de cansancio y rodeado de ninfas.
[editar] Pintura
Apolo y Aurora de Gerard de Lairesse, 1671; se encuentra en el Metropolitan Museum of Art, Nueva York.
[editar] Mitología
[editar] Nacimiento
Cuando Hera descubrió que Leto estaba embarazada y que Zeus era el padre, prohibió que diera a luz en terra firma, o el continente, o cualquier isla del mar. En su deambular, Leto encontró la recién creada isla flotante de Delos, que no era el continente ni una isla real, y dio a luz allí. La isla estaba rodeada de cisnes. Después, Zeus aseguró Delos al fondo del océano. Más tarde esta isla fue consagrada a Apolo.
También se afirma que Hera secuestró a Ilitía, la diosa de los partos, para evitar que Leto diese a luz. Los demás dioses engañaron a Hera para que la dejase ir ofreciéndole un collar de ámbar de ocho metros de largo. Los mitógrafos coinciden en que primero nació Artemisa y ésta ayudó a nacer a Apolo, o que Artemisa nació un día antes que Apolo, en la isla de Ortigia, y que ayudó a Leto a cruzar el mar hasta Delos el día siguiente para dar a luz a Apolo. Apolo nació el 7º día (ἡβδομαγενης) de Targelión según la tradición delia o en el mes de Bisio según la tradición délfica. Los días 7º y 20º, lunas nueva y llena, estuvieron desde entonces consagrados a él.
[editar] Juventud
Siendo joven, Apolo mató al dragón ctónico Pitón, que vivía en Delfos junto a la fuente de Castalia, pues (según algunas versiones) Pitón había intentado violar a Leto cuando ésta estaba embarazada de Apolo y Artemisa. Esta fuente era la que emitía los vapores causantes de que el oráculo de Delfos hiciese sus profecías. Apolo mató a Pitón pero fue castigado por ello, ya que Pitón era un hijo de Gea.
[editar] Apolo y Admeto
Cuando Zeus abatió al hijo de Apolo, Asclepio, con un rayo por resucitar a los muertos (transgrediendo así a Temis al robar súbditos de Hades), Apolo mató en venganza a los Cíclopes, que habían creado el rayo de Zeus. Apolo debía haber sido desterrado al Tártaro para siempre, pero fue en su lugar condenado a un año de trabajo forzado como castigo, gracias a la intercesión de su madre, Leto. Durante este tiempo trabajó como pastor para el rey Admeto de Feras en Tesalia. Admeto trató bien a Apolo por lo que a cambio éste le concedió grandes beneficios.
Apolo ayudó a Admeto a ganar a Alcestis, la hija del rey Pelias y más tarde convenció a las Moiras para que permitiesen a Admeto vivir más tiempo del que le correspondía si algún otro ocupaba su lugar. Pero cuando llegó la hora de su muerte, sus ancianos padres, que él había asumido que estarían dispuestos a morir gustosamente en su lugar, rehusaron cooperar. En cambio, Alcestis tomó su lugar, pero Heracles consiguió «persuadir» a Tánatos, el dios de la muerte, para que la devolviera al mundo de los vivos.
[editar] Apolo durante la Guerra de Troya
Apolo disparó flechas infectadas con la peste en el campamento griego durante la Guerra de Troya en respuesta al insulto de Agamenón a Crises, uno de sus sacerdotes cuya hija Criseida había sido secuestrada. Apolo exigió su liberación, y los aqueos terminaron por ceder, provocando indirectamente la furia de Aquiles, que es el tema de La Ilíada.
Cuando Diomedes hirió a Eneas Apolo le rescató. Primero Afrodita, su protectora madre, intentó rescatar a Eneas pero Diomedes la hirió también. Entonces Eneas fue envuelto por una nube creada por Apolo, quien le llevó a Pérgamo, un lugar sagrado de Troya.
Apolo ayudó a Paris a matar a Aquiles guiando la flecha de arco hasta el talón de éste. Una interpretación de este motivo es que fue en venganza por el sacrilegio de Aquiles al matar a Troilo, hijo de Apolo con Hécuba, en el mismo altar del templo a él dedicado.
[editar] Níobe
Níobe, una reina de Tebas y esposa de Anfión, alardeó de su superioridad sobre Leto porque había tenido catorce hijos (los Nióbides), siete varones y siete mujeres, mientras Leto había tenido sólo dos. Apolo mató a sus hijos mientras éstos practicaban atletismo, a pesar de sus súplicas, y Artemisa a sus hijas. Apolo y Artemisa usaron flechas envenenadas para matarlos, aunque según algunas versiones del mito algunos de los Nióbides fueron perdonados (normalmente Cloris). Anfión, al ver a sus hijos muertos, se suicidó o fue asesinado por Apolo tras jurar venganza. Una desolada Níobe huyó al monte Sípilo en Asia Menor y se convirtió en piedra mientras lloraba. Sus lágrimas formaron el río Aqueloo. Zeus había convertido a todos los habitantes de Tebas en piedra, por lo que nadie enterró a los Nióbides hasta el noveno día tras su muerte, cuando los propios dioses les dieron sepultura.
[editar] Consortes y descendencia de Apolo
Dafne perseguida por Apolo y Apolo persiguiendo a Dafne (museo del Louvre)Amantes masculinos Amantes femeninas Hijos de madre desconocida
Acanto
Cipariso
Jacinto
Arsínoe
Asclepio
Eriopis
Casandra
Calíope
Lino
Orfeo
Cirene
Aristaeo
Coronis
Asclepio
Dafne
Driope
Anfiso
Etusa
Eleuter
Hécuba
Troilo
Políxena
Leucótoe
Manto
Mopso
Psámate
Lino
Quíone
Filamón
Reo
Anio
Sinope
Sirio
Terpsícore
Lino
Urania
Lino
Cicno
Cíniras
Phemonoe
[editar] Amantes femeninas
Apolo persiguió a la ninfa Dafne, hija de Peneo, quien le había desdeñado. Su encaprichamiento estaba provocado por una flecha dorada que le había disparado Eros, quien estaba celoso porque Apolo había bromeado sobre sus habilidades como arquero. Eros también afirmaba que el canto de Apolo le molestaba. Simultáneamente, sin embargo, le había disparado una flecha con punta de plomo a Dafne, haciendo que ésta sintiese repulsión hacia Apolo. Tras una fogosa persecución, Dafne rezó a la Madre Tierra (o alternativamente a su padre, un dios río) pidiendo ayuda, y ésta le transformó en un árbol de laurel, que fue consagrado a Apolo.
Apolo tuvo una aventura con una princesa mortal llamada Leucótoe, hija de Orcamo y hermana de Clitia. Leucótoe amó a Apolo, quien se había disfrazado como su madre para lograr acceder a sus aposentos. Clitia, celosa de su hermana porque quería a Apolo para sí, contó a Orcamo la verdad, traicionando las confidencias y la confianza de su hermana. Enfurecido, Orcamo ordenó que Leucótoe fuese enterrada viva. Apolo se negó a perdonar a Clitia por traicionar a su amada, y ésta, afligida, se marchitó y lentamente murió. Apolo la transformó en una planta de incienso, o bien en un heliotropo o girasol, que sigue al sol cada día.
Marpesa fue secuestrada por Idas pero también fue amada por Apolo. Zeus le hizo escoger entre ambos, y Marpesa escogió a Idas razonando que Apolo, siendo inmortal, terminaría cansándose de ella cuando envejeciera.
Castalia era una ninfa a quien Apolo amaba. Castalia huyó de él y se zambulló en la fuente que había en Delfos al pie de monte Parnaso, que desde entonces se llama fuente de Castalia. El agua de esta fuente era sagrada: se usaba para limpiar los templos de Delfos y también inspiraba a los poetas.
Apolo tuvo con Cirene un hijo llamado Aristeo, que se convirtió en el dios patrón del ganado, los árboles frutales, la caza, la agricultura y la apicultura. También fue un héroe de la cultura que enseñó a la humanidad las técnicas de la ganadería lechera y el uso de redes y trampas en la caza, así como el cultivo de los olivos.
Con Hécuba, la esposa del rey Príamo de Troya, Apolo tuvo un hijo llamado Troilo. Un oráculo profetizó que Troya no sería derrotada siempre que Troilo llegase a cumplir los veinte años de vida. Troilo y su hermana Políxena cayeron en una emboscada y fueron asesinados por Aquiles.
Apolo también se enamoró de Casandra, hija de Hécuba y Príamo, y hermanastra de Troilo. Apolo prometió a Casandra el don de la profecía para lograr seducirla, pero ella le rechazó después. Enfurecido, Apolo le concedió el don de conocer el futuro junto con la maldición de que nadie la creyera jamás.
Coronis, hija de Flegias, rey de los lapitas, fue otra de las amantes de Apolo. Embarazada de Asclepio, Coronis se enamoró de Isquis, hijo de Élato. Un cuervo informó a Apolo de esta aventura. Al principio no lo creyó y volvió negros a todos los cuervos (que antes eran blancos) como castigo por divulgar mentiras. Cuando descubrió la verdad envió a su hermana, Artemisa, a matar a Coronis. Como resultado también hizo sagrados a los cuervos y les otorgó la tarea de anunciar muertes importantes. Apolo rescató al bebé de la pira funeraria de Coronis y se lo dio al centauro Quirón para que lo criase. Flegias se enfureció tras la muerte de su hija e incendió el templo de Apolo en Delfos, por lo que Apolo le mató.
En la obra de Eurípides Ion Apolo engendraba a Ión con Creúsa, esposa de Juto. Creúsa abandonó a Ión en el bosque, pero Apolo pidió a Hermes que salvase al niño y lo llevase al oráculo de Delfos, donde fue criado por una sacerdotisa.
[editar] Amantes masculinos
Apolo y Jacinto de Jacopo Caraglio, grabado italiano del siglo XIVApolo, eterno kouros imberbe, fue el dios griego que tuvo las relaciones homosexuales más prominentes. Esto era de esperar del que era dios de la palestra, el lugar donde los jóvenes se reunían para practicar atletismo, siempre desnudos, y de quien se decía que representaba al educador ideal y por tanto erastes (o amante de muchachos) ideal (Sergent, p.102). Todos sus amantes eran más jóvenes que él, al estilo de las relaciones pederastas griegas de la época. Muchos de los jóvenes amantes de Apolo murieron «accidentalmente», un reflejo de la función de estos mitos como parte de los ritos de pasaje, en los que el joven moría para renacer como adulto.
Jacinto fue uno de sus amantes masculinos. Jacinto era un príncipe espartano hermoso y atlético. Ambos estaban practicando el lanzamiento de disco cuando Jacinto fue golpeado en la cabeza por un disco desviado de su trayectoria por Céfiro, que estaba celoso de Apolo y también amaba a Jacinto. Cuando éste murió, se dice en algunas versiones que Apolo se vio tan embargado por la pena que maldijo su propia inmortalidad, deseando unirse a su amante en su muerte, y convirtió a Céfiro en viento para que nunca volviera a hablar ni tocar a nadie. De la sangre de la herida de su amante Apolo creó la flor del jacinto en memoria de su muerte, y sus lágrimas mancharon los pétalos de la flor con άί άί, que significa ‘¡ay, ay!’. El Festival de Jacinto era una celebración de Esparta.
Otro de sus romances fue con Acanto, el espíritu del árbol de acanto. Tras su muerte, fue transformado por Apolo en una hierba amante del sol y su afligida hermana, Acanta, fue convertida en jilguero por los demás dioses.
Otro amante masculino fue Cipariso, un descendiente de Heracles. Apolo dio al muchacho un ciervo domesticado como compañero, pero Cipariso lo mató accidentalmente con un pilum cuando éste yacía dormido entre la maleza. Cipariso pidió a Apolo que hiciera que sus lágrimas cayesen para siempre. Apolo transformó al triste muchacho en un ciprés, del que se dice que es un árbol triste porque su savia forma gotitas como lágrimas en el tronco.
[editar] Apolo y el nacimiento de Hermes
Hermes nació en el monte Cilene en Arcadia. Esta historia se cuenta en el himno homérico a Hermes. Su madre, Maia, había quedado embarazada de una aventura amorosa con Zeus. Maia envolvió al infante en mantas pero Hermes escapó cuando ella dormía. Hermes corrió a Tesalia, donde Apolo estaba pastoreando su ganado. El infante Hermes robó varias de sus vacas y las llevó a una cueva en los bosques cercanos a Pilos, borrando sus huellas. En la cueva encontró una tortuga y la mató, vaciando entonces sus entrañas. Usó los intestinos de una de las vacas y el caparazón de la tortuga para hacer la primera lira. Apolo se quejó a Maia de que su hijo había robado su ganado, pero Hermes ya había vuelto a las mantas en las que ella le había dejado, por lo que Maia rehusó creer las afirmaciones de Apolo. Zeus intervino y, afirmando haber visto los hechos, secundó a Apolo. Entonces Hermes empezó a tocar música en la lira que había inventado. Apolo, un dios de la música, se enamoró del instrumento y ofreció permitir el intercambio del ganado por la lira. Así, Apolo se convirtió en un maestro de la lira y Hermes inventó un tipo de instrumento musical con flautas llamado siringa.
Más tarde, Apolo cambió un caduceo por una siringa de Hermes.
[editar] Otras historias
Apolo dio a Orestes, a través del oráculo de Delfos, la orden de matar a su madre, Clitemnestra, y al amante de ésta, Egisto. Orestes fue ferozmente castigado por este crimen por las Erinias, quienes le persiguieron incansablemente hasta hacerle pedir la intercesión de Atenea, quien decretó que fuese juzgado por un jurado de sus iguales, con Apolo como defensor.
En La Odisea, Odiseo y su tripulación superviviente desembarcó en una isla consagrada a Helios, el dios sol, donde éste guarda ganado sagrado. Aunque Odiseo les advirtió para que no lo hicieran (como Tiresias y Circe le habían dicho), éstos mataron y comieron parte del ganado, por lo que Helios hizo que Zeus destruyese el barco y a todos los hombres salvo Odiseo.
Apolo mató a los Alóadas cuando éstos intentaban asaltar el Olimpo.
También se decía que Apolo cabalgaba a espaldas de un cisne al país de los Hiperbóreos durante los meses de invierno, cisne que también le prestaba a su amado Jacinto para que lo montase.
Apolo transformó a Cefiso en un monstruo marino.
[editar] Concursos musicales
Apolo y Marsias de José de Ribera (1637)En una ocasión Pan tuvo la audacia de comparar su música con la de Apolo, y de retar a éste, el dios de la lira, a una prueba de habilidad. Tmolo, el dios montaña, fue elegido árbitro. Pan sopló sus flautas, y con su rústica melodía dio gran satisfacción a él mismo y a su ferviente seguidor, Midas, que estaba presente. Entonces Apolo pulsó las cuerdas de su lira. Tmolo inmediatamente declaró vencedor a Apolo, y todos salvo Midas estuvieron de acuerdo. Éste disintió, y cuestionó la justicia del fallo. Apolo no quiso volver a sufrir tan depravado par de oídos, e hizo que se le convirtieran en orejas de burro.
Marsias era un sátiro que desafió a Apolo a un concurso de música. Había encontrado un aulos en el suelo que había tirado Atenea tras inventarlo porque hacía que sus mejillas se hinchasen. Marsias perdió y fue desollado vivo en una cueva cerca de Calaenae en Frigia por su hibris (orgullo desmedido) al desafiar a un dios. Su sangre derramada se convirtió en el río Marsias. Otra versión es que Apolo tocó su instrumento (la lira) del revés. Marsias no podía hacer lo mismo con el suyo (la flauta), por lo que Apolo le colgó de un árbol y lo despellejó vivo[5].
Apolo también compitió en un concurso de lira con Cíniras, su hijo, quien se suicidó tras perder.
[editar] Epítetos y títulos de culto
Estatua de Apolo Sauróctono (‘matador de lagartos’)Apolo, como otras deidades griegas, tenía cierto número de epítetos que le eran aplicados para reflejar la diversidad de papeles, obligaciones y aspectos adscritos a él. Sin embargo, aunque tenía un gran número de apelativos en la mitología griega, sólo unos pocos aparecen en la literatura latina.
Entre sus epítetos se cuentan:
Como dios de la luz y del sol:
Febo (‘brillante’), el más común en la literatura latina
Liceo (Λυκειος, ‘luminoso’), para Apolo en el contexto de dios del sol o de la luz
Como dios de la medicina y la curación:
Akesios (Ακεσιος, ‘sanador’), bajo el que era adorado en Elis, donde tenía un templo en el ágora[6]
Alexikakos (Άλεξίκακος, ‘el que aparta la desgracia’)
Apotropeo (‘el que aparta el mal’)
Averruncus (‘que aparta los males’), epíteto latino
Iatros (Ιατρος, ‘médico’)
Medicus (‘médico’), epíteto latino; en Roma había un templo dedicado a Apollo Medicus, probablemente junto al de Belona
Como dios de las plagas y defensor contra ratas y langostas:
Culicarius (‘que aparta los mosquitos’), epíteto latino
Esminteo (Σμινθειος, ‘cazador de ratones’)
Parnopio (Παρνοπιος, ‘saltamontes’)
Como dios del tiro con arco:
Aphetoros (‘dios del arco’)
Argurotoxos (Άργυρότοξος, ‘del arco de plata’)
Articenens (‘que lleva el arco’), epíteto romano
Hekaergos (Έκάεργος, ‘que se deshace lejos’), referido a sus flechas
Hekebolos (Έκηϐόλος, ‘que dispara lejos’)
Como dios pastoral de la ganadería:
Licio (Λυκιος, ‘matador de lobos’) o Lykegenes (‘nacido de una loba’)
Nomios (‘vagabundo’)
Como dios de los colonos:
Arcageta (Αρχηγετης, ‘director de la fundación’), por ser fundador se las murallas de Megara
Clario (Κλαριος, del dórico κλαρος klaros, ‘asignación de tierra’), por su supervisión sobre las ciudades y las colonias
Como dios de los oráculos:
Cintio, proveniente de su nacimiento en el monte Cinto de Delos
Cirreo, por Cirria, localidad cercana de Delfos
Clario (Κλαριος) por el santuario que tenía en Claros, Jonia (oráculo de Colofón)
Delfinio (Δελφινιος, ‘del útero’), que asocia a Apolo con Delphoi (Delfos); una etiología en los himnos homéricos asocia este epíteto con los delfines
Licio (Λυκιος, ‘de Licia’) o Lykegenes (‘nacido en Licia’), donde algunos postulan el origen de su culto
Pitio (Πυθιος, ‘pítico’), de Πυθο Pytho, nombre homérico de Delfos
Timbreo (Θυμβριος) por el templo que tenía en Timbra
Como dios de la profecía:
Coelispex (‘que observa el cielo’), epíteto romano
Loxias (Λοξίας, ‘oblicuo’), por los oráculos tan ambiguos
Como jefe de musas y ninfas:
Musageta (Μουσαγέτης, ‘jefe de las musas’)
Ninfageta (‘jefe de las ninfas’)