En la mitología griega, Atlas o Atlante (en griego antiguo Ἄτλας, ‘el portador’, de τλάω tláô, ‘portar’, ‘soportar’) era un joven titán al que Zeus condenó a cargar sobre sus hombros con los pilares que mantenían la Tierra separada de los cielos. Era hijo de Jápeto y la ninfa Clímene (en otras versiones, de Asia) y hermano de Prometeo, Epimeteo y Menecio. Higino, sin embargo, lo hace hijo de Gea y Éter o Urano, aunque el texto del Prefacio, donde hace esta afirmación, está algo corrompido. Fue el padre de las Hespérides (con Hesperis), Mera, las Híades, Calipso y las Pléyades.
La etimología del nombre Atlas es incierta y sigue discutiéndose: algunos lo derivan de la raíz protoindoeuropea *tel, ‘sostener’, ‘soportar’, mientras otros sugieren que es un nombre preindoeuropeo. Dado que las montañas Atlas están en una región habitada por bereberes, podría ser que el nombre latín tal como lo conocemos fuese tomado del bereber. De hecho, el sol es llamado a menudo ‘el ojo del cielo’ (Tit), y dado que se pone por el oeste, el océano Atlántico puede ser llamado ‘el lugar de ocultación del sol’ o Antal n Tit. Los griegos podrían haber tomado prestado este nombre para el océano, y usado más tarde su raíz atl- para formar el nombre «Atlas».
El titán AtlasAtlas fue el jefe de los Gigantes en la Gigantomaquia o guerra contra los olímpicos. Cuando fueron derrotados, Zeus lo castigó a cargar con el peso de llevar los cielos sobre sus hombros. Se contaba que Atlas, a pesar de su superior fuerza, gemía al sujetar la bóveda celeste.
También se decía que Atlas reinó en Arcadia hasta ser sucedido por Deimas, hijo de Dárdano (rey que fundó la casa real de Troya), pero también que gobernó el noroeste de África, donde tenía entre otras riquezas un árbol de hojas y frutas doradas. Según algunos, fueron éstas las manzanas doradas que Gea dio como regalo de bodas a Zeus y Hera.
A este reino habría ido Perseo tras haber matado a la Medusa, donde se presentó como hijo de Zeus y pidió hospitalidad a Atlas. Pero éste, que había rodeado su huerto con murallas y puesto un dragón a vigilar su árbol dorado, recordó la profecía de Temis[1] y amenazó a Perseo, aconsejándole que se fuera. Entonces Perseo sostuvo la cabeza de Medusa ante los ojos de Atlas, convirtiéndolo en una enorme piedra a la que se llamó cordillera del Atlas. Se decía de estas montañas que eran tan altas que tocaban el cielo, aunque sus árboles eran tan densos que impedían subirlas.
Sin embargo, otras versiones cuentan que Heracles, descendiente de Perseo, engañó a Atlas para que recuperase algunas manzanas de oro del jardín de las Hespérides como parte de sus doce trabajos. Prometeo le había aconsejado que no fuese él mismo a buscarlas, sino que enviase a Atlas. Para lograrlo, Heracles se ofreció a sujetar el cielo mientras Atlas iba a buscarlas. Pero al volver, Atlas no quiso aceptar la devolución de los cielos, y dijo que él mismo llevaría las manzanas a Euristeo, el hombre que las había pedido. Heracles lo engañó de nuevo, pidiéndole que sujetase el cielo un momento para que pudiera ponerse su capa como almohadilla sobre los hombros, a lo que éste accedió. Entonces Heracles tomó las manzanas y se marchó.
Heracles fingió estar de acuerdo con la idea, pero le pidió a Atlas que tomase el arco un momento para poder ponerse un almohadón sobre sus hombros doloridos. Atlas accedió y asà HeracIes pudo huir con las manzanas, provocando el lamento eterno del primero ante tan pesada carga.
Atlas fue el jefe de los Gigantes en la Gigantomaquia o guerra contra los olÃmpicos. Cuando fueron derrotados, Zeus lo castigó a cargar con el peso de llevar los cielos sobre sus hombros. Se contaba que Atlas, a pesar de su superior fuerza, gemÃa al sujetar la bóveda celeste.
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En la mitología griega, Atlas o Atlante (en griego antiguo Ἄτλας, ‘el portador’, de τλάω tláô, ‘portar’, ‘soportar’) era un joven titán al que Zeus condenó a cargar sobre sus hombros con los pilares que mantenían la Tierra separada de los cielos. Era hijo de Jápeto y la ninfa Clímene (en otras versiones, de Asia) y hermano de Prometeo, Epimeteo y Menecio. Higino, sin embargo, lo hace hijo de Gea y Éter o Urano, aunque el texto del Prefacio, donde hace esta afirmación, está algo corrompido. Fue el padre de las Hespérides (con Hesperis), Mera, las Híades, Calipso y las Pléyades.
La etimología del nombre Atlas es incierta y sigue discutiéndose: algunos lo derivan de la raíz protoindoeuropea *tel, ‘sostener’, ‘soportar’, mientras otros sugieren que es un nombre preindoeuropeo. Dado que las montañas Atlas están en una región habitada por bereberes, podría ser que el nombre latín tal como lo conocemos fuese tomado del bereber. De hecho, el sol es llamado a menudo ‘el ojo del cielo’ (Tit), y dado que se pone por el oeste, el océano Atlántico puede ser llamado ‘el lugar de ocultación del sol’ o Antal n Tit. Los griegos podrían haber tomado prestado este nombre para el océano, y usado más tarde su raíz atl- para formar el nombre «Atlas».
El titán AtlasAtlas fue el jefe de los Gigantes en la Gigantomaquia o guerra contra los olímpicos. Cuando fueron derrotados, Zeus lo castigó a cargar con el peso de llevar los cielos sobre sus hombros. Se contaba que Atlas, a pesar de su superior fuerza, gemía al sujetar la bóveda celeste.
También se decía que Atlas reinó en Arcadia hasta ser sucedido por Deimas, hijo de Dárdano (rey que fundó la casa real de Troya), pero también que gobernó el noroeste de África, donde tenía entre otras riquezas un árbol de hojas y frutas doradas. Según algunos, fueron éstas las manzanas doradas que Gea dio como regalo de bodas a Zeus y Hera.
A este reino habría ido Perseo tras haber matado a la Medusa, donde se presentó como hijo de Zeus y pidió hospitalidad a Atlas. Pero éste, que había rodeado su huerto con murallas y puesto un dragón a vigilar su árbol dorado, recordó la profecía de Temis[1] y amenazó a Perseo, aconsejándole que se fuera. Entonces Perseo sostuvo la cabeza de Medusa ante los ojos de Atlas, convirtiéndolo en una enorme piedra a la que se llamó cordillera del Atlas. Se decía de estas montañas que eran tan altas que tocaban el cielo, aunque sus árboles eran tan densos que impedían subirlas.
Sin embargo, otras versiones cuentan que Heracles, descendiente de Perseo, engañó a Atlas para que recuperase algunas manzanas de oro del jardín de las Hespérides como parte de sus doce trabajos. Prometeo le había aconsejado que no fuese él mismo a buscarlas, sino que enviase a Atlas. Para lograrlo, Heracles se ofreció a sujetar el cielo mientras Atlas iba a buscarlas. Pero al volver, Atlas no quiso aceptar la devolución de los cielos, y dijo que él mismo llevaría las manzanas a Euristeo, el hombre que las había pedido. Heracles lo engañó de nuevo, pidiéndole que sujetase el cielo un momento para que pudiera ponerse su capa como almohadilla sobre los hombros, a lo que éste accedió. Entonces Heracles tomó las manzanas y se marchó.
espero aberte ayudado saludos
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Atlas
Atlas
El titán Atlas era hijo de Japeto y de la ninfa Climene. Después de que los titanes se hubiesen puesto a disposición de Zeus y sus hermanos, Atlas no fue hecho prisionero en el mundo de los muertos como el resto de ellos. Zeus le infligió un castigo especial que consistió en cargar con el arco del cielo sobre sus hombros. Atlas llevó a cabo la tarea en el rincón más occidental que los griegos conocÃan y que se situarÃa cerca del estrecho de Gibraltar.
Heracles visitó a Atlas en uno de sus Doce Trabajos para recoger las manzanas de oro de las Hespérides. Gaya, la diosa de la tierra, le habÃa dado las manzanas a Hera cuando se casó con Zeus y ésta a su vez se las entregó a las Hespérides, hijas de Atlas, para que las guardasen en un bello jardÃn que estaba protegido por el dragón Ladón. Atlas le puso una condición a su visita.
Para evitarle el problema de luchar con el dragón, irÃa él mismo hasta el jardÃn mientras Heracles le sostenÃa el arco del firmamento.
Afortunadamente, Heracles era lo suficientemente fuerte y Atlas pudo llegar al jardÃn. Cuando regresó con las manzanas, le sugirió que podrÃa ir él a entregárselas a Eurystheus (Euristeo), jefe de Heracles, mientras el héroe seguÃa sosteniendo el arco un poco más.
Heracles fingió estar de acuerdo con la idea, pero le pidió a Atlas que tomase el arco un momento para poder ponerse un almohadón sobre sus hombros doloridos. Atlas accedió y asà HeracIes pudo huir con las manzanas, provocando el lamento eterno del primero ante tan pesada carga.
Ovidio describe cómo Perseo, hijo de Zeus como Heracles, visitó a Atlas. Perseo le pidió pasar la noche con él, a lo que aquél se negó, recordando un oráculo que en cierta ocasión le habÃa dicho que un hijo de Zeus llegarÃa para robarle las manzanas de sus hijas -probablemente se referÃa a Heracles-. Atlas amenazó a Perseo y éste utilizó la cabeza de Medusa (ver Las Gorgonas, y Perseo) para convertirle en montaña de piedra, la cadena del Atlas en Marruecos. Esta versión ofrece la contradicción de que Perseo visitara a Atlas antes que Heracles y que éste luego no lo encontrara convertido en montaña, sino aún como titán.
Atlas fue el jefe de los Gigantes en la Gigantomaquia o guerra contra los olÃmpicos. Cuando fueron derrotados, Zeus lo castigó a cargar con el peso de llevar los cielos sobre sus hombros. Se contaba que Atlas, a pesar de su superior fuerza, gemÃa al sujetar la bóveda celeste.
También se decÃa que Atlas reinó en Arcadia hasta ser sucedido por Deimas, hijo de Dárdano (rey que fundó la casa real de Troya), pero también que gobernó el noroeste de Ãfrica, donde tenÃa entre otras riquezas un árbol de hojas y frutas doradas. Según algunos, fueron éstas las manzanas doradas que Gea dio como regalo de bodas a Zeus y Hera.
A este reino habrÃa ido Perseo tras haber matado a la Medusa, donde se presentó como hijo de Zeus y pidió hospitalidad a Atlas. Pero éste, que habÃa rodeado su huerto con murallas y puesto un dragón a vigilar su árbol dorado, recordó la profecÃa de Temis1 y amenazó a Perseo, aconsejándole que se fuera. Entonces Perseo sostuvo la cabeza de Medusa ante los ojos de Atlas, convirtiéndolo en una enorme piedra a la que se llamó cordillera del Atlas. Se decÃa de estas montañas que eran tan altas que tocaban el cielo, aunque sus árboles eran tan densos que impedÃan subirlas.
Sin embargo, otras versiones cuentan que Heracles, descendiente de Perseo, engañó a Atlas para que recuperase algunas manzanas de oro del jardÃn de las Hespérides como parte de sus doce trabajos. Prometeo le habÃa aconsejado que no fuese él mismo a buscarlas, sino que enviase a Atlas. Para lograrlo, Heracles se ofreció a sujetar el cielo mientras Atlas iba a buscarlas. Pero al volver, Atlas no quiso aceptar la devolución de los cielos, y dijo que él mismo llevarÃa las manzanas a Euristeo, el hombre que las habÃa pedido. Heracles lo engañó de nuevo, pidiéndole que sujetase el cielo un momento para que pudiera ponerse su capa como almohadilla sobre los hombros, a lo que éste accedió. Entonces Heracles tomó las manzanas y se marchó.
En la mitologÃa griega, Atlas o Atlante (en griego antiguo á¼ÏλαÏ, ‘el portador’, de ÏÎ»Î¬Ï tláô, ‘portar’, ‘soportar’) era un joven titán al que Zeus condenó a cargar sobre sus hombros con los pilares que mantenÃan la Tierra separada de los cielos. Era hijo de Jápeto y la ninfa ClÃmene (en otras versiones, de Asia) y hermano de Prometeo, Epimeteo y Menecio. Higino, sin embargo, lo hace hijo de Gea y Ãter o Urano, aunque el texto del Prefacio, donde hace esta afirmación, está algo corrompido. Fue el padre de las Hespérides (con Hesperis), Mera, las HÃades, Calipso y las Pléyades.
Atlas era un dios que era reconocido por su gran fuerza, ya que se supone que el sostenia la tierra