Los testigos se contradicen entre ellos y a sí mismos
Pese a todas las irregularidades de este suicidio, ningún testigo tuvo que declarar nunca bajo juramento
Eunice Murray relató de nuevo su historia a los investigadores policiales después de que se fuera el sargento Clemmons, el primer policía que oficialmente llegó a casa de Monroe. Pero empezó a decir que se levantó para ir al baño a las 03:30 de la madrugada, no a las 24:00. Parece que en su primera declaración había cometido un error de tres horas y media, ni más ni menos. Más allá de que ella y los doctores Greenson y Engelberg cambiaron de manera idéntica los horarios de lo sucedido después de haber hablado con el sargento Clemmons, hay muchas cosas más que no cierran en la historia de la señora Murray. Su afirmación de que se preocupó por Marilyn al ver la luz encendida por debajo de la puerta cuando pasaba al baño no tiene asidero ya que para ir al baño no necesitaba salir de su propia habitación: tenía uno propio. Además, la alfombra instalada en el dormitorio de Monroe era tan gruesa que incluso costaba cerrar la puerta: era imposible ver algo por debajo. ¿Y qué tenía de raro que Marilyn estuviera despierta si padecía insomnio crónico? Ella misma era consciente de que su historia no tenía consistencia y, con el tiempo, empezó a decir que se preocupó por Marilyn por su "intuición pisciana". En 1985, el periodista Anthony Summers y el ex ejecutivo de CBS Ted Landreth la entrevistaron para el documental "Say Goodbye to The President". La señora Murray sostuvo su historia hasta que sorpresivamente, cuando la entrevista había terminado, preguntó: "A mi edad, ¿debo seguir encubriendo todo esto?". Cuando le preguntaron a qué se refería, ella contó que Robert Kennedy había estado en casa de Marilyn ese día, que Greenson llegó cuando aún estaba viva y que se llamó a una ambulancia. Dijo que Monroe tuvo una violenta discusión con Kennedy, y agregó: "La cosa se puso tan difícil que los protectores de Robert Kennedy, sabe, tuvieron que intervenir para protegerlo..." El detective privado Fred Otash fue entrevistado en 1985 por la periodista de ABC Sylvia Chase para un programa especial sobre la muerte de Monroe que, finalmente, nunca fue transmitido, y por el New York Post. Fred Otash declaró que se habían instalado micrófonos en casa de Peter Lawford y de Marilyn por encargo del jefe del sindicato de camioneros, Jimmy Hoffa, que se la tenía jurada a los Kennedy y, en particular, a Robert. Otash contó que había muchas cintas de él y Marilyn haciendo el amor, y una discusión terrible el día de su muerte. Dijo que estaban en el dormitorio de Marilyn y la recordaba a ella, gritando "¡Me han pasado de uno a otro! ¡Fui usada! ¡Me siento un pedazo de carne!". Por su parte, Kennedy decía "¡¿Dónde está?, ¿dónde ****** está?! ¡Debo tenerlo! ¡Mi familia te pagará!" mientras se oían ruidos característicos de estar revolviendo la habitación. La discusión terminó con sonido de golpes físicos, gritos de ella ordenando que salieran de su casa, y un portazo. Esa noche, Peter Lawford se presentó en casa de Otash "borracho, perturbado y muy nervioso", le dijo que Marilyn estaba muerta y que él debía ir a borrar cualquier evidencia que pudiera incriminar a Robert Kennedy, que había estado en casa de Monroe y había tenido una violenta discusión con ella. También le contó que ella le había llamado después de que se fuera Kennedy y le había dicho: "Hazme un favor. Dile al Presidente que intenté comunicarme con él. Dile adiós de mi parte. Creo que ya cumplí con mi propósito". Palabras parecidas a las que declaró Lawford, sólo que en este caso suenan a enojo e ironía, y tal como él las contó a últimas palabras.
Norman Jeffries (foto dcha.) era el yerno de Eunice Murray y en ese momento se encontraba haciendo algunos trabajos de albañilería en casa de Monroe. Su relato de los hechos es muy distinto al que, en principio, dio su suegra. Aquel sábado llegó temprano para seguir trabajando en el suelo de la cocina. El aspecto de Marilyn al levantarse le pareció preocupante: "Parecía enferma, desesperadamente enferma, no sólo en el sentido físico, y pensé que tenía que haber algo que iba espantosamente mal. Tenía que haber tomado un montón de pastillas o lo que fuera, o tal vez estaba muerta de miedo. Hasta entonces, no la había visto nunca en un estado como ése". Entre las 15:00 y las 16:00 vio llegar a Robert Kennedy junto con Peter Lawford quien le ordenó a él y a Murray que se fueran al supermercado a comprar una Coca-Cola. Cuando volvieron una hora después, Marilyn estaba presa de un ataque de furia y pánico. Pat Newcomb trataba de calmarla pero era inútil. Entonces, la señora Murray llamó al doctor Greenson. Jeffries también confirmó que su suegra había sido despedida por Marilyn y que debía empacar sus cosas antes de que terminara el día. Sin embargo, el doctor Greenson le habría pedido que se quedara esa noche. Después de que el psiquiatra se fuera, Jeffries y Eunice miraron televisión, mientras Marilyn estaba en su habitación. A eso de las 21:30 volvió Robert Kennedy con dos hombres. “Nos dijeron que nos fuéramos. Quiero decir que dejaron muy claro que debíamos irnos. Pero esta vez Eunice y yo no nos apartamos del barrio. Fuimos a la casa de un vecino. Yo no tenía idea de qué estaba pasando. O sea, era el fiscal general de los Estados Unidos. Yo no sabía quiénes eran los otros dos hombres que estaban con él. Supuse que eran del gobierno.” Esto lo confirma Elizabeth Pollard, vecina de Marilyn, que vio llegar a los tres hombres desde su casa. Eunice y Jeffries se quedaron en lo del vecino hasta que se fueron los tres hombres a las 10:30. Cuando volvieron a la casa, Jeffries vio a Marilyn tirada boca abajo, desnuda en su cama, sosteniendo el teléfono. Le pareció que estaba muerta. La señora Murray llamó a una ambulancia y después al doctor Greenson. También vio llegar a Peter Lawford y Pat Newcomb quienes estaban histéricos. Pat Newcomb, agente de prensa y secretaria de Monroe, se había quedado a dormir allí el viernes por la noche. Se levantó cerca del mediodía y dice que por este motivo tuvo una acalorada discusión con Marilyn que no había podido dormir en toda la noche. Sin embargo, el periodista Sidney Skolsky que habló por teléfono con Marilyn ese sábado asegura que la discusión había sido por Robert Kennedy. Una amiga de Newcomb, ex mujer de Dean Martin, asegura: "Pat fue demasiado lejos; estaba muy enamorada de Bobby Kennedy. No ha podido superarlo hasta hace muy poco. Si quiere saber quién está más enterada que nadie de todo lo de Marilyn, es Pat Newcomb". Por otra parte, la propia Newcomb se contradijo en cuanto a la discusión cuando relató por qué se había quedado a dormir allí esa noche: estaba muy resfriada y Marilyn le ofreció su casa de huéspedes para que descansara tranquila en un ambiente agradable. Es improbable, entonces, que se enojara con ella justamente por haber descansado tranquila. En un informe del FBI sobre la muerte de Monroe se lee este escalofriante párrafo: "Se reportó que el ama de llaves y la secretaria personal y agente de Marilyn, Pat Newcomb, cooperaron en el plan para inducir el suicidio. Pat Newcomb fue recompensada por su cooperación al ser puesta en la nómina Federal como asistente de George Stevens Jr., cabeza de División de Actividades de la Industria Cinematográfica del U.S. Information Service". Efectivamente, al volver en febrero del '63 de un viaje de placer por Europa, Newcomb se estableció en Washington y asumió su cargo como enlace entre Hollywood y el Estado, bajo las órdenes de íntimos de la familia Kennedy como George Stevens y Don Wilson, su jefe directo. De hecho ella misma se volvió una íntima de la familia al punto de que cuando John Kennedy fue asesinado, Newcomb se quedó cuidando los hijos de Robert mientras él iba a hacerse cargo de la situación. Vale la pena ver una foto, tomada cuatro días después del entierro de Monroe, que muestra a una Newcomb muy sonriente, disfrutando de un día de navegación con el clan Kennedy. Por supuesto, una foto no demuestra nada pero da qué pensar teniendo en cuenta que ese mismo día, 12 de agosto de 1962, mientras ella reía en un yate, se cerraba oficialmente la investigación por la muerte de su "amiga". Ralph Greenson (foto dcha.) dijo que el 4 de agosto a eso de las 16:00, recibió una llamada de Marilyn a quien notó deprimida y medio drogada. El acudió a ayudarla. Después de dos horas y media, ella ya se había calmado aunque seguía enojada con Pat Newcomb con quien, según él, estaba discutiendo desde el viernes por la noche. Greenson le pidió que se fuera y Newcomb obedeció de mala gana. Después de atender una llamada del masajista Ralph Roberts y decir que Marilyn no estaba, el doctor se fue. Le había pedido a la señora Murray que se quedara a dormir allí esa noche. A las 19:40 recibió otra llamada de Monroe en la que le comentó que acababa de hablar con DiMaggio y eso la había puesto muy feliz. Siguiendo el relato oficial, a las 24:00, como dijeron en un principio, o a las 03:30, como empezaron a decir después, habría recibido el llamado desesperado de Eunice Murray y habría acudido inmediatamente para encontrarse con su paciente muerta. La gran contradicción de Greenson es que, pese a haberlo anunciado como un suicidio ante el primer policía que llegó al lugar diciéndole "Tomó todas éstas", él mismo no creía esta teoría por una serie de grabaciones que Monroe había hecho para él y en las que hablaba de "planes y esperanzas para su futuro inmediato", como definió el suplente del fiscal de di
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Era el ama de llaves de Marilyn:
Los testigos se contradicen entre ellos y a sí mismos
Pese a todas las irregularidades de este suicidio, ningún testigo tuvo que declarar nunca bajo juramento
Eunice Murray relató de nuevo su historia a los investigadores policiales después de que se fuera el sargento Clemmons, el primer policía que oficialmente llegó a casa de Monroe. Pero empezó a decir que se levantó para ir al baño a las 03:30 de la madrugada, no a las 24:00. Parece que en su primera declaración había cometido un error de tres horas y media, ni más ni menos. Más allá de que ella y los doctores Greenson y Engelberg cambiaron de manera idéntica los horarios de lo sucedido después de haber hablado con el sargento Clemmons, hay muchas cosas más que no cierran en la historia de la señora Murray. Su afirmación de que se preocupó por Marilyn al ver la luz encendida por debajo de la puerta cuando pasaba al baño no tiene asidero ya que para ir al baño no necesitaba salir de su propia habitación: tenía uno propio. Además, la alfombra instalada en el dormitorio de Monroe era tan gruesa que incluso costaba cerrar la puerta: era imposible ver algo por debajo. ¿Y qué tenía de raro que Marilyn estuviera despierta si padecía insomnio crónico? Ella misma era consciente de que su historia no tenía consistencia y, con el tiempo, empezó a decir que se preocupó por Marilyn por su "intuición pisciana". En 1985, el periodista Anthony Summers y el ex ejecutivo de CBS Ted Landreth la entrevistaron para el documental "Say Goodbye to The President". La señora Murray sostuvo su historia hasta que sorpresivamente, cuando la entrevista había terminado, preguntó: "A mi edad, ¿debo seguir encubriendo todo esto?". Cuando le preguntaron a qué se refería, ella contó que Robert Kennedy había estado en casa de Marilyn ese día, que Greenson llegó cuando aún estaba viva y que se llamó a una ambulancia. Dijo que Monroe tuvo una violenta discusión con Kennedy, y agregó: "La cosa se puso tan difícil que los protectores de Robert Kennedy, sabe, tuvieron que intervenir para protegerlo..." El detective privado Fred Otash fue entrevistado en 1985 por la periodista de ABC Sylvia Chase para un programa especial sobre la muerte de Monroe que, finalmente, nunca fue transmitido, y por el New York Post. Fred Otash declaró que se habían instalado micrófonos en casa de Peter Lawford y de Marilyn por encargo del jefe del sindicato de camioneros, Jimmy Hoffa, que se la tenía jurada a los Kennedy y, en particular, a Robert. Otash contó que había muchas cintas de él y Marilyn haciendo el amor, y una discusión terrible el día de su muerte. Dijo que estaban en el dormitorio de Marilyn y la recordaba a ella, gritando "¡Me han pasado de uno a otro! ¡Fui usada! ¡Me siento un pedazo de carne!". Por su parte, Kennedy decía "¡¿Dónde está?, ¿dónde ****** está?! ¡Debo tenerlo! ¡Mi familia te pagará!" mientras se oían ruidos característicos de estar revolviendo la habitación. La discusión terminó con sonido de golpes físicos, gritos de ella ordenando que salieran de su casa, y un portazo. Esa noche, Peter Lawford se presentó en casa de Otash "borracho, perturbado y muy nervioso", le dijo que Marilyn estaba muerta y que él debía ir a borrar cualquier evidencia que pudiera incriminar a Robert Kennedy, que había estado en casa de Monroe y había tenido una violenta discusión con ella. También le contó que ella le había llamado después de que se fuera Kennedy y le había dicho: "Hazme un favor. Dile al Presidente que intenté comunicarme con él. Dile adiós de mi parte. Creo que ya cumplí con mi propósito". Palabras parecidas a las que declaró Lawford, sólo que en este caso suenan a enojo e ironía, y tal como él las contó a últimas palabras.
Norman Jeffries (foto dcha.) era el yerno de Eunice Murray y en ese momento se encontraba haciendo algunos trabajos de albañilería en casa de Monroe. Su relato de los hechos es muy distinto al que, en principio, dio su suegra. Aquel sábado llegó temprano para seguir trabajando en el suelo de la cocina. El aspecto de Marilyn al levantarse le pareció preocupante: "Parecía enferma, desesperadamente enferma, no sólo en el sentido físico, y pensé que tenía que haber algo que iba espantosamente mal. Tenía que haber tomado un montón de pastillas o lo que fuera, o tal vez estaba muerta de miedo. Hasta entonces, no la había visto nunca en un estado como ése". Entre las 15:00 y las 16:00 vio llegar a Robert Kennedy junto con Peter Lawford quien le ordenó a él y a Murray que se fueran al supermercado a comprar una Coca-Cola. Cuando volvieron una hora después, Marilyn estaba presa de un ataque de furia y pánico. Pat Newcomb trataba de calmarla pero era inútil. Entonces, la señora Murray llamó al doctor Greenson. Jeffries también confirmó que su suegra había sido despedida por Marilyn y que debía empacar sus cosas antes de que terminara el día. Sin embargo, el doctor Greenson le habría pedido que se quedara esa noche. Después de que el psiquiatra se fuera, Jeffries y Eunice miraron televisión, mientras Marilyn estaba en su habitación. A eso de las 21:30 volvió Robert Kennedy con dos hombres. “Nos dijeron que nos fuéramos. Quiero decir que dejaron muy claro que debíamos irnos. Pero esta vez Eunice y yo no nos apartamos del barrio. Fuimos a la casa de un vecino. Yo no tenía idea de qué estaba pasando. O sea, era el fiscal general de los Estados Unidos. Yo no sabía quiénes eran los otros dos hombres que estaban con él. Supuse que eran del gobierno.” Esto lo confirma Elizabeth Pollard, vecina de Marilyn, que vio llegar a los tres hombres desde su casa. Eunice y Jeffries se quedaron en lo del vecino hasta que se fueron los tres hombres a las 10:30. Cuando volvieron a la casa, Jeffries vio a Marilyn tirada boca abajo, desnuda en su cama, sosteniendo el teléfono. Le pareció que estaba muerta. La señora Murray llamó a una ambulancia y después al doctor Greenson. También vio llegar a Peter Lawford y Pat Newcomb quienes estaban histéricos. Pat Newcomb, agente de prensa y secretaria de Monroe, se había quedado a dormir allí el viernes por la noche. Se levantó cerca del mediodía y dice que por este motivo tuvo una acalorada discusión con Marilyn que no había podido dormir en toda la noche. Sin embargo, el periodista Sidney Skolsky que habló por teléfono con Marilyn ese sábado asegura que la discusión había sido por Robert Kennedy. Una amiga de Newcomb, ex mujer de Dean Martin, asegura: "Pat fue demasiado lejos; estaba muy enamorada de Bobby Kennedy. No ha podido superarlo hasta hace muy poco. Si quiere saber quién está más enterada que nadie de todo lo de Marilyn, es Pat Newcomb". Por otra parte, la propia Newcomb se contradijo en cuanto a la discusión cuando relató por qué se había quedado a dormir allí esa noche: estaba muy resfriada y Marilyn le ofreció su casa de huéspedes para que descansara tranquila en un ambiente agradable. Es improbable, entonces, que se enojara con ella justamente por haber descansado tranquila. En un informe del FBI sobre la muerte de Monroe se lee este escalofriante párrafo: "Se reportó que el ama de llaves y la secretaria personal y agente de Marilyn, Pat Newcomb, cooperaron en el plan para inducir el suicidio. Pat Newcomb fue recompensada por su cooperación al ser puesta en la nómina Federal como asistente de George Stevens Jr., cabeza de División de Actividades de la Industria Cinematográfica del U.S. Information Service". Efectivamente, al volver en febrero del '63 de un viaje de placer por Europa, Newcomb se estableció en Washington y asumió su cargo como enlace entre Hollywood y el Estado, bajo las órdenes de íntimos de la familia Kennedy como George Stevens y Don Wilson, su jefe directo. De hecho ella misma se volvió una íntima de la familia al punto de que cuando John Kennedy fue asesinado, Newcomb se quedó cuidando los hijos de Robert mientras él iba a hacerse cargo de la situación. Vale la pena ver una foto, tomada cuatro días después del entierro de Monroe, que muestra a una Newcomb muy sonriente, disfrutando de un día de navegación con el clan Kennedy. Por supuesto, una foto no demuestra nada pero da qué pensar teniendo en cuenta que ese mismo día, 12 de agosto de 1962, mientras ella reía en un yate, se cerraba oficialmente la investigación por la muerte de su "amiga". Ralph Greenson (foto dcha.) dijo que el 4 de agosto a eso de las 16:00, recibió una llamada de Marilyn a quien notó deprimida y medio drogada. El acudió a ayudarla. Después de dos horas y media, ella ya se había calmado aunque seguía enojada con Pat Newcomb con quien, según él, estaba discutiendo desde el viernes por la noche. Greenson le pidió que se fuera y Newcomb obedeció de mala gana. Después de atender una llamada del masajista Ralph Roberts y decir que Marilyn no estaba, el doctor se fue. Le había pedido a la señora Murray que se quedara a dormir allí esa noche. A las 19:40 recibió otra llamada de Monroe en la que le comentó que acababa de hablar con DiMaggio y eso la había puesto muy feliz. Siguiendo el relato oficial, a las 24:00, como dijeron en un principio, o a las 03:30, como empezaron a decir después, habría recibido el llamado desesperado de Eunice Murray y habría acudido inmediatamente para encontrarse con su paciente muerta. La gran contradicción de Greenson es que, pese a haberlo anunciado como un suicidio ante el primer policía que llegó al lugar diciéndole "Tomó todas éstas", él mismo no creía esta teoría por una serie de grabaciones que Monroe había hecho para él y en las que hablaba de "planes y esperanzas para su futuro inmediato", como definió el suplente del fiscal de di
ps se supone q era la criada de monroe pero ps no se si quieres cheka en esta paguinahttp://es.wikipedia.org/wiki/Marilyn_Monroe
weno bye
Eunice Murray
hola hermana, no lo se pero su nombre me suena