Con Ollos de Auga ("Ojos de agua"), su primera novela publicada en 2006, que tendrá una secuela en 2009, "La playa de los ahogados", Villar presenta al inspector Leo Caldas, un personaje solitario, tímido, que goza paseando de noche por las calles de Vigo. Fumador y amante del vino blanco, le gusta contemplar el mar y escuchar música en algún club de jazz. Además de trabajar en la comisaría colabora sin mucho entusiasmo en un programa de radio, un consultorio radiofónico al que los ciudadanos se acercan con las quejas más diversas. Su ayudante es Rafael Estévez, un aragonés que tiene dificultades para relacionarse con los gallegos y su ironía, un elemento extraño en tierra hostil con un carácter demasiado impetuoso para sus nuevos vecinos. Ambos conforman una curiosa versión española de Sherlock Holmes y Watson. Esta extraña y singular pareja se encarga en este libro de investigar el crimen de un joven saxofonista.
En la torre de de apartamentos turísticos de la isla de Toralla, en plena ría de Vigo, aparece el cadáver del saxofonista Luis Reigosa, desnudo, atado a la cama y con una mirada de absoluto terror en sus acuosos ojos azules. El músico muerto no mantiene una relación estable y la casa, limpia de huellas, no muestra más que partituras ordenadas en los estantes, saxofones colgados en las paredes y el libro -ya un clásico- de un gran filósofo del siglo X X sobre la mesilla de noche. El informe forense es clarísimo en cuanto a la forma de la muerte: inoculación de formaldehído (formol) en los genitales. ¿Quién ha podido vengarse de tal forma del saxofonista? ¿Es un crimen pasional? Pronto van a conocer que el asesinado era homosexual, hecho que lleva a Leo y a su compañero Rafael Estévez a investigar en los locales de ambiente de la ciudad. Así, la investigación de este asesinato, de una crueldad y sangre fría inusitadas, se desarrollará entre el ambiente cálido y nocturno de los clubes de jazz y la atmósfera tensa y afectada de la alta burguesía viguesa.
Novela policial con grandes dosis de suspenso y humor, “Ojos de agua” sitúa a su autor en la línea de escritores que, como Andrea Camilleri y Henning Mankell, renuevan el género negro desde Europa con una obra en la que el interés de la narración se ve acrecentado por una visión crítica de la sociedad. En la obra de Domingo Villar conviven cierta melancolía con la alegría de la música y el vino blanco. Una historia de misterio salpicada de ironía, una intriga socarrona, una novela negra en colores.
No es que no me guste, pero yo creo que se podría mejorar bastante porque solo te dice que están en Vigo y que van a resolver el caso de un saxofonista muerto que es heteroxesual. Yo creo que podía estar muchísimo mejor porque no me ha ayudado o mucho y además me lo estoy leyendo sin acabar de leer el libro. Lo siento
Answers & Comments
Verified answer
Con Ollos de Auga ("Ojos de agua"), su primera novela publicada en 2006, que tendrá una secuela en 2009, "La playa de los ahogados", Villar presenta al inspector Leo Caldas, un personaje solitario, tímido, que goza paseando de noche por las calles de Vigo. Fumador y amante del vino blanco, le gusta contemplar el mar y escuchar música en algún club de jazz. Además de trabajar en la comisaría colabora sin mucho entusiasmo en un programa de radio, un consultorio radiofónico al que los ciudadanos se acercan con las quejas más diversas. Su ayudante es Rafael Estévez, un aragonés que tiene dificultades para relacionarse con los gallegos y su ironía, un elemento extraño en tierra hostil con un carácter demasiado impetuoso para sus nuevos vecinos. Ambos conforman una curiosa versión española de Sherlock Holmes y Watson. Esta extraña y singular pareja se encarga en este libro de investigar el crimen de un joven saxofonista.
En la torre de de apartamentos turísticos de la isla de Toralla, en plena ría de Vigo, aparece el cadáver del saxofonista Luis Reigosa, desnudo, atado a la cama y con una mirada de absoluto terror en sus acuosos ojos azules. El músico muerto no mantiene una relación estable y la casa, limpia de huellas, no muestra más que partituras ordenadas en los estantes, saxofones colgados en las paredes y el libro -ya un clásico- de un gran filósofo del siglo X X sobre la mesilla de noche. El informe forense es clarísimo en cuanto a la forma de la muerte: inoculación de formaldehído (formol) en los genitales. ¿Quién ha podido vengarse de tal forma del saxofonista? ¿Es un crimen pasional? Pronto van a conocer que el asesinado era homosexual, hecho que lleva a Leo y a su compañero Rafael Estévez a investigar en los locales de ambiente de la ciudad. Así, la investigación de este asesinato, de una crueldad y sangre fría inusitadas, se desarrollará entre el ambiente cálido y nocturno de los clubes de jazz y la atmósfera tensa y afectada de la alta burguesía viguesa.
Novela policial con grandes dosis de suspenso y humor, “Ojos de agua” sitúa a su autor en la línea de escritores que, como Andrea Camilleri y Henning Mankell, renuevan el género negro desde Europa con una obra en la que el interés de la narración se ve acrecentado por una visión crítica de la sociedad. En la obra de Domingo Villar conviven cierta melancolía con la alegría de la música y el vino blanco. Una historia de misterio salpicada de ironía, una intriga socarrona, una novela negra en colores.
No es que no me guste, pero yo creo que se podría mejorar bastante porque solo te dice que están en Vigo y que van a resolver el caso de un saxofonista muerto que es heteroxesual. Yo creo que podía estar muchísimo mejor porque no me ha ayudado o mucho y además me lo estoy leyendo sin acabar de leer el libro. Lo siento