El Valle de los Reyes, en árabe Biban el-Moluk (وادي الملوك), es una necrópolis del antiguo Egipto donde se encuentran las tumbas de la inmensa mayoría de faraones del Imperio Nuevo (dinastías XVIII, XIX y XX), así como unos pocas reinas, príncipes, nobles e incluso mascotas.
[Redescubrimiento]
Varias tumbas del Valle de los Reyes permanecieron abiertas desde la Antigüedad. Éstas serían pasto del vandalismo de los griegos y los romanos, que inscribirían sus nombres (uno de los primeros casos de graffiti de la historia) en algunas tumbas, e incluso la ira de los cristianos, que atacarían a algunas tumbas o que incluso habitarían en ellas, en el caso de algunos ermitaños. Sería con la conquista de los musulmanes cuando el valle tuviera algo de descanso, pues éstos directamente lo ignoraron, considerándolo algo ajeno e innecesario.
Muy pocos viajeros europeos harían aparición en el Valle hasta la llegada de la expedición francesa de Napoleón, cuyo grupo de historiadores exploraría el lugar e incluso identificaría algunas tumbas que permanecían olvidadas, como la de Amenhotep III.
Poco después llegarían otros como Belzoni, Champollion, Lepsius, Maspero y Carter, entre muchos otros. A largo de todo el siglo XIX y comienzos del XX comenzaban a descubrirse algunas tumbas reales y numerosos pozos funerarios que acrecentaban cada vez más el interés por la necrópolis y por Egipto en general. El hallazgo de tumbas tan bellas como las de Sethy I u Horemheb, de los escondrijos de las momias reales, o de la misteriosa tumba 55 crearon una verdadera fiebre en la que varios arqueólogos y acaudalados coleccionistas competían por el mejor hallazgo.
Sería en 1922 cuando el Valle de los Reyes desvelara su secreto mejor guardado, la celebérrima tumba de Tutanjamón, el rey-niño de la dinastía XVIII. Llena de tesoros jamás soñados, es sin competidor posible, el hallazgo más importante de la arqueología contemporánea universal, y el comienzo de la egiptomanía que aún se siente en la sociedad. Pero no sería el fin del Valle de los Reyes: aunque ya es harto improbable la existencia de una tumba de esas características escondida en el valle (sobre todo porque ya han sido hallados casi todos los faraones), comienza la labor documental. Ya no se excava en busca de tesoros, sino de información.
[El Valle hoy]
El presente del Valle de los Reyes es el desescombro de algunas tumbas y el redescubrimiento de algunas que se han vuelto a perder desde el siglo XIX. Actualmente se están produciendo labores de restauración así como de facilitar el acceso a los turistas al lugar. No todas las tumbas están abiertas al público, pero sí las que despiertan mayor interés por sus bellísimas pinturas. Los sepulcros que más están dando que hablar hoy en día son, con diferencia, tres en especial.
* La tumba 5, que está siendo desescombrada, podría ser la más grande de todo el Valle. Las últimas investigaciones, así como el hallazgo de algunos cuerpos, parecen indicar que allí pudieron ser enterrados gran parte de los más de ciento cincuenta hijos del faraón Ramsés II el Grande, lo que le convertiría en la tumba colectiva más grande del mundo.
* La tumba 55, que aunque ya no tiene ningún secreto que mostrar, sigue despertando un enorme interés, pues aún ignoramos la identidad del cuerpo hallado en ella y el verdadero destinatario del sepulcro. Tras la tumba de Tutanjamón, es la que más ríos de tinta ha vertido. Se ha pensado que la Tumba 55 estaba destinada a la gran esposa real Tiy, pero que el cuerpo allí hallado podría pertenecer al faraón Ajenatón o a su corregente tan poco conocido, Semenejkara. Los estudios a la momia se van sucediendo sin aportar aún datos concluyentes.
* La tumba 63 es una de las grandes esperanzas de la egiptología para poner algo de luz en el complicado periodo de los reinados de Ajenatón a Horemheb. Para sorpresa de todos, su hallazgo en 2005 demostró que los secretos del Valle de los Reyes aún no estaban agotados y el descubrimiento de varios sarcófagos (al parecer, todos vacíos) hacen pensar que quizás se tratase de un escondrijo de momias. A la espera de más datos sobre esta novedosa noticia, sólo cabe mencionar la teoría de que en ella pudieron estar enterradas la madre o la esposa de Tutanjamón.
Con este nombre se conoce el yacimiento arqueológico-funerario de la gran necrópolis tebana, situado en el Alto Egipto, en el lado occidental del Nilo, frente a la moderna ciudad de Luxor.
El nombre Valle de los Reyes no es el que los antiguos egipcios dieron a tal zona, llamada por ellos "El Lugar de la Verdad" o "La Gran Pradera", sino que proviene del arqueólogo J. F. Champollion, quien tal vez lo tomó de la expresión árabe uadi Biban el Moluk (´El valle de las Puertas de los Reyes´).
Dicho valle, dominado por el pico de el-Qurn ("El cuerno"), antiguamente llamado dehenet y consagrado a la diosa cobra Meretseger ("La que ama el silencio"), está formado por una serie de gargantas o antiguos cursos de agua, la principal, en el sector oriental, con la mayorÃa de las tumbas catalogadas (58 en total); otra, la occidental, en la que, de sus pocas tumbas localizadas (catalogadas sólo cuatro), destacan las de Amenofis III (1402-1364 a.C.) y de Ay (1337-1333 a.C.); este sector es conocido como el "Valle de los Monos" por la representación de doce monos en la tumba del último faraón citado.
Es un lugar en Egipto donde se encontraron la tumba de Tutankamon entre otros reyes egipcios. Los arqueologos siguen buscando tumbas de reyes en esa región por eso es importante.
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El Valle de los Reyes, en árabe Biban el-Moluk (وادي الملوك), es una necrópolis del antiguo Egipto donde se encuentran las tumbas de la inmensa mayoría de faraones del Imperio Nuevo (dinastías XVIII, XIX y XX), así como unos pocas reinas, príncipes, nobles e incluso mascotas.
[Redescubrimiento]
Varias tumbas del Valle de los Reyes permanecieron abiertas desde la Antigüedad. Éstas serían pasto del vandalismo de los griegos y los romanos, que inscribirían sus nombres (uno de los primeros casos de graffiti de la historia) en algunas tumbas, e incluso la ira de los cristianos, que atacarían a algunas tumbas o que incluso habitarían en ellas, en el caso de algunos ermitaños. Sería con la conquista de los musulmanes cuando el valle tuviera algo de descanso, pues éstos directamente lo ignoraron, considerándolo algo ajeno e innecesario.
Muy pocos viajeros europeos harían aparición en el Valle hasta la llegada de la expedición francesa de Napoleón, cuyo grupo de historiadores exploraría el lugar e incluso identificaría algunas tumbas que permanecían olvidadas, como la de Amenhotep III.
Poco después llegarían otros como Belzoni, Champollion, Lepsius, Maspero y Carter, entre muchos otros. A largo de todo el siglo XIX y comienzos del XX comenzaban a descubrirse algunas tumbas reales y numerosos pozos funerarios que acrecentaban cada vez más el interés por la necrópolis y por Egipto en general. El hallazgo de tumbas tan bellas como las de Sethy I u Horemheb, de los escondrijos de las momias reales, o de la misteriosa tumba 55 crearon una verdadera fiebre en la que varios arqueólogos y acaudalados coleccionistas competían por el mejor hallazgo.
Sería en 1922 cuando el Valle de los Reyes desvelara su secreto mejor guardado, la celebérrima tumba de Tutanjamón, el rey-niño de la dinastía XVIII. Llena de tesoros jamás soñados, es sin competidor posible, el hallazgo más importante de la arqueología contemporánea universal, y el comienzo de la egiptomanía que aún se siente en la sociedad. Pero no sería el fin del Valle de los Reyes: aunque ya es harto improbable la existencia de una tumba de esas características escondida en el valle (sobre todo porque ya han sido hallados casi todos los faraones), comienza la labor documental. Ya no se excava en busca de tesoros, sino de información.
[El Valle hoy]
El presente del Valle de los Reyes es el desescombro de algunas tumbas y el redescubrimiento de algunas que se han vuelto a perder desde el siglo XIX. Actualmente se están produciendo labores de restauración así como de facilitar el acceso a los turistas al lugar. No todas las tumbas están abiertas al público, pero sí las que despiertan mayor interés por sus bellísimas pinturas. Los sepulcros que más están dando que hablar hoy en día son, con diferencia, tres en especial.
* La tumba 5, que está siendo desescombrada, podría ser la más grande de todo el Valle. Las últimas investigaciones, así como el hallazgo de algunos cuerpos, parecen indicar que allí pudieron ser enterrados gran parte de los más de ciento cincuenta hijos del faraón Ramsés II el Grande, lo que le convertiría en la tumba colectiva más grande del mundo.
* La tumba 55, que aunque ya no tiene ningún secreto que mostrar, sigue despertando un enorme interés, pues aún ignoramos la identidad del cuerpo hallado en ella y el verdadero destinatario del sepulcro. Tras la tumba de Tutanjamón, es la que más ríos de tinta ha vertido. Se ha pensado que la Tumba 55 estaba destinada a la gran esposa real Tiy, pero que el cuerpo allí hallado podría pertenecer al faraón Ajenatón o a su corregente tan poco conocido, Semenejkara. Los estudios a la momia se van sucediendo sin aportar aún datos concluyentes.
* La tumba 63 es una de las grandes esperanzas de la egiptología para poner algo de luz en el complicado periodo de los reinados de Ajenatón a Horemheb. Para sorpresa de todos, su hallazgo en 2005 demostró que los secretos del Valle de los Reyes aún no estaban agotados y el descubrimiento de varios sarcófagos (al parecer, todos vacíos) hacen pensar que quizás se tratase de un escondrijo de momias. A la espera de más datos sobre esta novedosa noticia, sólo cabe mencionar la teoría de que en ella pudieron estar enterradas la madre o la esposa de Tutanjamón.
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Salu2!
Saludos
Con este nombre se conoce el yacimiento arqueológico-funerario de la gran necrópolis tebana, situado en el Alto Egipto, en el lado occidental del Nilo, frente a la moderna ciudad de Luxor.
El nombre Valle de los Reyes no es el que los antiguos egipcios dieron a tal zona, llamada por ellos "El Lugar de la Verdad" o "La Gran Pradera", sino que proviene del arqueólogo J. F. Champollion, quien tal vez lo tomó de la expresión árabe uadi Biban el Moluk (´El valle de las Puertas de los Reyes´).
Dicho valle, dominado por el pico de el-Qurn ("El cuerno"), antiguamente llamado dehenet y consagrado a la diosa cobra Meretseger ("La que ama el silencio"), está formado por una serie de gargantas o antiguos cursos de agua, la principal, en el sector oriental, con la mayorÃa de las tumbas catalogadas (58 en total); otra, la occidental, en la que, de sus pocas tumbas localizadas (catalogadas sólo cuatro), destacan las de Amenofis III (1402-1364 a.C.) y de Ay (1337-1333 a.C.); este sector es conocido como el "Valle de los Monos" por la representación de doce monos en la tumba del último faraón citado.
De hecho, el Valle de los Reyes comenzó a ser considerado como gran necrópolis a partir de la dinastÃa XVIII, tiempo en el que fueron enterrados no solo faraones sino también miembros de la familia real (reinas y prÃncipes) y grandes personalidades.
El primer monarca que fijó allà su tumba fue Thutmosis I (1506-1494 a.C.).
Tras Thutmosis I lo harÃan numerosos reyes de las dinastÃas XVIII, XIX y XX.
Es un lugar en Egipto donde se encontraron la tumba de Tutankamon entre otros reyes egipcios. Los arqueologos siguen buscando tumbas de reyes en esa región por eso es importante.