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La Bulé, fue un consejo asesor y más tarde cuerpo legislativo representativo que formaba parte del aparato del gobierno en las ciudades-estado de la antigua Grecia, en especial en Atenas.

En un principio, la Bulé estaba formada por los nobles de las cuatro familias y era estrictamente un cuerpo consultivo, convocado para ayudar al rey. En Atenas se accedía a la Bulé por nacimiento y riqueza hasta el 594 a.C., cuando el político y legislador Solón reformó drásticamente la legislación y fundó un nuevo consejo de cuatrocientos miembros elegidos entre la aristocracia.

La Bulé sirvió como consejo asesor de la gran asamblea de ciudadanos conocida como la Ecclesia. No llegó a ser una organización verdaderamente representativa hasta que Clístenes llevó a cabo nuevas reformas en el 508 a.JC. e incrementó el número de miembros del consejo hasta quinientos, estipulando que todo ciudadano de buena posición y poseedor de tierras o navios podía ser elegido miembro. También dio al consejo jurisdicción sobre muchos asuntos judiciales y administrativos, incluyendo las acusaciones o enjuiciamientos, el mantenimiento del Ejército y el control de las rentas públicas.

La evolución política y social de las ciudades griegas durante el periodo arcaico es aún mal conocida. Las monarquías serían progresivamente reemplazadas, entre los siglos 11 y 7º a.JC., por oligarquías. De este modo, el poder pasó a los jefes de las grandes familias que poseían --la tierra-- y las flotas comerciales y, por consiguiente, la riqueza y las armas. Entre ellos escogían a magistrados temporales, que eran denominados arcontes en Atenas y éforos en Esparta.

En los siglos 7º y 6º a.JC., la aristocracia dominante tuvo que hacer frente a graves disturbios derivados de los problemas económicos y sociales que el modelo vigente de producción de la tierra generaba; estos eran, principalmente, el notable incremento de los campesinos sin tierra y el descontento de una clase mercantil nacida como consecuencia de la colonización y que reclamaba derechos políticos.

Ciertas ciudades, como Atenas, remitieron la solución de estos conflictos a legisladores (como Solón y Dracón), mientras que otras recurrieron a la acción de aristócratas locales, a menudo jefes militares, que recibieron el nombre de tiranos.

El legislador Solón, elegido arconte en el 594 a.JC., después de que una grave crisis agraria condujo a la esclavitud a muchos campesinos libres que no pudieron hacer frente a sus deudas. Solón prohibió los préstamos realizados bajo el aval de la libertad del deudor; canceló todas las hipotecas y deudas; e impulsó el comercio naviero y el asentamiento colonial del Mar negro y los oficios liberales. La reforma legislativa y constitucional que le es atribuida reemplazaba el privilegio de nacimiento por el mérito de la fortuna para acceder a las magistraturas y cargos públicos. La sociedad quedó dividida en cuatro clases, atendiendo al criterio de riqueza y posesión de esclavos, cada una de las cuales tenía que asumir ciertas obligaciones (lo que suponía la asunción del concepto de responsabilidad del ciudadano).

La última de esas clases creada por sus leyes era la de los thetes (aquellos que no tenían propiedades ni esclavos y no devengaban impuestos), quienes no podían acceder a las magistraturas y cargos políticos pero sí participar en la Asamblea popular (Ekklesia).

Otras instituciones de nuevo cuño fueron el Consejo de los Cuatrocientos (que realmente supuso una nueva Bulé), con iniciativa legislativa; y el tribunal popular de los heliastas (así llamados por reunirse en la plaza Heliea al salir el Sol). Las reformas de Solón introdujeron los fermentos de la democracia en la vida ateniense y posteriomente en el resto de ciudades Estado.

Enrique P.