Una profecía consta de palabras o escritos divinamente inspirados, los cuales se reciben mediante la revelación del Espíritu Santo. El testimonio de Jesús es el espíritu de profecía (Apoc. 19:10).
Una profecía puede pertenecer al pasado, al presente o al futuro.
Cuando una persona profetiza, habla o escribe aquello que Dios desea que sepa, ya sea para su propio bien o para bien de los demás.
Las personas pueden recibir profecía o revelación personal relacionadas con su propia vida.
PROFETA
es la persona que ha sido lamada desde antes de nacer por Dios para que hable en Su nombre. El recibe mandamientos, profecías y revelaciones de Dios.
La responsabilidad del profeta consiste en hacer conocer a la humanidad la voluntad y la verdadera naturaleza de Dios, y demostrar el significado que tienen sus tratos con ellos.
El profeta denuncia el pecado y predice sus consecuencias; es predicador de rectitud.
En algunas ocasiones, puede recibir inspiración para predecir el futuro en beneficio del ser humano; no obstante, su responsabilidad primordial es la de dar testimonio de Cristo.
PROFETISA
Es una mujer que ha recibido un testimonio de Jesucristo y que disfruta del espíritu de revelación.
Una profetisa no posee ni el sacerdocio ni sus llaves. Aunque en las Escrituras se les llama profetisas sólo a unas cuantas mujeres, fueron muchas las que profetizaron; por ejemplo, Rebeca, Ana, Elisabet y María.
Los profetas verdaderos dan a conocer su fe en Jesús, pero se requiere más que afirmar que se predica en el nombre de él
1 Juan 4:1-3: “Prueben las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto adquieren ustedes el conocimiento de la expresión inspirada procedente de Dios: Toda expresión inspirada que confiesa a Jesucristo venido en carne se origina de Dios, pero toda expresión inspirada que no confiesa a Jesús no se origina de Dios.”
Mat. 7:21-23: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre [...]?’ Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obreros del desafuero.”
Los profetas verdaderos hablan en el nombre de Dios, pero no basta con sencillamente afirmar que lo representan
Deu. 18:18-20: “Un profeta levantaré para ellos de en medio de sus hermanos, semejante a ti; y verdaderamente pondré mis palabras en su boca, y él ciertamente les hablará a ellos todo lo que yo le mande. Y tiene que suceder que al hombre que no escuche mis palabras que él hablará en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta. Sin embargo, el profeta que tenga la presunción de hablar en mi nombre una palabra que yo no le he mandado hablar o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta tiene que morir.” (Compárese con Jeremías 14:14; 28:11, 15.)
Jesús dijo: “No hago nada de mi propia iniciativa; sino que hablo estas cosas así como el Padre me enseñó” (Juan 8:28). Dijo: “He venido en el nombre de mi Padre” (Juan 5:43). Jesús dijo también: “El que habla de parte de sí mismo busca su propia gloria”. (Juan 7:18.)
Si alguna persona u organización afirma que representa a Dios pero se niega a usar Su nombre personal, y tiene la costumbre de expresar su propio parecer sobre los asuntos, ¿está cumpliendo con este importante requisito que identifica al profeta verdadero?
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Primeramente hablemos de lo que es una profesia:
Una profecía consta de palabras o escritos divinamente inspirados, los cuales se reciben mediante la revelación del Espíritu Santo. El testimonio de Jesús es el espíritu de profecía (Apoc. 19:10).
Una profecía puede pertenecer al pasado, al presente o al futuro.
Cuando una persona profetiza, habla o escribe aquello que Dios desea que sepa, ya sea para su propio bien o para bien de los demás.
Las personas pueden recibir profecía o revelación personal relacionadas con su propia vida.
PROFETA
es la persona que ha sido lamada desde antes de nacer por Dios para que hable en Su nombre. El recibe mandamientos, profecías y revelaciones de Dios.
La responsabilidad del profeta consiste en hacer conocer a la humanidad la voluntad y la verdadera naturaleza de Dios, y demostrar el significado que tienen sus tratos con ellos.
El profeta denuncia el pecado y predice sus consecuencias; es predicador de rectitud.
En algunas ocasiones, puede recibir inspiración para predecir el futuro en beneficio del ser humano; no obstante, su responsabilidad primordial es la de dar testimonio de Cristo.
PROFETISA
Es una mujer que ha recibido un testimonio de Jesucristo y que disfruta del espíritu de revelación.
Una profetisa no posee ni el sacerdocio ni sus llaves. Aunque en las Escrituras se les llama profetisas sólo a unas cuantas mujeres, fueron muchas las que profetizaron; por ejemplo, Rebeca, Ana, Elisabet y María.
Profeta es un Don de Dios y no un sustantivo.
Los profetas verdaderos dan a conocer su fe en Jesús, pero se requiere más que afirmar que se predica en el nombre de él
1 Juan 4:1-3: “Prueben las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto adquieren ustedes el conocimiento de la expresión inspirada procedente de Dios: Toda expresión inspirada que confiesa a Jesucristo venido en carne se origina de Dios, pero toda expresión inspirada que no confiesa a Jesús no se origina de Dios.”
Mat. 7:21-23: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre [...]?’ Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obreros del desafuero.”
Los profetas verdaderos hablan en el nombre de Dios, pero no basta con sencillamente afirmar que lo representan
Deu. 18:18-20: “Un profeta levantaré para ellos de en medio de sus hermanos, semejante a ti; y verdaderamente pondré mis palabras en su boca, y él ciertamente les hablará a ellos todo lo que yo le mande. Y tiene que suceder que al hombre que no escuche mis palabras que él hablará en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta. Sin embargo, el profeta que tenga la presunción de hablar en mi nombre una palabra que yo no le he mandado hablar o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta tiene que morir.” (Compárese con Jeremías 14:14; 28:11, 15.)
Jesús dijo: “No hago nada de mi propia iniciativa; sino que hablo estas cosas así como el Padre me enseñó” (Juan 8:28). Dijo: “He venido en el nombre de mi Padre” (Juan 5:43). Jesús dijo también: “El que habla de parte de sí mismo busca su propia gloria”. (Juan 7:18.)
Si alguna persona u organización afirma que representa a Dios pero se niega a usar Su nombre personal, y tiene la costumbre de expresar su propio parecer sobre los asuntos, ¿está cumpliendo con este importante requisito que identifica al profeta verdadero?
Cambia el género , profeta es alguien que anuncia algo , y es hombre , profetisa idem pero mujer
El primero es hombre y la segunda es mujer.
que el profeta es hombre y la profetisa mujer
profeta que anuncia la palabra de dios,
profetisa es igual a profeta solo con diferente sonido jjejejeeje
Entre 18 y 24 cm.