Somos parte de su propio proceso de evolución y cambio. Nacemos de él, vivimos en él y de él, y morimos sin dejar de pertenecer a él.
Somos reciclados así como el agua que tenemos ahorita fue la misma agua que tuvieron los dinosaurios.
No es un personaje con características humanas, no es un viejito iracundo que se pasa la eternidads espiándonos para que nos portemos bien.
¿Tú crees que un ser infinitamente sabio y poderoso se iba a poner a escribir un libro imbécil en el que privilegia a un pueblo y manda destruir a los otros?
Las religiones antropocentristas me parecen tan infantiles y primitivas.
Dios es nuestro padre del cielo, quien ha hecho todo para nosotros.....
Ha creado este mundo, el agua que me bebo, la comida que me como, el aire que respiro, las aves que escucho, los niños que me hacen reir...
Cuanto le conozco ?, no lo puedo medir, solo se que esta aqui a mi lado, siempre, para escucharme, para ayudarme, para festejar conmigo, para abrazarme cuando lloro, para abrir mi mente cuando hay confusion, para darme ideas cuando necesito hacer algo...
Cuanto confio en el?, totalmente, porque se que es el unico que nunca me deja sola, nunca, podra faltar amigos, trabajo, novios, la familia podra estar lejos, pero el unico que siempre, siempre esta presente, es DIOS...
Por la misma razón, no bastaban ya los profetas, que no poseÃan poder suficiente para hacerse escuchar; pues finalmente, hasta los mismos principios fundamentales de todas las aspiraciones religiosas habÃan llegado a ser puramente materialistas.
Por consiguiente, era necesario que entre la Divinidad y la descarriada humanidad se interpusiera un mediador, el cual deberÃa poseer un poder mucho más grande que los habidos hasta entonces, a fin de hacer prevalecer su mensaje. ¿DirÃamos que ese mediador debÃa venir a causa de los pocos que, aun en medio del materialismo más extremo, seguÃan anhelando a Dios? Ello serÃa cierto, pero los adversarios lo tomarÃan como una presuntuosidad por parte de los creyentes, en vez de reconocer en eso el Amor de Dios y Su rigurosa justicia, que dispensa equitativamente la redención en la recompensa y el castigo.
¿Es veneración? ¡No! Estáis turbados y confusos, porque nunca, ni en la iglesia ni en la escuela, se os ha dado sobre el particular una clara explicación capaz de saciar vuestro afán de Verdad. De hecho, la Trinidad siguió siendo para vosotros un enigma, al que, por ultimo, intentasteis acostumbraron lo mejor posible.
En esas condiciones, ¿puede resultar la oración tan ferviente y llena de confianza como debe ser? Es imposible.
¡HipocresÃa y negligencia disimuladas bajo un engañoso aspecto de humildad! Eso es cuanto se descubre adondequiera que se mire, adondequiera que se escuche.
La escisión quedó consumada cuando los hombres se dedicaron únicamente a lo terrenal, supeditado incondicionalmente al espacio y al tiempo, conceptos estos ajenos a Dios, por Su propia naturaleza, y razón por la cual tampoco puede ser comprendido mediante ellos.
Puestas asà las cosas, ¿cómo podÃa ser hallado el camino hacia Dios?
Era imposible, a menos que llegara ayuda procedente de El. ¡Y El se compadeció! Dios mismo, en Su Pureza, ya no podÃa manifestarse a los seres humanos intelectualizados, incapaces como eran de sentir, ver u oir Sus mensajes; y los pocos que aún podÃan eran objeto de burla, puesto que el angosto horizonte de los materialistas, estrictamente reducido a los lÃmites del espacio y del tiempo, no podÃa concebir que existiera algo más allá de esos lÃmites, desechándolo como imposible por exceder su capacidad comprensiva.
Por la misma razón, no bastaban ya los profetas, que no poseÃan poder suficiente para hacerse escuchar; pues finalmente, hasta los mismos principios fundamentales de todas las aspiraciones religiosas habÃan llegado a ser puramente materialistas.
Por consiguiente, era necesario que entre la Divinidad y la descarriada humanidad se interpusiera un mediador, el cual deberÃa poseer un poder mucho más grande que los habidos hasta entonces, a fin de hacer prevalecer su mensaje. ¿DirÃamos que ese mediador debÃa venir a causa de los pocos que, aun en medio del materialismo más extremo, seguÃan anhelando a Dios? Ello serÃa cierto, pero los adversarios lo tomarÃan como una presuntuosidad por parte de los creyentes, en vez de reconocer en eso el Amor de Dios y Su rigurosa justicia, que dispensa equitativamente la redención en la recompensa y el castigo.
El "EspÃritu Santo" es la Voluntad de Dios Padre, el EspÃritu de la Verdad, el cual, aunque separado de El y actuando por sà mismo en toda la creación, prosigue en Ãntima relación con El, lo mismo que el Hijo, el Amor, como parte integrante del conjunto.
Por eso decÃa el Salvador que nadie podÃa pecar impunemente contra el EspÃritu Santo, pues su efecto recÃproco es inexorable e ineludible, y las repercusiones correspondientes habrán de caer sobre el promotor, es decir, sobre el punto de partida, tanto para bien como para mal.
Tal es Dios Padre en Su Omnipotencia y SabidurÃa: a la derecha, como parte de El, Dios Hijo, el Amor; a la izquierda, Dios EspÃritu Santo, la Justicia. Ambos proceden de El y siguen siendo partes constitutivas de El. Esa es la Trinidad del Dios único.
Antes de la creación, Dios era uno. Durante la creación, separó de Si mismo una parte de Su Voluntad para que obrara independientemente, llegando asà a ser duplo. Al hacerse necesario proporcionar un mediador a la humanidad descarriada, como quiera que la Pureza de Dios no podia ponerse en contacto directo con los hombres, voluntariamente encadenados, separó, por amor, otra parte de sà mismo, a fin de que sirviera de medio para acercarse a la humanidad y hacerse entender entre los hombres. De este modo, llegó a ser trino.
Muchos poseÃan ya un claro concepto de Dios Padre y Dios Hijo, pero seguÃan teniendo una idea muy confusa del EspÃritu Santo. El es la justicia en acción. Sus leyes eternas, inmutables e incorruptibles palpitan en todo el cosmos; esas leyes que, hasta ahora, solamente habÃan sido presentidas y que hemos venido designando con los nombres de destino, karma y Voluntad de Dios.
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Dios es el Universo.
Somos parte de su propio proceso de evolución y cambio. Nacemos de él, vivimos en él y de él, y morimos sin dejar de pertenecer a él.
Somos reciclados así como el agua que tenemos ahorita fue la misma agua que tuvieron los dinosaurios.
No es un personaje con características humanas, no es un viejito iracundo que se pasa la eternidads espiándonos para que nos portemos bien.
¿Tú crees que un ser infinitamente sabio y poderoso se iba a poner a escribir un libro imbécil en el que privilegia a un pueblo y manda destruir a los otros?
Las religiones antropocentristas me parecen tan infantiles y primitivas.
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Dios es nuestro padre del cielo, quien ha hecho todo para nosotros.....
Ha creado este mundo, el agua que me bebo, la comida que me como, el aire que respiro, las aves que escucho, los niños que me hacen reir...
Cuanto le conozco ?, no lo puedo medir, solo se que esta aqui a mi lado, siempre, para escucharme, para ayudarme, para festejar conmigo, para abrazarme cuando lloro, para abrir mi mente cuando hay confusion, para darme ideas cuando necesito hacer algo...
Cuanto confio en el?, totalmente, porque se que es el unico que nunca me deja sola, nunca, podra faltar amigos, trabajo, novios, la familia podra estar lejos, pero el unico que siempre, siempre esta presente, es DIOS...
no podrÃa ser capaz de conocer toda su bondad por qué es infinita, pero yo tengo un concepto de qué lo amo muchisimo y lo admiro y le quiero servir siempre, no quiero que permita me aleje de el, tengo el concepto de qué es AltÃsimo,HermosÃsimo,Piadoso,Bueno,Amable,Comprensivo.Cariñoso,Un Ejemplo de Padre, No Hay un Padre como el
qué Dios solo deberÃa recibir alabanza y gloria por medio de sus hijos es tan precioso, qué no deberÃa recibir ofensas
no merece ofensa, si no puro Amor y Gloria
¡Gloria A Dios Padre!
¡Gloria A Dios Hijo!
¡Gloria A Dios EspÃritu Santo!
¡Y Paz a los qué hacen la voluntad del Señor!
¡Bendiciones a los qué lean mi respuesta!
¡Mis mejores deseos a quien respete mi respuesta!
¡Dios los bendiga a todos!
DIOS
Versión Corta
Por la misma razón, no bastaban ya los profetas, que no poseÃan poder suficiente para hacerse escuchar; pues finalmente, hasta los mismos principios fundamentales de todas las aspiraciones religiosas habÃan llegado a ser puramente materialistas.
Por consiguiente, era necesario que entre la Divinidad y la descarriada humanidad se interpusiera un mediador, el cual deberÃa poseer un poder mucho más grande que los habidos hasta entonces, a fin de hacer prevalecer su mensaje. ¿DirÃamos que ese mediador debÃa venir a causa de los pocos que, aun en medio del materialismo más extremo, seguÃan anhelando a Dios? Ello serÃa cierto, pero los adversarios lo tomarÃan como una presuntuosidad por parte de los creyentes, en vez de reconocer en eso el Amor de Dios y Su rigurosa justicia, que dispensa equitativamente la redención en la recompensa y el castigo.
Versión Larga
¿Por qué los hombres eluden tan temerosamente esta palabra, que deberÃa serles más familiar que ninguna otra cosa?
¿Es veneración? ¡No! Estáis turbados y confusos, porque nunca, ni en la iglesia ni en la escuela, se os ha dado sobre el particular una clara explicación capaz de saciar vuestro afán de Verdad. De hecho, la Trinidad siguió siendo para vosotros un enigma, al que, por ultimo, intentasteis acostumbraron lo mejor posible.
En esas condiciones, ¿puede resultar la oración tan ferviente y llena de confianza como debe ser? Es imposible.
Y, sin embargo, debéis y tenéis que acercaron a vuestro Dios. Cuán insensato es afirmar que no está bien ocuparse de El tan explÃcitamente. Los negligentes e indolentes afirman, incluso, que eso es un sacrilegio.
Pero yo os digo: el carácter necesario de ese acercamiento se hace sentir en la creación entera. Por eso, no es humildad lo que posee el que se sustrae a ello, sino, por el contrario, una arrogancia sin lÃmites. Lo que en realidad pretende es que Dios se acerque a él, en vez de ser él quien se acerque a Dios para conocerle.
¡HipocresÃa y negligencia disimuladas bajo un engañoso aspecto de humildad! Eso es cuanto se descubre adondequiera que se mire, adondequiera que se escuche.
Pero vosotros, los que no queréis seguir durmiendo, los que buscáis con ardor y aspiráis a la Verdad, ¡prestad oÃdos al mensaje! ¡Intendad comprender lo que es justo!:
No hay más que un Dios, una sola Fuerza. Pero, entonces, ¿qué es la Trinidad: ¿Una unión tripartita? ¿Dios Padre, Dios Hijo y EspÃritu Santo?
La humanidad, al cerrarse a sà misma las puertas del ParaÃso no dejándose conducir más por el sentimiento, que por ser espiritual está próximo a Dios, sino entregándose voluntariamente al excesivo desarrollo del intelecto y sometiéndose a él por entero, es decir, haciéndose esclava de su propio instrumento, que le habÃa sido dado para servirse de él, fue alejándose más y más de Dios, siguiendo el proceso natural de las cosas.
La escisión quedó consumada cuando los hombres se dedicaron únicamente a lo terrenal, supeditado incondicionalmente al espacio y al tiempo, conceptos estos ajenos a Dios, por Su propia naturaleza, y razón por la cual tampoco puede ser comprendido mediante ellos.
De generación en generación, el abismo fue haciéndose cada vez más grande, pues los hombres se encadenaban cada vez más a la Tierra. Se convirtieron asà en esos seres intelectualizados que, ligados a lo material, se denominaron materialistas, incluso con orgullo, pues no tenÃan consciencia alguna de sus cadenas, ya que, al quedar estrechamente vinculados al espacio y al tiempo, su horizonte habÃa quedado también, lógicamente, considerablemente limitado.
Puestas asà las cosas, ¿cómo podÃa ser hallado el camino hacia Dios?
Era imposible, a menos que llegara ayuda procedente de El. ¡Y El se compadeció! Dios mismo, en Su Pureza, ya no podÃa manifestarse a los seres humanos intelectualizados, incapaces como eran de sentir, ver u oir Sus mensajes; y los pocos que aún podÃan eran objeto de burla, puesto que el angosto horizonte de los materialistas, estrictamente reducido a los lÃmites del espacio y del tiempo, no podÃa concebir que existiera algo más allá de esos lÃmites, desechándolo como imposible por exceder su capacidad comprensiva.
Por la misma razón, no bastaban ya los profetas, que no poseÃan poder suficiente para hacerse escuchar; pues finalmente, hasta los mismos principios fundamentales de todas las aspiraciones religiosas habÃan llegado a ser puramente materialistas.
Por consiguiente, era necesario que entre la Divinidad y la descarriada humanidad se interpusiera un mediador, el cual deberÃa poseer un poder mucho más grande que los habidos hasta entonces, a fin de hacer prevalecer su mensaje. ¿DirÃamos que ese mediador debÃa venir a causa de los pocos que, aun en medio del materialismo más extremo, seguÃan anhelando a Dios? Ello serÃa cierto, pero los adversarios lo tomarÃan como una presuntuosidad por parte de los creyentes, en vez de reconocer en eso el Amor de Dios y Su rigurosa justicia, que dispensa equitativamente la redención en la recompensa y el castigo.
He aquà por qué Dios, en Su Amor, separó una parte de Si mismo, mediante un acto de Su Voluntad, y la hundió en el cuerpo y sangre de un ser humano masculino: Jesús de Nazaret, el Verbo hecho carne, la encarnación del Amor divino, el Hijo de Dios.
Fue un proceso de irradiaciones que será explicado posteriormente.
Esa parte separada de Dios y, no obstante, estrechamente relacionada con El, llegó a ser una entidad personal, y conservó ese carácter aun después de haberse despojado del cuerpo terrenal para reintegrarse enteramente al Padre.
Por consiguiente, Dios Padre y Dios Hijo son dos y, en realidad, uno solo.
¿Y el "EspÃritu Santo"? Cristo decÃa de él que muchos pecados contra Dios Padre y Dios Hijo podrÃan ser perdonados, pero nunca los cometidos contra el "EspÃritu Santo". Entonces, ¿el "EspÃritu Santo" es superior al Padre y al Hijo? ¿Es más que ellos? Estas preguntas han atormentado y preocupado ya a muchos corazones, y han sembrado confusión en más de un niño.
El "EspÃritu Santo" es la Voluntad de Dios Padre, el EspÃritu de la Verdad, el cual, aunque separado de El y actuando por sà mismo en toda la creación, prosigue en Ãntima relación con El, lo mismo que el Hijo, el Amor, como parte integrante del conjunto.
Las férreas leyes de la creación, que, cual cordones nerviosos, se extienden a través del universo entero y provocan el inevitable efecto recÃproco, el destino del hombre, su karma, esas leyes ... proceden del "EspÃritu Santo". Dicho más claramente: son los efectos que éste produce.
Por eso decÃa el Salvador que nadie podÃa pecar impunemente contra el EspÃritu Santo, pues su efecto recÃproco es inexorable e ineludible, y las repercusiones correspondientes habrán de caer sobre el promotor, es decir, sobre el punto de partida, tanto para bien como para mal.
Asà como el Hijo de Dios, Jesús, pertenece al Padre, del mismo modo pertenece a El el EspÃritu Santo. Ambos son, por tanto, partes de El mismo, inherentes a El, inseparables de El. Son como los miembros de un cuerpo, que actúan independientemente pero permanecen unidos a él conservando su integridad, y que no pueden hacer uso de esa independencia más que siendo parte integrante del conjunto.
Tal es Dios Padre en Su Omnipotencia y SabidurÃa: a la derecha, como parte de El, Dios Hijo, el Amor; a la izquierda, Dios EspÃritu Santo, la Justicia. Ambos proceden de El y siguen siendo partes constitutivas de El. Esa es la Trinidad del Dios único.
Antes de la creación, Dios era uno. Durante la creación, separó de Si mismo una parte de Su Voluntad para que obrara independientemente, llegando asà a ser duplo. Al hacerse necesario proporcionar un mediador a la humanidad descarriada, como quiera que la Pureza de Dios no podia ponerse en contacto directo con los hombres, voluntariamente encadenados, separó, por amor, otra parte de sà mismo, a fin de que sirviera de medio para acercarse a la humanidad y hacerse entender entre los hombres. De este modo, llegó a ser trino.
Muchos poseÃan ya un claro concepto de Dios Padre y Dios Hijo, pero seguÃan teniendo una idea muy confusa del EspÃritu Santo. El es la justicia en acción. Sus leyes eternas, inmutables e incorruptibles palpitan en todo el cosmos; esas leyes que, hasta ahora, solamente habÃan sido presentidas y que hemos venido designando con los nombres de destino, karma y Voluntad de Dios.
algo y el concepto es que es creador
Dios se nos acerca primero nada mas pero en ese acercamiento nos da armas para conocerlo mediante la Biblia mediante nuestra mente para reflexionar
Como alguien mas que me trajo a la Tierra un concepto el cual me indica que el es mi Salvador, padre benevolo, amigo, compañero.