si una mujer me dice desde USA que le torturaron al marido ,que fue a la policia y ni caso ,que tuvo que pagar rescate ,que el marido le decia fue la policia .que se tuvieron que ir del pais ,por terror a que le maten a su hija ,esto esta en una respuesta a mi pregunta ¿cuantos miles mas pasaron por esto y tiene miedo de hablar ?
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Te voy a contestar con una reflexion.
Cuando vinieron por los judio,no me hice problemas,yo no soy judia.
Cuando vinieron por los negros,tampoco,pues no soy negra.
Cuando secuestraron a los sacerdotes,me dije,yo no soy,para que aflijirme.
Ahora vinieron por mi,pero ya es tarde.
Moraleja,nunca nos preocupamos por los demas,ni abogamos por nadie,total a mi no me va a pasar.Un beso.
Un poco largo , pero sirve para refrescar la memoria de algunos que parece que le funciona un solo lado del cerebro . Es un poco largo pero vale la pena para poner en la balanza...Se trata de una reseña de ASESINADOS a manos de la SUBVERSION.
En 1970, pocos meses despuÃs del asesinato del Teniente General Aramburu, cayó bajo el ataque asesino el dirigente gremial Josà Alonso, Secretario General de la CGT, cuyo sepelio dio lugar a masivas manifestaciones de pesar.
TambiÃn en 1970 - además de provocar la muerte de varios hombres pertenecientes a la PolicÃa Federal y provincial se produjo el copamiento de lugares estratÃgicos de La Calera en Córdoba en agosto y al mes siguiente de GarÃn, acompañado de robo de armas.
En 1971 el hecho más sonado fue el copamiento de la localidad de San Jerónimo Norte de la provincia de Santa FÃ, con robo de armas y dinero, la fuga de la cárcel de Tucumán con la muerte de varios guardia cárceles y los asesinatos de oficiales, suboficiales y agentes de distintas policÃas.
En 1972 continuaron con saña los atentados y los asesinatos de algún personal policial y militar, pero ya comenzaban a aparecer los asesinatos de personalidades importantes, tanto del campo polÃtico como del empresariado y militar.
AsÃ, en marzo, fue asesinado el Comandante Principal de GendarmerÃa Abel Pedro Agarotti, el dirigente polÃtico Roberto Mario Uzal y varios dÃas despuÃs fue secuestrado y muerto el Presidente de Fiat Argentina, Oberdan Salustro, importante industrial creador de varias fuentes de trabajo. Todo ello en el mes de marzo del 72.
En abril se produjo el atentado mortal contra el Comandante del Segundo Cuerpo de EjÃrcito Gral. Div. Juan Carlos Sánchez.
Fue una seguidilla que conmovió profundamente a la opinión pública, que quizá por primera vez tuvo una sensación real de falta de seguridad y adquirió conciencia de la verdadera gravedad de la situación.
Hacia fin de año fue asesinado el contralmirante Emilio Berisso, cerrando asà 1972 con dicho atentado el 28 de diciembre, fecha en que tambiÃn cayó el agente de policÃa Desiderio Rosales.
El primer asesinato que conmovió en 1973 fue el del Almirante Hermes Quijada, pero antes se habÃa puesto en práctica los envÃos a distintas personalidades de sobres que explotaban al abrirlos.
Fueron copados:
El apeadero Sánchez del FFCC Belgrano.
El apeadero "El Gaucho", cerca de Rosario.
El Batallón de Arsenales 141, en RÃo Cuarto.
Las estaciones Belgrano, Circunvalación y Grambier.
La central atómica de Atucha.
Atentado con explosivos en el "Edificio Libertad”, sede del Comando en Jefe de la Armada. (en el acto murió el autor)
Copamiento del destacamento policial, correos y estación de lng. Maschwitz del FFCC Mitre, lo mismo con las estaciones Villa DomÃnico y Don Bosco.
El 30 de abril se produjo el asesinato de¡ Almirante Hermes Quijada, y el 22 de mayo sucedió lo mismo con el Secretario General de SMATA, Henry Klosterman, en junio se produjo el copamiento de la estación Los Polvorines del F.C. Belgrano y el 20 del mismo mes durante los actos que se llevaron a cabo en Ezeiza con motivo del regreso del General Perón, se produjo un tiroteo a causa del cual quedaron 200 muertos y 600 heridos y el avión que lo conducÃa fue desviado de Ezeiza a la Base Militar de Morón.
No está de más recordar que tambiÃn el 25 de mayo de ese año asumió como Presidente de la Nación el Dr. HÃctor J. Cámpora y que ese mismo dÃa se produjo la apertura de las cárceles, con lo cual quedaron en libertad no solamente delincuentes comunes (entre ellos AnÃbal Gordon, que posteriormente estuvo vinculado a la triple A), sino numerosos guerrilleros terroristas, que eran los verdaderos destinatarios de esa amnistÃa y liberación.
En el mes de julio secuestraron un Boeing 737 de AerolÃneas Argentinas, y al mes siguiente se produjo el asesinato de otro dirigente gremial, Marcelino Mansilla, Secretario Gremial de la construcción de Mar del Plata y de la C.G.T. Regional.
En septiembre hubo otro golpe espectacular, el copamiento del Comando de Sanidad del EjÃrcito siendo asesinado el Teniente Coronel Juan Duarte Hardoy, en el intento de recuperación.
A ello debe sumarse una serie de muertes de policÃas, tanto oficiales como suboficiales y agentes, y algunos miembros del EjÃrcito. Además de atentados con explosivos, secuestros, etc., en una seguidilla de unos 140 atentados terroristas en el año.
Durante 1974 se superó el rÃcord del año anterior, al efectuarse más de 180 atentados, en una serie cuyo inicio más espectacular fue el asalto al Regimiento de CaballerÃa X Húsares de Pueyrredón en Azul, en el cual fueron muertos su jefe, el coronel Arturo Gay y su esposa, asà como el soldado conscripto Daniel González ( que murió degollado en su puesto de guardia ) y tambiÃn fue secuestrado en ese mismo ataque, el Teniente Coronel Jorge R. Ibarzábal, quien despuÃs de permanecer varios meses en una “cárcel del pueblo”, fue asesinado.
En el mes de marzo cayó el gremialista Rogelio Coria y pocos dÃas despuÃs se copó la comisarÃa de Guiñazu, de la provincia de Córdoba; desde esa fecha hasta fin del mismo año se produjeron una serie de asesinatos y hechos delictivos de los cuales damos cuenta de las varias personas muertas. TambiÃn fue asesinado el ex Ministro del Interior Dr. Arturo Mor Roig, en el mes de junio en un restaurante del gran Buenos Aires.
Aún duraba el impacto de este hecho en la población, cuando se produjo el secuestro y posterior asesinato del director del diario "El DÃa" de La Plata. David Kraiselburd, en el mismo mes de julio cayó el dirigente gremial del SUPE Carlos Pierini, y unos dÃas despuÃs se produjo el copamiento de la fábrica de explosivos de Villa MarÃa y el secuestro y luego la muerte del mayor Julio Argentino del Valle Larrabure.
En agosto, mataron al capitán Carlos Arteaga. En septiembre le tocó al ex-gobernador justicialista de Córdoba Atilio López, que murió junto con Juan Varas.
En el mismo mes se produjo el secuestro de los hermanos Juan y Jorge Born. En esa oportunidad murió Alberto Bosch, gerente de la empresa Bunge & Born y el conductor del auto. El mismo mes cayeron los doctores Silvio Frondizi y Luis Mendiburu, ambos profesores de la Un¡versidad Tecnológica Nacional, y el último dÃa de septiembre fue muerto en Buenos Aires el general chileno Hugo Pratt.
En octubre fue Bruno Genta el asesinado; en noviembre el jefe de la PolicÃa Federal, Comisario Alberto Villar, y su esposa, en la zona de Tigre, al hacer volar la lancha en que viajaban.
El 1ro de diciembre el Capitán del EjÃrcito Humberto A. Viola y su pequeña hija MarÃa, fueron asesinados en la ciudad de Tucumán y cerró el año el asesinato del gerente de Miluz de la Capital Federal, Alberto Bidegain, y del gerente de personal de la misma empresa, Manuel MartÃnez, el 30 de diciembre.
Además, en el trascurso del 1974 se produjeron una serie de copamientos en: puesto policial ruta 9 Tafà Viejo, estación ferroviaria, central telefónica y dependencias policiales de Acheral (Prov. de Tucumán). ComisarÃa y estación ferroviaria de Llavallol. Pueblo de los Sosas (Tucumán). Estación ferroviaria de Zárate, etc.
TambiÃn en el transcurso de ese año se observó mayor preocupación de los terroristas por proveerse de alimentos y elementos sanitarios, asà como una intensificación de los asaltos a entidades financieras.
El año 1975, además de los ya acostumbrados asesinatos de oficiales, suboficiales y agentes de la policÃa, se caracterizó por una tendencia a elegir a dirigentes gremiales como vÃctimas. Advierto que hemos dicho ”acostumbrados asesinatos” refiriÃndonos a personal policial, porque de los muertos en los diez años que estamos considerando, 440 pertenecen a las policÃas, sean Ãstas la Federal que suman 165 o provinciales que en su conjunto elevan a 275, lo que nos está indicando que todos los meses fueron varios, de entre sus filas, los que cayeron. Esta situación pone en evidencia la importancia de otorgar a estas instituciones de seguridad nuestro más sentido respeto. No sólo por la esforzada labor que realiza permanentemente sino tambiÃn por haber sido punta de lanza en esta difÃcil lucha contra el terrorismo.
Podemos afirmar que 1975 tuvo casi 200 atentados de distinta Ãndole, y se pudo observar una continuidad en la tendencia a asaltar centros asistenciales en busca de medicamentos y elementos de atención mÃdica. El sector social-polÃtico más afectado durante este año por los atentados fue el sector gremial, ya que de sus filas cayeron: Armando Fortunato Canziani, Oscar lsmael Lalla, HÃctor Eduardo Noriega, FÃlix Villafañe, Teodoro Ponce (que era miembro del Secretariado General Del Trabajo, seccional Rosario), Josà Pedro Chirino, J. Enrique Pelayes y Adolfo F. Dibatista.
TambiÃn cayeron vÃctimas de la ola de terror Hipólito Acuña, diputado nacional por Santa FÃ, el Cónsul de los Estados Unidos en Córdoba John Patrick Reagan, el Coronel Horacio Carpani Costa, el Intendente de La Plata, RubÃn Cartier, Luis León Domenech (ejecutivo de la empresa La lsaura), el Vicecomodoro Roland S. Silioni, A. Salas (coordinador general de personal de Fiat, Córdoba) el General de División Jorge Cáceres Monià y su esposa, en Entre RÃos; el Intendente de San MartÃn Alberto Manuel Campos. Los atentados más espectaculares fueron el asalto al Regimiento de InfanterÃa 29 de Monte en la provincia de Formosa, en Ãl fueron muertos el subteniente Ricardo E. Masaferro, el suboficial VÃctor H. Sanabria, los soldados Antonio Arrieta, Josà Coronel. Dante Salvatierra, Edmundo Sosa, Tomás Sánchez, Marcelino Torates, Herminio Luna, Heriberto Dávalos, lsmael Sánchez y el agente de policÃa Alegre Neri Argentino: esto ocurrió en el mes de octubre. En diciembre se produjo el ataque al Batallón de Arsenales 601 y murieron en su represión el Teniente primero Luis Spinassi, el Sargento Ayudante Roque Sisterna y los soldados Roque Caballero, Manuel Rufolo, Raúl Cesio, Búfalo Benitez y Enrique Crimaldi. Para cerrar el año, el 30 de diciembre se produjo el atentado con explosivos a la sala de reuniones del Comando en Jefe del EjÃrcito, felizmente sin vÃctimas.
En1976 las caracterÃsticas generales de la actividad terrorista no variaron, pero la ola de atentados se elevó en forma alarmante a casi trescientos actos de vandalismo constituyendo, por tanto, el año de mayor intensidad. A partir de 1976 la actividad decayó considerablemente; tanto es asà que en 1977 se produjeron solamente 82 atentados, en 1978 bajó a 35 y en 1979 a 5 atentados. Para esa fecha el triunfo de las fuerzas del orden era ya evidente.
El primer impacto espectacular que sufrió el paÃs en 1976, fue el asesinato de la nuera del ex presidente Alejandro AgustÃn Lanusse, MarÃa Eulalia Caride de Lanusse, con explosivos; dos dÃas despuÃs cayó el coronel Rafael Reyes, en el mismo mes de febrero murieron el sindicalista, Adalberto JimÃnez y el industrial de Córdoba HÃctor Minetti.
En marzo fue asesinado el Secretario de la FOTIA Atilio Santillán, además del sindicalista Carlos Alberto RodrÃguez.
En abril murieron en atentados, el gerente de Chrysler Jorge Kenny y el jefe de planta de SANCOR Raúl Velazco, asimismo el jefe de la Brigada de Investigaciones de la PolicÃa Federal, Juan Sarnio y el Coronel Abel H. A. Cavagnaro.
El mes de marzo se inició con el asesinato del gerente comercial de Fiat Concord, Pedro Jorge Rota.
En junio murió el ex Presidente de Bolivia General Juan Josà Torres, luego el decano de la Facultad de Ciencias Económicas de Córdoba- Dr. Julio Nogueira GarcÃa y pocos dÃas despuÃs el financista Tulio O. Onetto. TambiÃn el 18 de ese mismo mes de junio se produce un hecho espectacular que conmovió a la opinión pública por sus circunstancias particularmente emotivas, donde fue murió asesinado por la explosión de una bomba colocada debajo de su cama, el Jefe de la PolicÃa Federal, General Cesario Cardozo; el artefacto fue colocado por una joven que se habÃa conquistado la simpatÃa de la hija del general y se habÃan hecho amigas, a tal punto que estudiaban juntas, siendo la asesina una hija más de la casa. Este ha sido quizá uno de los casos hábil y cuidadosamente preparado de penetración en un ámbito definido con fines siniestros, escudándose en motivos y vÃnculos afectivos. Posteriormente fue muerto Horacio Sarragán, ejecutivo de IKA RENAULT.
La segunda mitad del año 1976, el último de intensa actividad terrorista en el paÃs, darÃa lugar todavÃa a algunos actos realmente espectaculares, como fue la colocación de explosivos en un salón de Seguridad Federal de la PolicÃa Federal, que produjo la muerte de 21 personas, todas integrantes del personal de la PolicÃa Federal Este fue el atentado que más vÃctimas produjo, porque los explosivos estallaron cuando el personal se concentraba en el salón comedor para el almuerzo, y el impacto en la opinión pública fue muy grande, ya que se sumaban dos cosas: se trataba de un organismo de seguridad de larga experiencia como la PolicÃa Federal, y el hecho de que en su sede pudiese ocurrir un atentado de esta magnitud. Ello desorientó a la población y dio lugar a una reacción generalizada de repudio, pero tambiÃn de temor frente a la habilidad con que se manejaban los elementos terror¡stas. Posteriormente y en el mismo mes de julio, fueron asesinados el dirigente radical de Tucumán Ãngel Pisarello y el Vicecomodoro Roberto Etchegoyen.
Debo insistir en advertir que en esta reseña solamente se señalan algunos hechos y algunas muertes, porque de lo contrario este capÃtulo no serÃa otra cosa que un catálogo extenso; pensemos que en julio se cometieron 30 atentados con alrededor de 40 muertes. Ello da la pauta de que si bien se habÃa debilitado la subversión y no podÃan apuntar a destruir objetivos de envergadura, ni efectuar copamientos como los que se habÃan realizado en años anteriores, todavÃa tenÃan suficiente disponibilidad de individuos y de elementos como para asesinar a mansalva y a ellos se dedicaron para atemorizar a la población.
En el mes de agosto mataron al presidente del EAM (Ente Autárquico Mundial 78), General Omar Actis. En septiembre cayó el gerente del Banco Nación Daniel Cash y poco despuÃs, en el mismo mes, en un atentado a un micro de la policÃa de Rosario provocaron la muerte de nueve personas y dejaron heridas a veinte. En octubre asesinaron al gerente de IKA-Renault, Domingo Lozano, y al gremialista Ignacio Debosi. En noviembre cayeron el mayor Adolfo Valis, gerente de relaciones industriales de la empresa metalúrgica La Cantábrica y el ejecutivo de Textil Oeste Higinio GarcÃa. Diciembre se inició con la muerte del director de cursos de la Escuela Superior de Guerra coronel Leonardo Damico y, a mediados del mes se produjo otro impacto al estallar un poderoso artefacto en el microcine de la Subsecretaria de Planeamiento del Ministerio de Defensa con numerosos muertos: Cnl (R) AndrÃs Fernández Cendoya; Tcnl Eduardo Mutto, Vicecomodoro (R) Reynaldo Couganderes; Cap. Corb. Contador (R) Julio Edgardo Esquivel; Tte Nav Oscar AgustÃn Poggi; My (R) Leonidas Cristian Ziel; My Alberto Bruno Luches¡; Contador CÃsar Elliasi; Licenciado Amor¡l Cardozo; Asesor Luis Noe Macagnos; Civil Dacunda Guides de Avallay; Civil Enrique Peme; Civil Augusto RubÃn Torres, Civil Osvaldo Tabares y numerosos heridos. Cerró el año con el asesinato del coronel Francisco Castellanos, Jefe del Batallón de Arsenales Esteban De Luca.
El comienzo de 1977 tambiÃn fue significativo pues comenzó el 4 de enero con una tentativa de asesinato al presidente de la Nación, Teniente General Jorge Rafael Videla, mediante la destrucción del avión presidencial.
En general el año tuvo similares caracterÃsticas a 1976, con neto predominio de atentados y asesinatos contra personal policial, pero tambiÃn con una considerable disminución de la actividad terrorista. En el mismo mes de enero se destruyó con explosivos el edificio de la comisarÃa 2da de la PolicÃa Federal y murieron el comisario BenÃtez, el subcomisarlo Bonami y el agente Landeira. En febrero asesinaron al gerente de relaciones laborales de Tamet, Pedro Lombardero.
En el mes de marzo no se registraron muertos por la acción terrorista, mientras que en abril se acentuó nuevamente su actividad y murió, entre otros, el gerente de personal de Surrey Luis Arce. En mayo cayeron Hugo P. Mamagna, gerente tÃcnico de Daneri de Santa Fe, AnÃbal Batista, ingeniero director de Celulosa Argentina, Josà Gómez Capataz, del Ingenio Luisa de Tucumán, el Coronel Ãngel Zureda, etc. Junio se inició con el asesinato del Comandante Principal BioquÃmico Julio Reese.
En Julio hubo varios asesinatos de personal policial y en agosto cuatro muertes, entre otros atentados el Tte Odontólogo Jorge Aratona, el Comisario Mayor Miguel Suárez, el agente de policÃa Fernando Sabria y un soldado.
Hasta fin de año siguió siendo reducida en comparación con lo que habÃa sucedido a comienzo de año y sobre todo a lo que nos tenÃan acostumbrados los años 75 y 76. Pueden señalarse en septiembre la muerte del ejecutivo de la algodonera Llavallol Rodolfo Arce; en octubre fueron asesinados el ejecutivo de Massalin Y Celasco, Josà Miguel Aranguren, y el jefe de fábrica de Lozadur Ricardo Salar y cerrando el mes el asesor de la SecretarÃa General de la Presidencia de la Nación Raúl Castro Olivera. En noviembre fueron muertas dos personas, el cabo principal de la Armada Marcelimio Beniltez y el agente de policÃa Teodoro Alderete. Mientras que en diciembre volvieron a reactivarse los atentados, pero Ãstos no pasaron de 12, lo que es una evidencia más de la debilidad que ya tenÃan los grupos terroristas. Entre otros cayeron tambiÃn el Director de Safrar - Peugeot y el Coronel Numa Triaca.
En 1978 se registraron 26 atentados en todo el año, y muchos de ellos se redujeron a explosivos, no siempre bien colocados. Con todo, la opinión pública recibió el fuerte impacto por el atentado al departamento del Vicealmirante Lambruschini, que provocó la muerte de su hija Paula, de solamente 18 años de edad, en un operativo que les permitió hacer estallar un poderoso explosivo en el edificio de la calle Pacheco de Melo 1957, perdiendo la vida además otras dos personas.
Ya el año 1979 evidencia la derrota del terrorismo. Solamente se produjeron 5 atentados en todo el año: en abril fue asesinado el periodista RubÃn Valdez, en agosto el sargento 1ro de la PolicÃa Rodolfo Coria; en septiembre se produjo el espectacular atentado a la vivienda del Secretario de Programación Económica, Guillermo Walter Klein, en el cual murieron el cabo de policÃa Hugo Cardacci y el agente de la misma repartición Julio C. Moreno. Pero Klein y su familia fueron rescatados ¡lesos en medio de los escombros, sobre todo el alto funcionario, por la forma en quedó entre las ruinas. En noviembre se atentó contra el Secretario de Hacienda, doctor Juan Alemann, con armas de fuego, pero sin consecuencias y el año se cerró con el asesinato ocurrido el mismo mes, del ex presidente de la CÃa. Italo Francisco Soldat¡ y de su custodia Horacio Ferrelli.
Esta lista que hemos confeccionado, tal vez descuidadamente, pero con el afán de mostrar que quedaron afectados todos los sectores de la sociedad, sabemos que es muy incompleta y excluye, de exprofeso, a los servidores de la policÃa, salvo casos especiales, dado que volvemos a reiterar que estos fueron los más afectados, junto con los hombres del EjÃrcito, por los asesinatos terroristas.
Esta enumeración es, por lo tanto incompleta, quedando sin mencionar cientos de muertos entre funcionarios, empresarios, oficiales, suboficiales, soldados policÃas, hombres y mujeres comunes, amÃn de numerosos atentados de diversa Ãndole que nos resulta imposible mencionar, como ya hemos dicho, muchos de los cuales solamente dejaron daños materiales, pero tambiÃn dejaron una gran cantidad de personas mutiladas que han quedado en el anonimato y cuya frustración, amargura y dolor es probable que solamente sea compartida en forma directa hoy, por sus familiares. Aún cuando el Estado argentino haya llegado con algún apoyo económico, aspecto que no ha sido generalizado como ha ocurrido con los llamados “desaparecidos” donde gran cantidad de casos fueron atendidos con importantes retribuciones económicas por parte del Estado.
Muy buena reflexion Bijou,no tiene,ni debe volver a pasar!!!
Saludos Roberto !!!