Ramón Sampedro lleva veintiocho años postrado en una cama y su última voluntad es morir dignamente. Su monótona vida se ve alterada por la llegada de dos mujeres, Ramón sabe que quién de verdad le ame, será quien le ayude a realizar ese último viaje.
Reparto
Javier Bardem (Ramón Sampedro)
Belén Rueda (Julia)
Lola Dueñas (Rosa)
Mabel Rivera (Manuela)
Celso Bugallo (José Sampedro)
Clara Segura (Gené)
Joan Dalmau (Joaquín)
Alberto Jiménez (Germán)
Tamar Novas (Javi)
Francesc Garrido (Marc)
José María Pou (Padre Francisco)
Albero Amarilla (Hermano Andrés)
Andrea Occhipinti (Santiago)
Federico Pérez Rey (Conductor)
Nicolás Fernández Luna (Cristian)
Raúl Lavisier (Samuel)
Xosé Manuel Olveira 'Pico' (Juez 1)
César Cambeiro (Juez 2)
Xosé Manuel Esperante (Periodista 1)
Yolanda Muiños (Periodista 2)
Adolfo Obregón (Ejecutivo)
José Luis Rodríguez (Presentador)
Julio Jordán (Encuadernador)
Juan Manuel Vidal (Amigo Ramón)
Los personajes principales de Mar adentro son Manuela (Mabel Rivera), cuñada de Sampedro; José (Celso Bugallo), su hermano mayor; Joaquín (Joan Dalmau), su padre; Javi (Tamar Novas), su sobrino; Gené (Clara Segura), su contacto con la DMD, y Marc (Francesc Garrido), su abogado.
José María Pou ejerce de estrella invitada, encarnando al sacerdote Padre Francisco, en una escena comprometida e hilarante al mismo tiempo.
Muchas obras han y habrán de ser calificadas en uno u otro momento como un himno a la vida. Pocas, sin embargo, merecen que se les considere una celebración de la muerte como un acto de dignidad y, quizás, como la única elección consciente y auténtica que muchos pueden tomar en toda su existencia
Mar adentro, de Alejandro Amenábar, relata la historia de Ramón Sampedro, quien vivió tetrapléjico “29 años, cuatro meses y algunos días”, y quien hacia el final de su vida defendió ante los tribunales españoles su derecho a una muerte digna mediante la eutanasia.
Pero la cinta es más que el relato de los dos últimos años de la vida de un hombre postrado, que escribía desde su cama echando mano sólo de un lapicero y de su boca; es también el breve relato de vidas miserables que buscan darle sentido a su vida a través del coraje de quien sólo lucha por que lo dejen morir, y el discurso optimista de una sociedad infeliz, podrida por la doble moral y una soberbia infinita, que se arroga el derecho de decir cuál es la forma correcta de vivir y de morir.
No obstante, la pluma y la dirección de Amenábar se meten profundo y cuestionan aun el papel de una Iglesia que compra su autoridad a precio de sangre, pero que llama demagogo a quien piensa que vivir es un derecho y no una obligación.
La actuación de Javier Bardem es gigantesca, luminosa, llena de humor y de crudeza a la vez; única al grado de mostrar la esencia de su personaje sin más recursos que su cara y su voz para expresar y para decir.
La música del mismo Amenábar es tan intensa y emotiva como el filme mismo, en tanto que la fotografía de Javier Aguirresarobe es lo suficientemente atinada para entender ese amor extraño y doloroso que los personajes de la cinta tienen por el mar.
Sin duda, Mar adentro toma posición en el conflicto que intenta narrar. Este Ramón Sampedro interpretado por Bardem termina por cautivar a una audiencia a la que obliga a cuestionar los principios con que rigen sus vidas y a pensar, al menos en sus argumentos: “Justificar sufrimientos irremediables por el interés de alguien que no sea el desafortunado ser humano que los padece, es crear un infierno para que diablos y diablillos disfruten con el espectáculo de los condenados, mientras filosofan gravemente sobre el sentido del dolor”.
El remate del filme tiene la fuerza de la secuencia de 60 segundos que a muchos nos arrastró al cine: la voz de Bardem y el poema que dio nombre a esta película.
Mar adentro,/ mar adentro.
Y en la ingravidez del fondo/ donde se cumplen los sueños/ se juntan dos voluntades/ para cumplir un deseo.
Un beso enciende la vida/ con un relámpago y un trueno/ y en una metamorfosis/ mi cuerpo no es ya mi cuerpo,/ es como penetrar al centro del universo.
El abrazo más pueril/ y el más puro de los besos/ hasta vernos reducidos/ en un único deseo.
Tu mirada y mi mirada/ como un eco repitiendo, sin palabras/ ‘más adentro', ‘más adentro'/ hasta el más allá del todo/ por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre/ y siempre quiero estar muerto,/ para seguir con mi boca/ enredada en tus cabellos.
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Argumento
Ramón Sampedro lleva veintiocho años postrado en una cama y su última voluntad es morir dignamente. Su monótona vida se ve alterada por la llegada de dos mujeres, Ramón sabe que quién de verdad le ame, será quien le ayude a realizar ese último viaje.
Reparto
Javier Bardem (Ramón Sampedro)
Belén Rueda (Julia)
Lola Dueñas (Rosa)
Mabel Rivera (Manuela)
Celso Bugallo (José Sampedro)
Clara Segura (Gené)
Joan Dalmau (Joaquín)
Alberto Jiménez (Germán)
Tamar Novas (Javi)
Francesc Garrido (Marc)
José María Pou (Padre Francisco)
Albero Amarilla (Hermano Andrés)
Andrea Occhipinti (Santiago)
Federico Pérez Rey (Conductor)
Nicolás Fernández Luna (Cristian)
Raúl Lavisier (Samuel)
Xosé Manuel Olveira 'Pico' (Juez 1)
César Cambeiro (Juez 2)
Xosé Manuel Esperante (Periodista 1)
Yolanda Muiños (Periodista 2)
Adolfo Obregón (Ejecutivo)
José Luis Rodríguez (Presentador)
Julio Jordán (Encuadernador)
Juan Manuel Vidal (Amigo Ramón)
Los personajes principales de Mar adentro son Manuela (Mabel Rivera), cuñada de Sampedro; José (Celso Bugallo), su hermano mayor; Joaquín (Joan Dalmau), su padre; Javi (Tamar Novas), su sobrino; Gené (Clara Segura), su contacto con la DMD, y Marc (Francesc Garrido), su abogado.
José María Pou ejerce de estrella invitada, encarnando al sacerdote Padre Francisco, en una escena comprometida e hilarante al mismo tiempo.
Muchas obras han y habrán de ser calificadas en uno u otro momento como un himno a la vida. Pocas, sin embargo, merecen que se les considere una celebración de la muerte como un acto de dignidad y, quizás, como la única elección consciente y auténtica que muchos pueden tomar en toda su existencia
Mar adentro, de Alejandro Amenábar, relata la historia de Ramón Sampedro, quien vivió tetrapléjico “29 años, cuatro meses y algunos días”, y quien hacia el final de su vida defendió ante los tribunales españoles su derecho a una muerte digna mediante la eutanasia.
Pero la cinta es más que el relato de los dos últimos años de la vida de un hombre postrado, que escribía desde su cama echando mano sólo de un lapicero y de su boca; es también el breve relato de vidas miserables que buscan darle sentido a su vida a través del coraje de quien sólo lucha por que lo dejen morir, y el discurso optimista de una sociedad infeliz, podrida por la doble moral y una soberbia infinita, que se arroga el derecho de decir cuál es la forma correcta de vivir y de morir.
No obstante, la pluma y la dirección de Amenábar se meten profundo y cuestionan aun el papel de una Iglesia que compra su autoridad a precio de sangre, pero que llama demagogo a quien piensa que vivir es un derecho y no una obligación.
La actuación de Javier Bardem es gigantesca, luminosa, llena de humor y de crudeza a la vez; única al grado de mostrar la esencia de su personaje sin más recursos que su cara y su voz para expresar y para decir.
La música del mismo Amenábar es tan intensa y emotiva como el filme mismo, en tanto que la fotografía de Javier Aguirresarobe es lo suficientemente atinada para entender ese amor extraño y doloroso que los personajes de la cinta tienen por el mar.
Sin duda, Mar adentro toma posición en el conflicto que intenta narrar. Este Ramón Sampedro interpretado por Bardem termina por cautivar a una audiencia a la que obliga a cuestionar los principios con que rigen sus vidas y a pensar, al menos en sus argumentos: “Justificar sufrimientos irremediables por el interés de alguien que no sea el desafortunado ser humano que los padece, es crear un infierno para que diablos y diablillos disfruten con el espectáculo de los condenados, mientras filosofan gravemente sobre el sentido del dolor”.
El remate del filme tiene la fuerza de la secuencia de 60 segundos que a muchos nos arrastró al cine: la voz de Bardem y el poema que dio nombre a esta película.
Mar adentro,/ mar adentro.
Y en la ingravidez del fondo/ donde se cumplen los sueños/ se juntan dos voluntades/ para cumplir un deseo.
Un beso enciende la vida/ con un relámpago y un trueno/ y en una metamorfosis/ mi cuerpo no es ya mi cuerpo,/ es como penetrar al centro del universo.
El abrazo más pueril/ y el más puro de los besos/ hasta vernos reducidos/ en un único deseo.
Tu mirada y mi mirada/ como un eco repitiendo, sin palabras/ ‘más adentro', ‘más adentro'/ hasta el más allá del todo/ por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre/ y siempre quiero estar muerto,/ para seguir con mi boca/ enredada en tus cabellos.
pues yo vi esta peli, y espero que esto te sirva :http://www.pagaelpato.com/cine/maradentro.htm aki dice lo que buscas