Este personaje procede de la zona de Lesaka, en Navarra. Probablemente, en su origen, el término Olentzaro designaba a la época del solsticio de invierno y su celebración. En este sentido empleaba Lope de Isasi a principios del siglo XVI el término u Onentzaro, que podría estar relacionado con "Onentzat aro" u "Onentzako aro" ("época para los buenos", en vasco).
Después este nombre se transfirió a un personaje de leyendas relacionadas con el sincretismo entre la mitología vasca y las tradiciones cristianas locales: un gigante o jentil que se convierte al cristianismo.
En versiones más modernas era un carbonero que vivía en el monte y al que no le gustaban nada los niños. Cuando bajaba al pueblo a vender el carbón los niños se escondían de él.
Hoy en día es un personaje traído a la tradición navideña de las familias vascas.
En el siglo XX la figura de Olentzaro incorporó elementos de las tradiciones de Papá Noel-Santa Claus y de los Reyes Magos, convirtiéndose en un personaje que el día de Navidad trae regalos a los niños. En el siglo XXI, este personaje mantiene su popularidad local, compartida con los Reyes Magos; dejando a Papá Noel-Santa Claus en los domicilios vascos en un segundo plano e incluso no existiendo en la mayoría. La navidad vasca la alegran el Olentzero el Día de Navidad y los Reyes Magos de Oriente el día 6 de enero.
Su historia se ha enriquecido con relatos e iconografía contemporánea. Unas versiones inciden más en los aspectos cristianos de su historia; otras eliminan los aspectos religiosos, pero conservan los mágicos, y otras suprimen todos los aspectos sobrenaturales de su historia, de forma puede ser seguido por otras religiones e incluso por ateos. Hay versiones que lo convierten en un embajador de buena voluntad y espiritualidad, mientras la publicidad comercial incide en el aspecto de los regalos materiales. Además, algunos grupos inciden en los aspectos de la nacionalidad y la cultura vasca de la tradición, mientras otros los evitan. La versión tradicional lo suele presentar sucio, y fumando en pipa, aunque muchas veces, especialmente para el comercio, se crean muñecos de Olentzero limpios y sin tabaco. Hay quien lo considera una figura burlesca, y otros venerable. Así la canción tradicional del Olentzero, que en muchas versiones lo describe como "entendimendu gabea" ("sin entendimiento"), en otras versiones lo proclama "entendimentuz jantzia" ("(re)vestido de entendimiento").
Una de las funciones actuales del Olentzero es muy similar a la de los Reyes Magos, Papá Noel o el niño Jesús: Los niños escriben sus cartas al Olentzero pidiéndole regalos, se las dan a sus padres, y algunos de estos regalos aparecen en casa en la mañana de Navidad. En el País Vasco y Navarra la mayoría de municipios celebran un desfile o cabalgata de Olentzero la víspera de Navidad, otros que celebran una cabalgata de Reyes la tarde del 5 de enero, y otros que celebran ambas. Como excepción, en Ermua (Vizcaya) el desfile de recepción del Olentzero se realiza el 31 de diciembre [1] (sin embargo la Cabalgata de Reyes se efectúa en la fecha habitual).
Es costumbre que grupos de vecinos paseen un muñeco caracterizado de Olentzero (con la cara manchada de carbón, ropa tradicional, boina, pipa, un saco con regalos, con vestimenta típica vasca) por las calles en nochebuena, cantando y pidiendo dinero para algún colectivo humanitario, social o para sus propias actividades de ocio. Como despedida a este personaje, en eventos especiales es común incinerar al muñeco al finalizar, bien en la misma tarde-noche de nochebuena, bien después de las navidades. La imagen del Olentzero es un elemento característico y frecuente en la decoración navideña de establecimientos y mobiliario urbano en el País Vasco.
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[editar] Historia y evolución
Este personaje procede de la zona de Lesaka, en Navarra. Probablemente, en su origen, el término Olentzaro designaba a la época del solsticio de invierno y su celebración. En este sentido empleaba Lope de Isasi a principios del siglo XVI el término u Onentzaro, que podría estar relacionado con "Onentzat aro" u "Onentzako aro" ("época para los buenos", en vasco).
Después este nombre se transfirió a un personaje de leyendas relacionadas con el sincretismo entre la mitología vasca y las tradiciones cristianas locales: un gigante o jentil que se convierte al cristianismo.
En versiones más modernas era un carbonero que vivía en el monte y al que no le gustaban nada los niños. Cuando bajaba al pueblo a vender el carbón los niños se escondían de él.
Hoy en día es un personaje traído a la tradición navideña de las familias vascas.
En el siglo XX la figura de Olentzaro incorporó elementos de las tradiciones de Papá Noel-Santa Claus y de los Reyes Magos, convirtiéndose en un personaje que el día de Navidad trae regalos a los niños. En el siglo XXI, este personaje mantiene su popularidad local, compartida con los Reyes Magos; dejando a Papá Noel-Santa Claus en los domicilios vascos en un segundo plano e incluso no existiendo en la mayoría. La navidad vasca la alegran el Olentzero el Día de Navidad y los Reyes Magos de Oriente el día 6 de enero.
Su historia se ha enriquecido con relatos e iconografía contemporánea. Unas versiones inciden más en los aspectos cristianos de su historia; otras eliminan los aspectos religiosos, pero conservan los mágicos, y otras suprimen todos los aspectos sobrenaturales de su historia, de forma puede ser seguido por otras religiones e incluso por ateos. Hay versiones que lo convierten en un embajador de buena voluntad y espiritualidad, mientras la publicidad comercial incide en el aspecto de los regalos materiales. Además, algunos grupos inciden en los aspectos de la nacionalidad y la cultura vasca de la tradición, mientras otros los evitan. La versión tradicional lo suele presentar sucio, y fumando en pipa, aunque muchas veces, especialmente para el comercio, se crean muñecos de Olentzero limpios y sin tabaco. Hay quien lo considera una figura burlesca, y otros venerable. Así la canción tradicional del Olentzero, que en muchas versiones lo describe como "entendimendu gabea" ("sin entendimiento"), en otras versiones lo proclama "entendimentuz jantzia" ("(re)vestido de entendimiento").
Una de las funciones actuales del Olentzero es muy similar a la de los Reyes Magos, Papá Noel o el niño Jesús: Los niños escriben sus cartas al Olentzero pidiéndole regalos, se las dan a sus padres, y algunos de estos regalos aparecen en casa en la mañana de Navidad. En el País Vasco y Navarra la mayoría de municipios celebran un desfile o cabalgata de Olentzero la víspera de Navidad, otros que celebran una cabalgata de Reyes la tarde del 5 de enero, y otros que celebran ambas. Como excepción, en Ermua (Vizcaya) el desfile de recepción del Olentzero se realiza el 31 de diciembre [1] (sin embargo la Cabalgata de Reyes se efectúa en la fecha habitual).
Es costumbre que grupos de vecinos paseen un muñeco caracterizado de Olentzero (con la cara manchada de carbón, ropa tradicional, boina, pipa, un saco con regalos, con vestimenta típica vasca) por las calles en nochebuena, cantando y pidiendo dinero para algún colectivo humanitario, social o para sus propias actividades de ocio. Como despedida a este personaje, en eventos especiales es común incinerar al muñeco al finalizar, bien en la misma tarde-noche de nochebuena, bien después de las navidades. La imagen del Olentzero es un elemento característico y frecuente en la decoración navideña de establecimientos y mobiliario urbano en el País Vasco.