durante el siglo XVIII se desarrollo en europa un movimiento filosofico, literario y cientifico conocido con el nombre de ilustracion. los pensadores ilustrados mayoritariamente eran franceses proponian un sistema de gobierno en el que el pueblo eligiera a sus representantes y pudiera cambiarlos, si estos no procuraban el bienestar de la poblacion y ademas criticaban la existencia de grupos privilegiados dentro de la sociedad.
las ideas ilustradas influyeron en el proceso de independencia hispanoamericana, pues algunos criollos reyeron que era posible aplicarestas ideas en todas las colonias que no eran independientes.
la ilustracion fue un movimiento que se levo a cabo en europa,
donde los pensadores ilustrados escribian libros o enciclopedias a base del pensamiento racionalista.
estos libros eran introducidos ilegalmente en america latina, ya que el racionalismo es todo lo contrrio a la fe, y la iglesia no lo se permitian. gracias a estos libros se fueron dando las ideas de los independizadores. y asi logrando varias independencias
La Ilustración fue un movimiento cosmopolita y antinacionalista con numerosos representantes en otros países.
La Ilustración penetró tanto en España como en los dominios españoles de América.
En España, ‘las luces’ penetraron a comienzos del siglo XVIII gracias a la obra, prácticamente aislada y solitaria, pero de gran enjundia del fraile benedictino Benito Jerónimo Feijoo, el pensador crítico y divulgador más conocido durante los reinados de los primeros reyes Borbones. Escribió Teatro crítico universal (1739), en nueve tomos y Cartas eruditas (1750), en cinco volúmenes más, en los que trató de recoger todo el conocimiento teórico y práctico de la época.
Durante el reinado de Carlos III, el ‘rey ilustrado’ por excelencia, las obras de los escritores franceses se leían en español, generalmente en traducciones más o menos retocadas, pero también directamente en francés.
Fueron muchos los españoles e hispanoamericanos que viajaban a Francia por motivos de estudio e instrucción, en las artes y las ciencias y los dirigentes políticos de la época, conde de Aranda, conde de Campomanes, conde de Floridablanca, duque de Almodóvar, promovieron y frecuentaron el trato con los pensadores y filósofos de las nuevas ideas.
Las vías de expresión fueron los periódicos, las universidades y las florecientes Sociedades de Amigos del País.
Entre los españoles ‘ilustrados’, se puede citar a Isidoro de Antillón, geógrafo e historiador; Francisco Cabarrús, crítico y cronista de su tiempo; Juan Meléndez Valdés, que hizo de la Universidad de Salamanca un polo de atracción ‘ilustrada’; Gaspar Melchor de Jovellanos, político y reformador; Valentín de Foronda, embajador y economista, entre otros.
Durante la primera mitad del siglo XVIII, los líderes de la Ilustración libraron una ardua lucha contra fuerzas considerables. Muchos fueron encarcelados por sus escritos, y la mayoría sufrió persecución y penas por parte de la censura gubernamental, así como descalificaciones y condenas de la Iglesia. En muchos aspectos, sin embargo, las últimas décadas del siglo marcaron un triunfo del movimiento en Europa y en toda América.
Hacia 1770, la segunda generación de ilustrados recibió pensiones del gobierno y asumió la dirección de academias intelectuales establecidas. El enorme incremento en la publicación de periódicos y libros aseguró una amplia difusión de sus ideas.
Los experimentos científicos y los escritos filosóficos llegaron a estar de moda en amplios círculos de la sociedad, incluidos los miembros de la nobleza y del clero.
Algunos monarcas europeos adoptaron también ideas o al menos el vocabulario de la Ilustración. Voltaire y otros ilustrados quienes gustaban del concepto del rey-filósofo, difundiendo sus creencias gracias a sus relaciones con la aristocracia, acogieron complacientes la aparición del llamado despotismo ilustrado, del que Federico II de Prusia, Catalina la Grande de Rusia, José II de Austria y Carlos III de España fueron los ejemplos más célebres.
Desde una visión retrospectiva, sin embargo, la mayoría de estos monarcas aparece manipulando el movimiento, en gran parte con propósitos propagandísticos y fueron, con mucho, más despóticos que ilustrados.
A finales del siglo XVIII surgieron algunos cambios en el pensamiento de la Ilustración. Bajo la influencia de Rousseau, el sentimiento y la emoción llegaron a ser tan respetables como la razón. En la década de 1770 los escritores ensancharon su campo de crítica para englobar materias políticas y económicas.
De mayor importancia en este aspecto fue la experiencia de la guerra de la Independencia estadounidense (en las colonias británicas). A los ojos de los europeos, la Declaración de Independencia y la guerra revolucionaria anunciaron que, por primera vez, algunas personas iban más allá de la mera discusión de ideas ilustradas y las estaban aplicando. Es probable que la guerra alentara los ataques y críticas contra los regímenes europeos existentes.
Suele decirse que el Siglo de las Luces concluyó con la Revolución Francesa de 1789, pero no son pocos los que contemplan e interpretan la inquietud política y social de este periodo como causa desencadenante de la Revolución. Al incorporar muchas de las ideas de los ilustrados, la Revolución, en sus etapas más difíciles, entre 1792 y 1794, sirvió para desacreditar estas ideas a los ojos de muchos europeos contemporáneos.
El enorme impacto que la Revolución Francesa causó en España, tras la muerte de Luis XVI, así como en los dominios españoles de América, provocó una violenta persecución de las personas más representativas de las nuevas ideas. Se estableció una censura total y se cerraron las fronteras, prohibiéndose el paso de todo tipo de libros y folletos, o su embarque hacia América.
Aunque se produjo un repunte de interés modernizado y progresista bajo el gobierno de Manuel Godoy con la ayuda de Jovellanos, el miedo a la contaminación revolucionaria favoreció la represión más absoluta, tanto en la metrópoli como en los dominios de la América española. La existencia de numerosas Sociedades de Amigos del País en los virreinatos favoreció la implantación y extensión de la ‘ilustración’ en América Latina.
De lo que no cabe duda es que la Ilustración dejó una herencia perdurable en los siglos XIX y **. Marcó un paso clave en el declinar de la Iglesia y en el crecimiento del secularismo actual. Sirvió como modelo para el liberalismo político y económico y para la reforma humanitaria a través del mundo occidental del siglo XIX. Fue el momento decisivo para la creencia en la posibilidad y la necesidad de progreso que pervivió, de una forma moderada, en el siglo **.
La ilustración fue un movimiento cultural, social, político y espiritual europeo del siglo XVIII, centrado en Francia, y cuyas raíces específicas intelectuales se vinculan con la ciencia moderna, el protestantismo y el racionalismo filosófico. Más universal que otros anteriores, se define como una etapa fundamental de la historia del pensamiento burgués, que permitió a esta clase tomar conciencia de sí misma y del papel político que debía desempeñar, conforme a su poder económico y su importancia social. Sus consecuencias no fueron ideológicas, sino que también se situaron en la praxis política.
Historia: La filosofía de la ilustración tiene sus orígenes en la filosofía barroca del s. XVII, pero no fue creativa y sistemática como ésta, sino divulgadora, en correlación con el creciente aburguesamiento de la vida. La evolución del pensamiento ilustrado fue paralela a un desarrollo económico de magnitud desconocida hasta entonces, protagonizado por la burguesía. Esta desarrolló una gran capacidad de crítica, que impulsó un repudio radical de todo tipo de tradiciones. El pensamiento ilustrado proclamó su fe en el hombre (antropocentrismo) y en la razón, único medio de desterrar la superstición y la ignorancia. En filosofía concilió lo positivo y lo racional, y recurrió al sensualismo y al empirismo. Los ilustrados se mostraron muy críticos con la religión cristiana, a la que acusaron de esclavizar al hombre con temores infundados. Sin embargo, la ilustración no era atea y trató de sustituir el cristianismo por principios deístas, para establecer una religión natural que uniera al hombre con la naturaleza.
En España, el movimiento ilustrado se desarrolló desde comienzos del s. XVIII (padre Feijoo) y centró su interés en la necesidad de regeneración natural.
Creo que los efectos en América Latina es que tuvieron y siguen manteniendo los mismos debates acerca de Dios, la moral y la ciencia porque pocas de las cuestiones filosóficas planteadas durante la Ilustración quedaron definitivamente resueltas, pero en esto parece consistir la filosofía moderna, que se esfuerza por responder - en la medida de lo posible - preguntas que no tienen respuesta.
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durante el siglo XVIII se desarrollo en europa un movimiento filosofico, literario y cientifico conocido con el nombre de ilustracion. los pensadores ilustrados mayoritariamente eran franceses proponian un sistema de gobierno en el que el pueblo eligiera a sus representantes y pudiera cambiarlos, si estos no procuraban el bienestar de la poblacion y ademas criticaban la existencia de grupos privilegiados dentro de la sociedad.
las ideas ilustradas influyeron en el proceso de independencia hispanoamericana, pues algunos criollos reyeron que era posible aplicarestas ideas en todas las colonias que no eran independientes.
la ilustracion fue un movimiento que se levo a cabo en europa,
donde los pensadores ilustrados escribian libros o enciclopedias a base del pensamiento racionalista.
estos libros eran introducidos ilegalmente en america latina, ya que el racionalismo es todo lo contrrio a la fe, y la iglesia no lo se permitian. gracias a estos libros se fueron dando las ideas de los independizadores. y asi logrando varias independencias
en america latina
La Ilustración fue un movimiento cosmopolita y antinacionalista con numerosos representantes en otros países.
La Ilustración penetró tanto en España como en los dominios españoles de América.
En España, ‘las luces’ penetraron a comienzos del siglo XVIII gracias a la obra, prácticamente aislada y solitaria, pero de gran enjundia del fraile benedictino Benito Jerónimo Feijoo, el pensador crítico y divulgador más conocido durante los reinados de los primeros reyes Borbones. Escribió Teatro crítico universal (1739), en nueve tomos y Cartas eruditas (1750), en cinco volúmenes más, en los que trató de recoger todo el conocimiento teórico y práctico de la época.
Durante el reinado de Carlos III, el ‘rey ilustrado’ por excelencia, las obras de los escritores franceses se leían en español, generalmente en traducciones más o menos retocadas, pero también directamente en francés.
Fueron muchos los españoles e hispanoamericanos que viajaban a Francia por motivos de estudio e instrucción, en las artes y las ciencias y los dirigentes políticos de la época, conde de Aranda, conde de Campomanes, conde de Floridablanca, duque de Almodóvar, promovieron y frecuentaron el trato con los pensadores y filósofos de las nuevas ideas.
Las vías de expresión fueron los periódicos, las universidades y las florecientes Sociedades de Amigos del País.
Entre los españoles ‘ilustrados’, se puede citar a Isidoro de Antillón, geógrafo e historiador; Francisco Cabarrús, crítico y cronista de su tiempo; Juan Meléndez Valdés, que hizo de la Universidad de Salamanca un polo de atracción ‘ilustrada’; Gaspar Melchor de Jovellanos, político y reformador; Valentín de Foronda, embajador y economista, entre otros.
Durante la primera mitad del siglo XVIII, los líderes de la Ilustración libraron una ardua lucha contra fuerzas considerables. Muchos fueron encarcelados por sus escritos, y la mayoría sufrió persecución y penas por parte de la censura gubernamental, así como descalificaciones y condenas de la Iglesia. En muchos aspectos, sin embargo, las últimas décadas del siglo marcaron un triunfo del movimiento en Europa y en toda América.
Hacia 1770, la segunda generación de ilustrados recibió pensiones del gobierno y asumió la dirección de academias intelectuales establecidas. El enorme incremento en la publicación de periódicos y libros aseguró una amplia difusión de sus ideas.
Los experimentos científicos y los escritos filosóficos llegaron a estar de moda en amplios círculos de la sociedad, incluidos los miembros de la nobleza y del clero.
Algunos monarcas europeos adoptaron también ideas o al menos el vocabulario de la Ilustración. Voltaire y otros ilustrados quienes gustaban del concepto del rey-filósofo, difundiendo sus creencias gracias a sus relaciones con la aristocracia, acogieron complacientes la aparición del llamado despotismo ilustrado, del que Federico II de Prusia, Catalina la Grande de Rusia, José II de Austria y Carlos III de España fueron los ejemplos más célebres.
Desde una visión retrospectiva, sin embargo, la mayoría de estos monarcas aparece manipulando el movimiento, en gran parte con propósitos propagandísticos y fueron, con mucho, más despóticos que ilustrados.
A finales del siglo XVIII surgieron algunos cambios en el pensamiento de la Ilustración. Bajo la influencia de Rousseau, el sentimiento y la emoción llegaron a ser tan respetables como la razón. En la década de 1770 los escritores ensancharon su campo de crítica para englobar materias políticas y económicas.
De mayor importancia en este aspecto fue la experiencia de la guerra de la Independencia estadounidense (en las colonias británicas). A los ojos de los europeos, la Declaración de Independencia y la guerra revolucionaria anunciaron que, por primera vez, algunas personas iban más allá de la mera discusión de ideas ilustradas y las estaban aplicando. Es probable que la guerra alentara los ataques y críticas contra los regímenes europeos existentes.
Suele decirse que el Siglo de las Luces concluyó con la Revolución Francesa de 1789, pero no son pocos los que contemplan e interpretan la inquietud política y social de este periodo como causa desencadenante de la Revolución. Al incorporar muchas de las ideas de los ilustrados, la Revolución, en sus etapas más difíciles, entre 1792 y 1794, sirvió para desacreditar estas ideas a los ojos de muchos europeos contemporáneos.
El enorme impacto que la Revolución Francesa causó en España, tras la muerte de Luis XVI, así como en los dominios españoles de América, provocó una violenta persecución de las personas más representativas de las nuevas ideas. Se estableció una censura total y se cerraron las fronteras, prohibiéndose el paso de todo tipo de libros y folletos, o su embarque hacia América.
Aunque se produjo un repunte de interés modernizado y progresista bajo el gobierno de Manuel Godoy con la ayuda de Jovellanos, el miedo a la contaminación revolucionaria favoreció la represión más absoluta, tanto en la metrópoli como en los dominios de la América española. La existencia de numerosas Sociedades de Amigos del País en los virreinatos favoreció la implantación y extensión de la ‘ilustración’ en América Latina.
De lo que no cabe duda es que la Ilustración dejó una herencia perdurable en los siglos XIX y **. Marcó un paso clave en el declinar de la Iglesia y en el crecimiento del secularismo actual. Sirvió como modelo para el liberalismo político y económico y para la reforma humanitaria a través del mundo occidental del siglo XIX. Fue el momento decisivo para la creencia en la posibilidad y la necesidad de progreso que pervivió, de una forma moderada, en el siglo **.
La ilustración fue un movimiento cultural, social, político y espiritual europeo del siglo XVIII, centrado en Francia, y cuyas raíces específicas intelectuales se vinculan con la ciencia moderna, el protestantismo y el racionalismo filosófico. Más universal que otros anteriores, se define como una etapa fundamental de la historia del pensamiento burgués, que permitió a esta clase tomar conciencia de sí misma y del papel político que debía desempeñar, conforme a su poder económico y su importancia social. Sus consecuencias no fueron ideológicas, sino que también se situaron en la praxis política.
Historia: La filosofía de la ilustración tiene sus orígenes en la filosofía barroca del s. XVII, pero no fue creativa y sistemática como ésta, sino divulgadora, en correlación con el creciente aburguesamiento de la vida. La evolución del pensamiento ilustrado fue paralela a un desarrollo económico de magnitud desconocida hasta entonces, protagonizado por la burguesía. Esta desarrolló una gran capacidad de crítica, que impulsó un repudio radical de todo tipo de tradiciones. El pensamiento ilustrado proclamó su fe en el hombre (antropocentrismo) y en la razón, único medio de desterrar la superstición y la ignorancia. En filosofía concilió lo positivo y lo racional, y recurrió al sensualismo y al empirismo. Los ilustrados se mostraron muy críticos con la religión cristiana, a la que acusaron de esclavizar al hombre con temores infundados. Sin embargo, la ilustración no era atea y trató de sustituir el cristianismo por principios deístas, para establecer una religión natural que uniera al hombre con la naturaleza.
En España, el movimiento ilustrado se desarrolló desde comienzos del s. XVIII (padre Feijoo) y centró su interés en la necesidad de regeneración natural.
Creo que los efectos en América Latina es que tuvieron y siguen manteniendo los mismos debates acerca de Dios, la moral y la ciencia porque pocas de las cuestiones filosóficas planteadas durante la Ilustración quedaron definitivamente resueltas, pero en esto parece consistir la filosofía moderna, que se esfuerza por responder - en la medida de lo posible - preguntas que no tienen respuesta.
Un abrazo.