Las disciplinas auxiliares de la historia son aquellos campos de estudio que ofrecen fuentes documentales al historiador. Se trata de una terminología anticuada, ya que cada una de estas disciplinas, tienen carácter absolutamente autónomo y unas metodologías absolutamente diferenciadas; en la actualidad suelen ser agrupadas este grupo de ciencias y artes bajo el título de ciencias y técnicas historiográficas.
Mediante las distintas disciplinas auxiliares, el historiador analiza los diversos materiales, documentos y reliquias en general, originales de un determinado momento histórico, que se conservan en la actualidad y permiten al estudioso extraer, ordenar y analizar nueva información. Es usual que el historiador no esté familiarizado con todas ellas, por lo que es habitual que recurra a las conclusiones de especialistas en cada disciplina.
Algunas de estas disciplinas constituyen aplicaciones especializadas de ciencias autónomas por sí mismas, como la filología, la química, la botánica o la zoología; otras, en cambio, nacen para el estudio de realidades específicas que varían con el tiempo, por lo que son ayudas imprescindibles para la datación y análisis de las fuentes, como es el caso de la Paleografía, la Cronología, la Diplomática, etc.; otras, las menos, nacen en función de los materiales que el historiador puede analizar, normalmente suelen ser disciplinas comparadas o cronológicas, como la Historia del Derecho, la Historia del Arte, etc. Aun siendo en la actualidad una ciencia autónoma, como las citadas anteriormente, la arqueología nació entre las disciplinas auxiliares de la Historia en el sentido de subordinadas a esta.
Según la clasificación expuesta, pueden considerarse como disciplinas auxiliares de la Historia:
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Las disciplinas auxiliares de la historia son aquellos campos de estudio que ofrecen fuentes documentales al historiador. Se trata de una terminología anticuada, ya que cada una de estas disciplinas, tienen carácter absolutamente autónomo y unas metodologías absolutamente diferenciadas; en la actualidad suelen ser agrupadas este grupo de ciencias y artes bajo el título de ciencias y técnicas historiográficas.
Mediante las distintas disciplinas auxiliares, el historiador analiza los diversos materiales, documentos y reliquias en general, originales de un determinado momento histórico, que se conservan en la actualidad y permiten al estudioso extraer, ordenar y analizar nueva información. Es usual que el historiador no esté familiarizado con todas ellas, por lo que es habitual que recurra a las conclusiones de especialistas en cada disciplina.
Algunas de estas disciplinas constituyen aplicaciones especializadas de ciencias autónomas por sí mismas, como la filología, la química, la botánica o la zoología; otras, en cambio, nacen para el estudio de realidades específicas que varían con el tiempo, por lo que son ayudas imprescindibles para la datación y análisis de las fuentes, como es el caso de la Paleografía, la Cronología, la Diplomática, etc.; otras, las menos, nacen en función de los materiales que el historiador puede analizar, normalmente suelen ser disciplinas comparadas o cronológicas, como la Historia del Derecho, la Historia del Arte, etc. Aun siendo en la actualidad una ciencia autónoma, como las citadas anteriormente, la arqueología nació entre las disciplinas auxiliares de la Historia en el sentido de subordinadas a esta.
Según la clasificación expuesta, pueden considerarse como disciplinas auxiliares de la Historia: