"¡Oh insensato hombre, que no puede crear un gusano y sin embargo crea Dioses por docenas!"
[Michel de Montaigne (1533-1592)]
papa duenddictus xvi, casate conmigo.
I love you!!!
estrellita for you!!
Me estaba durmiendo y algo me dijo prende la compu otra vez, que el papa esta presente.
presente presente, el papa presidente!!!
de este foro. besotessssssssss!!!
Guapo
jajajaja lo tengo en mi nic, muy buena y con mucha razon, saludos,,
de Oscar
QUE GRAN HOMBRE; AUNQUE DESFASADA SU FRASE, PORQUE HOY EN DIA CON LO QUE AVANZO LA CIENCIA...
PERO UN GRAN HOMRBE PARA LA EPOCA
La frase es muy buena.
pues asi pasa
El hombre no necesita de gusanos. Necesita de dioses, por eso los crea. Cuando ya no necesite de dioses, talvés se dedique a crear gusanos.
Muy buena frase, me gustó =)
Sensacional y ciertÃsimo
Sobre Montaigne:
Fue un crÃtico agudo de la cultura, la ciencia y la religión de su época, hasta el punto de que llegó a considerar la propia idea de certeza como algo innecesario. Su influjo fue colosal en la literatura francesa, occidental y mundial, como creador del género conocido como ensayo.
Durante la época de las guerras de religión, Montaigne, católico él mismo, trató de ser un moderador y de contemporizar con los dos bandos enfrentados. Le respetaron como tal el católico Enrique III y el protestante Enrique de Navarra.
Montaigne muestra su aversión por la violencia y por los conflictos fratricidas entre católicos y protestantes (pero también entre güelfos y gibelinos) que habÃan empezado a masacrarse al mismo tiempo que aparecÃa el Renacimiento, como para desmentir la espléndida esperanza que los humanistas habÃan puesto en él. Para Montaigne es preciso evitar la reducción de la complejidad en la oposición binaria y en la obligación de escoger bando, privilegiar el retraimiento escéptico como respuesta al fanatismo.
Tan moderno como muchos de los hombres de su tiempo (Erasmo, Juan Luis Vives, Tomás Moro, Guillaume Budé...), Montaigne profesaba el relativismo cultural, reconociendo que las leyes, las morales y las religiones de diferentes culturas, aunque a menudo diversas y alejadas en sus principios, tenÃan todas algún fundamento. "No cambiar caprichosamente una ley recibida" constituye uno de los capÃtulos más incisivos de los Essais. Por encima de todo, Montaigne es un gran seguidor y defensor del Humanismo. Si cree en Dios, rehúsa toda especulación sobre su naturaleza y, ya que el yo se manifiesta en sus contradicciones y variaciones, piensa que debe ser despojado de creencias y prejuicios que lo extravÃen.
AsÃ, su frase se puede entender desde la dimensión de que el hombre, los hombres, tienden a poner en boca de Dios sus propios intereses (en ese sentido, crean dioses), no simplemente aceptan a Dios tal y como es
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papa duenddictus xvi, casate conmigo.
I love you!!!
estrellita for you!!
Me estaba durmiendo y algo me dijo prende la compu otra vez, que el papa esta presente.
presente presente, el papa presidente!!!
de este foro. besotessssssssss!!!
Guapo
jajajaja lo tengo en mi nic, muy buena y con mucha razon, saludos,,
de Oscar
QUE GRAN HOMBRE; AUNQUE DESFASADA SU FRASE, PORQUE HOY EN DIA CON LO QUE AVANZO LA CIENCIA...
PERO UN GRAN HOMRBE PARA LA EPOCA
La frase es muy buena.
pues asi pasa
El hombre no necesita de gusanos. Necesita de dioses, por eso los crea. Cuando ya no necesite de dioses, talvés se dedique a crear gusanos.
Muy buena frase, me gustó =)
Sensacional y ciertÃsimo
Sobre Montaigne:
Fue un crÃtico agudo de la cultura, la ciencia y la religión de su época, hasta el punto de que llegó a considerar la propia idea de certeza como algo innecesario. Su influjo fue colosal en la literatura francesa, occidental y mundial, como creador del género conocido como ensayo.
Durante la época de las guerras de religión, Montaigne, católico él mismo, trató de ser un moderador y de contemporizar con los dos bandos enfrentados. Le respetaron como tal el católico Enrique III y el protestante Enrique de Navarra.
Montaigne muestra su aversión por la violencia y por los conflictos fratricidas entre católicos y protestantes (pero también entre güelfos y gibelinos) que habÃan empezado a masacrarse al mismo tiempo que aparecÃa el Renacimiento, como para desmentir la espléndida esperanza que los humanistas habÃan puesto en él. Para Montaigne es preciso evitar la reducción de la complejidad en la oposición binaria y en la obligación de escoger bando, privilegiar el retraimiento escéptico como respuesta al fanatismo.
Tan moderno como muchos de los hombres de su tiempo (Erasmo, Juan Luis Vives, Tomás Moro, Guillaume Budé...), Montaigne profesaba el relativismo cultural, reconociendo que las leyes, las morales y las religiones de diferentes culturas, aunque a menudo diversas y alejadas en sus principios, tenÃan todas algún fundamento. "No cambiar caprichosamente una ley recibida" constituye uno de los capÃtulos más incisivos de los Essais. Por encima de todo, Montaigne es un gran seguidor y defensor del Humanismo. Si cree en Dios, rehúsa toda especulación sobre su naturaleza y, ya que el yo se manifiesta en sus contradicciones y variaciones, piensa que debe ser despojado de creencias y prejuicios que lo extravÃen.
AsÃ, su frase se puede entender desde la dimensión de que el hombre, los hombres, tienden a poner en boca de Dios sus propios intereses (en ese sentido, crean dioses), no simplemente aceptan a Dios tal y como es