El amor y la felicidad son como un perfume que, al ponérselo a otro, te salpica.
Para que haya amor verdaderamente duradero y auténtico, éste debe apoyarse sobre una base más perdurable que la sola atracción física o satisfacción carnal. Debe haber un deseo espontáneo y generoso de proteger, ayudar y hacer feliz a la otra persona.
El amor verdadero es espiritual, no exclusivamente físico. Se manifiesta más que nada en la unidad y compatibilidad de gustos y en las cosas y hábitos que se tienen en común.
Un hombre o una mujer pueden muy bien estar enamorados de las ideas de su pareja, o de sus sentimientos. Pueden enamorarse de su actitud espiritual, o de la compañía afectiva que les proporciona, todo lo cual tiene poco o nada que ver con la belleza física.
El hombre o la mujer que solo procuran gratificarse físicamente o gratificar a su pareja, nunca hallarán satisfacción y felicidad totales. Es que las cosas de este mundo solo pueden satisfacer el cuerpo, pero únicamente Dios y Su amor verdadero pueden llenar ese doliente vacío espiritual presente en cada ser humano.
La verdadera felicidad no reside en la búsqueda personal de placeres y satisfacciones egoístas, sino en hallar a Dios, en comunicar Su amor y Su vida a los demás y en procurar la felicidad de otras personas. Es entonces cuando la felicidad nos persigue, nos alcanza y se adueña de nosotros, sin que siquiera la busquemos. Esa es la clave: Busca a alguien a quien hacer feliz, y entonces la felicidad te encontrará a ti. «Dad, y se os dará» (Lucas 6:38).
«Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará» (Gálatas 6:7).
Es ni más ni menos una de las normas o leyes espirituales de Dios, tan clara y certera como las leyes de la física, la gravedad por ejemplo. Las leyes espirituales divinas nunca fallan. Se cumplen siempre, ya a favor, ya en contra nuestra, según las obedezcamos o no. La primera de ellas es precisamente la ley del amor, amor desinteresado a Dios y a nuestros semejantes.
Si obedecemos ese precepto y damos a Dios y a los demás el amor que les debemos, también recibimos, porque con la misma medida con que medimos, nos vuelven a medir.
Si quieres ser feliz y hacer verdaderamente feliz a otra persona, busca la satisfacción espiritual que sólo se encuentra en Dios y Su amor.
Dios Es Amor… además de ser la esencia misma del amor, Dios es quien creó ese sentimiento en todas sus magníficas expresiones. Siendo que Dios llena la Tierra, el universo y el Cielo mismo, el amor siempre alcanzará y sobrará para todos sus habitantes. O sea, que la falta de amor que se percibe en el mundo no es culpa del Creador.
Tal vez pensamos que Dios es un señor beato o un ser altísimo que anda demasiado ocupado dirigiendo el universo como para atender asuntos de tan poca monta o de índole tan natural y física como pueden ser las necesidades emocionales de Sus criaturas.
Así, la gente procura arreglárselas sin Él, cuando el hecho es que Él también quiere participar en los asuntos del corazón y pone Sus recursos a nuestra entera disposición.
Si estás buscando dar y recibir amor real, acude a la Fuente. Él tiene todo el consejo, las respuestas y el amor que necesitas. Su amor por ti es incondicional.
No importa cuan débil, o descorazonado puedas sentirte en este momento, incluso decepcionado contigo mismo o con otros. Su gran, perfecto, maravilloso amor incondicional no disminuye, sin importar las circunstancias o condiciones.
Pues si, yo digo ke lo puedes acariciar con palabras, con acciones, asi como la felicidad y el amor no es fisico, estas acciones son iguales al alma, saludos
Answers & Comments
Verified answer
El amor y la felicidad son como un perfume que, al ponérselo a otro, te salpica.
Para que haya amor verdaderamente duradero y auténtico, éste debe apoyarse sobre una base más perdurable que la sola atracción física o satisfacción carnal. Debe haber un deseo espontáneo y generoso de proteger, ayudar y hacer feliz a la otra persona.
El amor verdadero es espiritual, no exclusivamente físico. Se manifiesta más que nada en la unidad y compatibilidad de gustos y en las cosas y hábitos que se tienen en común.
Un hombre o una mujer pueden muy bien estar enamorados de las ideas de su pareja, o de sus sentimientos. Pueden enamorarse de su actitud espiritual, o de la compañía afectiva que les proporciona, todo lo cual tiene poco o nada que ver con la belleza física.
El hombre o la mujer que solo procuran gratificarse físicamente o gratificar a su pareja, nunca hallarán satisfacción y felicidad totales. Es que las cosas de este mundo solo pueden satisfacer el cuerpo, pero únicamente Dios y Su amor verdadero pueden llenar ese doliente vacío espiritual presente en cada ser humano.
La verdadera felicidad no reside en la búsqueda personal de placeres y satisfacciones egoístas, sino en hallar a Dios, en comunicar Su amor y Su vida a los demás y en procurar la felicidad de otras personas. Es entonces cuando la felicidad nos persigue, nos alcanza y se adueña de nosotros, sin que siquiera la busquemos. Esa es la clave: Busca a alguien a quien hacer feliz, y entonces la felicidad te encontrará a ti. «Dad, y se os dará» (Lucas 6:38).
«Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará» (Gálatas 6:7).
Es ni más ni menos una de las normas o leyes espirituales de Dios, tan clara y certera como las leyes de la física, la gravedad por ejemplo. Las leyes espirituales divinas nunca fallan. Se cumplen siempre, ya a favor, ya en contra nuestra, según las obedezcamos o no. La primera de ellas es precisamente la ley del amor, amor desinteresado a Dios y a nuestros semejantes.
Si obedecemos ese precepto y damos a Dios y a los demás el amor que les debemos, también recibimos, porque con la misma medida con que medimos, nos vuelven a medir.
Si quieres ser feliz y hacer verdaderamente feliz a otra persona, busca la satisfacción espiritual que sólo se encuentra en Dios y Su amor.
Dios Es Amor… además de ser la esencia misma del amor, Dios es quien creó ese sentimiento en todas sus magníficas expresiones. Siendo que Dios llena la Tierra, el universo y el Cielo mismo, el amor siempre alcanzará y sobrará para todos sus habitantes. O sea, que la falta de amor que se percibe en el mundo no es culpa del Creador.
Tal vez pensamos que Dios es un señor beato o un ser altísimo que anda demasiado ocupado dirigiendo el universo como para atender asuntos de tan poca monta o de índole tan natural y física como pueden ser las necesidades emocionales de Sus criaturas.
Así, la gente procura arreglárselas sin Él, cuando el hecho es que Él también quiere participar en los asuntos del corazón y pone Sus recursos a nuestra entera disposición.
Si estás buscando dar y recibir amor real, acude a la Fuente. Él tiene todo el consejo, las respuestas y el amor que necesitas. Su amor por ti es incondicional.
No importa cuan débil, o descorazonado puedas sentirte en este momento, incluso decepcionado contigo mismo o con otros. Su gran, perfecto, maravilloso amor incondicional no disminuye, sin importar las circunstancias o condiciones.
Me despido cordial y atentamente.
Mas que acariciar,pienso que pueden sentirse...y que bello que es sentir felicidad y amor.
Saludos
Alma
No, no se pueden acariciar, porque està n dentro de tì.
Y mucho tiene que ver la historia personal en ser sensitivo a ellas.
¿Las puedes sentir?
El simple deseo de quererlas sentir, abre las puertas para empezar a sentirlas, es una pequeña emociòn que se aglutina en tu panza......
Y las dos son una actitud frente a la vida, es tu decisiòn abrirte o cerrarte a ellas.
A la felicidad y el amor no se los puede acariciar ya que son abstractos, al ser sentimientos no existe un "algo" al que se lo pueda llamar asÃ... En todo caso podés acariciar a alguien feliz o amado...
Ãxitos!
Si se puede o no todo depende de ti y tu manera de entender.
Aquà te dejo más información sobre como actuamos.
http://www.youtube.com/watch?v=mGGCfO278Qw&feature...
YouTube - EL PODER DEL PENSAMIENTO
espero que te sirvan.
saludos
Pues si, yo digo ke lo puedes acariciar con palabras, con acciones, asi como la felicidad y el amor no es fisico, estas acciones son iguales al alma, saludos
Ni la felicidad ni el amor se pueden acariciar, no podemos tocarlos, se sienten, y por eso son sentimientos...
Uno está feliz cuando esta verdaderament enamorado. En ese caso hay q aprovecharlo al máximo!!
si, pero es solo eso, una caricia, un goce leve, que de subito se nos va..