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Muchas veces la belleza y el peligro van juntos. Tu dices entornos que emiten paz y belleza, o sea tu ves lo positivo pero sabes que lo lindo y apacible entraña peligros ocultos. Pienso que tienes capacidad e inteligencia como para captar las dos cosas a la vez, lo cual no deja de ser complicado porque no te deja disfrutar a pleno una situaciòn.

Todo es cuestión de perspectiva. Si te estás ahogando la mar no tiene nada de paz y mucho menos belleza.

Pero lo has mirado en un atardecer tomada de la mano con tu chico solo como las olas van y vienen,

Tanta fragilidad tanta paz y al mismo tiempo tanto ímpetu.

O una cascada: El Niagara, Victoria o Iguazú. Tanta fuerza que hasta las rocas erosiona y a la vez tanta hermosura.

Hay belleza pero no se ha dicho que no haya peligro.

Has visto tú a la distancia la erupción de un volcán, cuan majestuoso es?

A propósito no creo que emitan paz. Es que nosotros llevamos la paz para poder ver su belleza a pesar de indomable furia.

El estado de ánimo no es siempre el mismo, pero en tu caso no debes dejarte inducir por algo que no existe, vive el azul del mar y el cielo, el caer de las cascadas, el cantar de los ríos, la serenidad de las lagunas, el zumbido bajo de los lagos, el blanco satén de los picos helados... vive ese mundo que es todo tuyo... no lo temas, piensa que muchos no pueden ver y son felices, pues en su mente se imaginan la inmensidad del mundo y del universo como si la estuviesen viendo de verdad.

Depende de tu situación.

Si lo contemplas desde una balsa sin alimentos y naufragando, debe aterrarte ver la inmensidad del mar. Pero si lo contemplas desde el balcón de un Resort 5 estrellas te inspira paz, dulzura, romance y sobre todo... unas ganas bárbaras de pedirte un Daikiri!!!